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Jeremías 50:34 - Biblia Católica (Latinoamericana)

34 Pero su Redentor es poderoso, su nombre es Yavé de los Ejércitos. El ha tomado la defensa de su causa; dará paz al mundo, pero hará temblar a los habitantes de Babilonia.

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Biblia Reina Valera 1960

34 El redentor de ellos es el Fuerte; Jehová de los ejércitos es su nombre; de cierto abogará la causa de ellos para hacer reposar la tierra, y turbar a los moradores de Babilonia.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

34 Pero el que los redime es fuerte. Su nombre es el Señor de los Ejércitos Celestiales. Él los defenderá y nuevamente les dará descanso en Israel. ¡Pero para la gente de Babilonia no habrá descanso!

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La Biblia Textual 3a Edicion

34 Pero su Redentor es el Fuerte: YHVH Sebaot es su nombre. Él defenderá eficazmente la causa de ellos, A fin de sosegar la tierra y turbar a los moradores de Babilonia.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

34 Pero su redentor es poderoso, Yahveh Sebaot es su nombre. Juzga con acierto su causa, para tranquilizar al mundo e intranquilizar a los habitantes de Babel.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

34 El Redentor de ellos es fuerte; Jehová de los ejércitos es su nombre; de cierto abogará la causa de ellos, para hacer reposar la tierra, y turbar a los moradores de Babilonia.

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Jeremías 50:34
32 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Pues ahora te desposa tu creador, Yavé de los Ejércitos es su nombre. El que te rescata es el Santo de Israel, quien se llama Dios de toda la tierra.


Por lo tanto, así habla Yavé: Aquí estoy para tomar la defensa de tu casa y para asegurarte tu venganza. Voy a secar su río y a agotar sus vertientes.


Te protegeré contra los malvados y te arrancaré de las manos de los violentos.


Me voy a desquitar y nadie intervendrá. - dice Yavé de los Ejércitos, nuestro libertador, cuyo nombre es el Santo de Israel.


No temas, raza de Jacob, más indefensa que un gusano. Yo soy tu socorro, dice Yavé, el Santo de Israel es el que te rescata.


Por ahora debo soportar la cólera de Yavé, pues me rebelé contra él, mientras examina mi causa y me hace justicia; entonces me hará salir a la luz y yo veré su fidelidad.


Así habla Yavé, su Salvador, el Santo de Israel: Por ustedes he mandado gente a Babel hice que rompieran todas sus trancas: ¡Lloren en sus barcos, caldeos!


Hazme justicia, oh Dios, y defiende mi causa del hombre sin piedad; de la gente tramposa y depravada líbrame, tú, Señor.


Ataca, Señor, a los que me atacan, combate a los que me combaten.


Retuércete de dolor y grita, hija de Sión, como mujer que da a luz, porque ahora saldrás de la ciudad para vivir en despoblado. Llegarás hasta Babilonia, pero allí serás liberada, pues Yavé te libertará del poder de tus enemigos.


Así te habla tu Señor, Yavé, tu Dios, defensor de tu pueblo: Yo quito de tu mano la copa que hace perder los sentidos, la copa de mi enojo; tú ya no volverás a tomarla.


Así habla el rey de Israel y su redentor, Yavé de los Ejércitos: 'Yo soy el primero y el último; no hay otro Dios fuera de mí.


Tienen a un poderoso defensor, Yavé mismo, quien asumirá su causa en contra tuya.


Porque Yavé se pondrá de su lado y se hará el opresor de sus opresores.


Por eso, y en un solo día, caerán sobre ella sus plagas: muerte, lamentos y hambre, y quedará consumida por el fuego; pues poderoso es su juez, que es Dios, el Señor.


No es así, en cambio, el Dios de Jacob, pues él ha formado el universo e Israel es su tribu heredera. Su nombre es Yavé de los Ejércitos.


Por lo tanto, diles de mi parte: Yo soy Yavé, que quitaré de sus espaldas los duros trabajos de Egipto y los liberaré de la esclavitud. Yo les devolveré la libertad con golpes tremendos de mi mano y con intervenciones manifiestas.


Bien sé yo que mi Defensor vive y que él hablará el último, de pie sobre la tierra.


Sí, afirma Yavé: Le arrebatarán su prisionero al vencedor y dejarán sin su parte al soldado. Al que contienda contigo, con él yo pelearé, y yo mismo salvaré a tus hijos.


Porque Yavé ha rescatado a Jacob y lo ha librado de las manos del poderoso.


Así se expresa Yavé, que ha puesto el sol para alumbrar el día, la luna y las estrellas para iluminar la noche, que agita el mar y hace bramar sus olas, y que se llama Yavé de los Ejércitos:


Tú mantienes tu bondad por mil generaciones, pero castigas la falta de los padres en sus hijos. ¡Oh Dios grande y poderoso, que te llamas Yavé de los Ejércitos,


Señor, tú defendiste mi causa, rescataste mi vida.


Yavé hace oír su trueno, al frente de su ejército: numerosos son sus soldados, poderosos los que cumplen sus órdenes. Porque grande y temible es el día de Yavé. ¿Quién podrá soportarlo?


escucha tú desde los cielos, lugar de tu morada, su oración y su plegaria; hazles justicia y perdona a tu pueblo los pecados que cometieron contra ti.


No es así Aquel que es la herencia de Jacob, pues él ha formado el universo, e Israel es su tribu heredera, su nombre es Yavé de los Ejércitos.


Sus hijos serán como antes, su asamblea permanecerá delante de mí y castigaré a todos sus opresores.


El destructor de Moab se ha lanzado contra él, lo mejor de su juventud va a parar al matadero.


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