Biblia Todo Logo
ព្រះគម្ពីរតាមអ៊ីនធឺណិត

- ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម -





Jeremías 46:18 - Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Por vida mía, dice el Rey, cuyo nombre es Yavé de los Ejércitos, alguien va a venir, que es como el Tabor entre los montes, o como el Carmelo que domina el mar.

សូមមើលជំពូក ចម្លង


កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

18 Vivo yo, dice el Rey, cuyo nombre es Jehová de los ejércitos, que como Tabor entre los montes, y como Carmelo junto al mar, así vendrá.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Nueva Traducción Viviente

18 »Tan cierto como que yo vivo —dice el Rey, cuyo nombre es el Señor de los Ejércitos Celestiales—, ¡alguien viene contra Egipto que es tan alto como el monte Tabor o como el monte Carmelo junto al mar!

សូមមើលជំពូក ចម្លង

La Biblia Textual 3a Edicion

18 ¡Vivo Yo! Oráculo del Rey, Cuyo nombre es YHVH Sebaot: Como el Tabor es real entre los montes, Y el Carmelo se levanta frente al mar, Así vendrá él.°

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 ¡Por mi vida! -oráculo del Rey cuyo nombre es Yahveh Sebaot-: vendrá como el Tabor entre los montes y como el Carmelo sobre el mar.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

18 Vivo yo, dice el Rey, cuyo nombre es Jehová de los ejércitos, que como Tabor entre las montañas, y como Carmelo junto al mar, así vendrá.

សូមមើលជំពូក ចម្លង




Jeremías 46:18
20 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

El destructor de Moab se ha lanzado contra él, lo mejor de su juventud va a parar al matadero.


Mandó a buscar a Barac, hijo de Abinoam, de Cadés en Neftalí. Le mandó a decir: 'Esta es la orden de Yavé, el Dios de Israel: Dirígete al monte Tabor y recluta a diez mil hombres entre los hijos de Neftalí y los hijos de Zabulón.


Tocando Tabor, Sajasima y Betsemes, la frontera llegaba al Jordán: dieciséis ciudades y sus aldeas.


Maldito sea el tramposo que, teniendo en su rebaño un toro, luego de prometérmelo, me sacrifica una bestia raquítica. Porque el Rey grande soy yo, y mi Nombre será respetado en todas las naciones, dice Yavé de los Ejércitos.


Ustedes llevan el nombre de la Ciudad Santa y confían en el Dios de su Padre Israel, cuyo nombre es Yavé de los Ejércitos,.


Me voy a desquitar y nadie intervendrá. - dice Yavé de los Ejércitos, nuestro libertador, cuyo nombre es el Santo de Israel.


El norte y el sur tú los creaste, el Tabor y el Hermón celebran tu nombre.


Al Rey de los siglos, al Dios único que vive más allá del tiempo y de lo que se ve, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.


ni por la tierra, que es la tarima de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del Gran Rey.


Todo hombre entonces se siente estúpido, imbécil, y el platero se avergüenza de su ídolo, pues sus estatuas no son más que mentiras, que nunca respiran.


Sin embargo, oigan lo que les dice Yavé a todos ustedes, los judíos que viven en Egipto: Juro por mi Nombre poderoso, dice Yavé, que en todo Egipto no habrá en adelante un solo judío que pronuncie mi nombre; no quedará nadie para decir: 'Por vida del Señor, Yavé.


Pero Yavé es el verdadero Dios, el Dios viviente, el Rey eterno. Cuando se enoja, tiembla la tierra, y las naciones no pueden aguantar su cólera.


al rey de Cadés, al rey de Jocneam, al pie del Carmelo;'


Haré emborracharse a sus jefes y a sus sabios, a sus gobernantes, funcionarios y soldados, que caerán en un sueño eterno para no despertar más. ¡Así lo declara el Rey, que se llama Yavé de los Ejércitos!


Le avisaron a Sísera que Barac, hijo de Abinoam, se había dirigido al monte Tabor.


El león, que devora las naciones, se ha levantado de su madriguera y se ha puesto en marcha, abandonando su morada, para dejar tu tierra como un desierto, tus ciudades destruidas y sin habitantes.


Miren cómo el destructor se levanta como las nubes, sus carros parecen un huracán y sus caballos son más rápidos que las águilas. ¡Pobres de nosotros, estamos perdidos!


No es así Aquel que es la herencia de Jacob, pues él ha formado el universo, e Israel es su tribu heredera, su nombre es Yavé de los Ejércitos.


Porque ahí viene el que forma los montes y crea el viento, el que enseña al hombre la manera de reflexionar, el que tramó el mal contra esa gente, una desgracia tan grande que no podrán hacerle el quite ni caminar con la frente en alto.


តាម​ពួក​យើង:

ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម


ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម