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Jeremías 48:36 - Biblia Católica (Latinoamericana)

36 Mi corazón gime por Moab como una flauta; mi corazón gime por la gente de Quir-Jerés como una flauta, porque todas las riquezas que habían acumulado se han perdido.

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Biblia Reina Valera 1960

36 Por tanto, mi corazón resonará como flautas por causa de Moab, asimismo resonará mi corazón a modo de flautas por los hombres de Kir-hares; porque perecieron las riquezas que habían hecho.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

36 Mi corazón gime como una flauta por Moab y Kir-hareset porque ha desaparecido toda su riqueza.

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La Biblia Textual 3a Edicion

36 Por eso mi corazón gime con voz de flauta por Moab, mi corazón gime con voz de flauta por los hombres de Kir-hares, porque la abundancia adquirida se ha esfumado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

36 Por eso, resuena mi corazón por Moab como una flauta; como una flauta resuena mi corazón por los hombres de Quir Jeres, porque cuanto han ahorrado se ha perdido.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

36 Por tanto, mi corazón resonará como flautas por causa de Moab, asimismo resonará mi corazón a modo de flautas por los hombres de Kir-heres: porque perecieron las riquezas que había hecho.

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Jeremías 48:36
14 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Por eso, llevan sus provisiones, lo que les queda, al otro lado del arroyo de los Sauces.


Por eso, mis entrañas se conmueven por Moab, como una cítara, y mi corazón por Quir-Jerés.


Mi corazón está de duelo por Moab, por sus fugitivos que llegan hasta Soar. Por la cuesta de Luhit suben llorando, por el camino de Joronaim lanzan gritos desgarradores.


El que amontona riquezas injustamente es como la perdiz que se echa sobre huevos ajenos; tendrá que dejarlas, en la mitad de su vida, y al final no será más que un insensato.


¡Ay, qué dolores en todo mi interior, me duele el corazón! Me palpita tan fuerte que no puedo callarme. ¿No oyes, alma mía, el toque del clarín y el estruendo de la guerra?


Mira desde los cielos, y ve desde tu santo y lujoso aposento: ¿Dónde están tu preocupación y tu poder? ¿Por qué ya no se conmueven tus entrañas? Ah, no sigas sin sentir pena por nosotros,


La fortuna del rico es su ciudad fortificada; le parece una fortaleza inconquistable.


Los buenos dejan a sus hijos y nietos su herencia; la fortuna de los pecadores está reservada al justo.


En el día de la cólera, la riqueza no servirá de nada, pero la honradez librará de la muerte.


Devastaron las ciudades y cada uno echó su piedra en los mejores campos, hasta taparlos con ellas. Taparon todos los manantiales y cortaron todos los árboles frutales, de tal modo que en Quir-Herés quedaron sólo piedras. Los honderos que la habían cercado la castigaron.


Por eso, quiero también llorar por Moab, gritar por todo Moab, gemir por la gente de Quir-Jerés.


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