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Jeremías 31:12 - Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Vendrán, cantando de alegría, al cerro de Sión, y acudirán para gozar de los regalos de Yavé, del trigo, vino y aceite, de las ovejas y bueyes. Su alma será como un huerto bien regado, y no volverán más a estar desganados.

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Biblia Reina Valera 1960

12 Y vendrán con gritos de gozo en lo alto de Sion, y correrán al bien de Jehová, al pan, al vino, al aceite, y al ganado de las ovejas y de las vacas; y su alma será como huerto de riego, y nunca más tendrán dolor.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Vendrán a su tierra y entonarán canciones de alegría en las alturas de Jerusalén. Estarán radiantes debido a los buenos regalos del Señor: abundancia de grano, vino nuevo y aceite de oliva, y los rebaños y las manadas saludables. Su vida será como un jardín bien regado, y desaparecerán todas sus tristezas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Y vendrán con aclamaciones a la altura de Sión, Afluirán hacia los bienes de YHVH: Al trigo, al vino, y al aceite, A las crías del rebaño y a la vacada; Y su alma será como huerto bien regado, Y nunca más tendrán dolor.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Vienen y exultan en la cima de Sión, afluyen a los bienes de Yahveh, al trigo, al vino y al aceite, a los corderos y a las vacas. Su alma será como jardín regado, y ya no volverán a languidecer.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

12 Y vendrán, y cantarán en lo alto de Sión, y correrán al bien de Jehová, al pan, y al vino, y al aceite, y a las crías de las ovejas y de las vacas; y su alma será como huerto de riego, y nunca más tendrán dolor.

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Jeremías 31:12
35 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

y por ahí regresarán los libertados por Yavé; llegarán a Sión dando gritos de alegría, y con una dicha eterna reflejada en sus rostros; la alegría y la felicidad los acompañarán y ya no tendrán más pena ni tristeza.


Yavé te confortará en cada momento, en los lugares desérticos te saciará. El rejuvenecerá tus huesos y serás como huerto regado, cual manantial de agua inagotable.


Así también ustedes ahora sienten tristeza, pero yo los volveré a ver y su corazón se llenará de alegría, y nadie les podrá arrebatar ese gozo.


La plantaré en una alta montaña de Israel, se desarrollará, dará frutos y se convertirá en un cedro magnífico; bajo él descansarán aves de todas las especies, se cobijarán a la sombra de sus ramas.


Yo quedaré contento con Jerusalén y estaré feliz con mi pueblo. Ya no se oirán, en adelante, sollozos ni gritos de angustia,


Tu sol no se pondrá jamás, y tu luna no desaparecerá más, porque Yavé será tu luz perpetua y se habrán acabado tus días de luto.


él enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte ni lamento, ni llanto ni pena, pues todo lo anterior ha pasado.


porque el Cordero que está junto al trono será su pastor y los guiará a los manantiales de las aguas de la vida; y Dios enjugará las lágrimas de sus ojos.


Esto sería aprovecharte de Dios y de su inmensa bondad, paciencia y comprensión, y no ver que esa bondad te quiere llevar a la conversión.


Después volverán los hijos de Israel, buscarán a Yavé, su Dios, y a David, su rey. Cuando llegue el momento acudirán llenos de respeto a Yavé para recibir sus beneficios.


Pero de ti procede el perdón, y así se te venera.


Sí, en mi montaña santa, en una alta montaña de Israel, dice Yavé, toda la casa de Israel vendrá a rendirme homenaje. Allí recibiré y aguardaré sus ofrendas, las primicias de todo lo que me presenten, de todo lo que me consagren.


Así volverán los que ha salvado Yavé. Entrarán a Sión entre gritos de alegría, una dicha imperecedera hará brillar sus rostros. ¡Alegría y felicidad los acompañarán, y lejos quedarán las penas y los suspiros!


Pues ustedes serán como una encina a la que se le caen las hojas, y como un jardín al que le falta agua.


Volveré a edificarte y serás reedificada, virgen de Israel.


Vuelvan, hijos rebeldes, dice Yavé, porque yo soy su Dueño. Elegiré de ustedes a uno de esa ciudad y dos de aquella familia y los introduciré en Sión.


Vendrá un día en que los centinelas gritarán desde los cerros de Efraím: '¡Levántense, subamos a Sión, adonde está Yavé nuestro Dios!'


Y añade Yavé: ¡Vitoreen con alegría a Jacob, aclamen a la primera de las naciones! Háganse escuchar, celébrenlo y publíquenlo: '¡Yavé ha salvado a su pueblo, al resto de Israel!'


Allí se restablecerá Judá con todas sus ciudades; cultivarán la tierra y cuidarán sus rebaños.


Yo daré de beber al alma agotada y saciaré a la que se desmaya.


porque esto es lo que asegura Yavé de los Ejércitos, Dios de Israel: 'Todavía se comprarán casas, campos y viñas en este país.


Así dice Yavé Sabaot: En este lugar sin habitantes ni ganados, y en todas las ciudades, habrá pastos y pastores que hagan acostarse a las ovejas


en las ciudades de la Montaña y en las de la Tierra Baja, en las del Negueb y en la tierra de Benjamín. En los alrededores de Jerusalén y en las ciudades de Judá volverán a pasar las ovejas bajo la mano del que las cuente, dice Yavé.


Sí, haré que ramoneen en un buen potrero, en las altas montañas de Israel, descansarán en un buen corral y se alimentarán en fértiles praderas de las montañas de Israel;'


Miren si todavía falta el trigo en el granero. Miren si la vid, la higuera, el granado y el olivo no dan frutos. Pues en adelante los voy a bendecir.


Escucha, tus centinelas alzan la voz y juntos gritan jubilosos, por lo que han visto con sus propios ojos: ¡Yavé regresando a Sión!


Multiplicaré los frutos de los árboles y los productos del campo; ya no serán más humillados por el hambre en presencia de las demás naciones.


Pues yo sembraré la paz; la viña dará uva; la tierra, sus productos; el cielo entregará su rocío. Todo esto se lo daré a lo que queda de este pueblo.


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