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Jeremías 25:29 - Biblia Católica (Latinoamericana)

29 porque la ciudad que lleva mi nombre es la primera que empiezo a castigar, ¿y ustedes quedarían sin castigo? No, porque yo mismo dejaré caer la espada contra todos los habitantes de la tierra', dice Yavé de los Ejércitos.

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Biblia Reina Valera 1960

29 Porque he aquí que a la ciudad en la cual es invocado mi nombre yo comienzo a hacer mal; ¿y vosotros seréis absueltos? No seréis absueltos; porque espada traigo sobre todos los moradores de la tierra, dice Jehová de los ejércitos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

29 He comenzado a castigar a Jerusalén, la ciudad que lleva mi nombre. ¿Acaso los dejaría a ustedes sin castigo? No, no escaparán del desastre. Enviaré guerra contra todas las naciones de la tierra. ¡Yo, el Señor de los Ejércitos Celestiales, he hablado!’”.

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La Biblia Textual 3a Edicion

29 pues he aquí que si comienzo a desencadenar el mal en la ciudad sobre la cual es invocado mi Nombre, ¿quedaréis vosotros impunes? No quedaréis impunes, pues Yo convoco la espada contra todos los habitantes de la tierra, dice YHVH Sebaot.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

29 Porque mirad: comienzo a causar estragos por la ciudad sobre la cual se invoca mi nombre, y vosotros, ¿vais a quedar impunes? No quedaréis impunes, pues llamo a la espada contra todos los habitantes de la tierra' -oráculo de Yahveh Sebaot-.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

29 Porque he aquí, yo comienzo a traer el mal sobre la ciudad que es llamada por mi nombre; ¿y vosotros quedaréis sin castigo? No quedaréis sin castigo; porque espada traigo sobre todos los habitantes de la tierra, dice Jehová de los ejércitos.

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Jeremías 25:29
19 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Ha llegado el tiempo del juicio, y éste empieza por la casa de Dios. Pues si comienza por nosotros, ¿qué fin tendrán los que se niegan a creer en el Evangelio?


Entonces, dice Yavé, haré que cunda el pánico entre la gente de Gog: se atacarán con sus espadas unos a otros.


El justo recibe lo que merece en esta tierra, y más todavía el malvado y el pecador.


escúchalo desde lo alto del cielo donde habitas, y acoge la solicitud de ese extranjero. De ese modo todos los pueblos de la tierra conocerán tu Nombre, te temerán como lo hace tu pueblo Israel, y sabrán que tu Nombre permanece en esta Casa que he construido.


Así como ustedes bebieron sobre mi monte santo, así van a beber, naciones que me rodean; beberán hasta que pierdan los sentidos, y serán luego como si no hubieran sido.


Viejos, jóvenes, muchachas, niños y mujeres, mátenlos hasta acabar con ellos. Pero no tocarán a los que tienen la cruz. Comenzarán por mi Santuario. Comienzan pues con la gente que se encontraba delante del Templo.


Porque así habla Yavé: Los que no debían haber tomado de esa copa fueron obligados a beber, y tú, ¿quieres que no te castiguen? ¡No quedarás sin castigo, sino que tendrás también que tomar!


Porque si así tratan al árbol verde, ¿qué harán con el seco?'


Levántate, espada, contra mi pastor y contra el hombre de mi parentela, exclama Yavé de los Ejércitos.


Esto dice el Señor: He enviado en contra de Jerusalén a mis cuatro terribles castigos: la espada, el hambre, las fieras feroces y la peste, porque quiero acabar con hombres y animales.


Imagínate que hago venir la espada en contra de ese país y que yo diga: ¡Arrase la espada con este país y mate a hombres y animales!


No temas, servidor mío, Jacob, dice Yavé, pues yo estoy a tu lado. Destruiré a todas las naciones adonde te arrojé, pero a ti no te exterminaré; te castigaré como lo mereces, pero no será una venganza.


Yo estoy contigo para salvarte. Reduciré a la nada a todas las naciones por donde te disperse; pero a ti no te aniquilaré, sino que te corregiré como es debido, ya que no te dejaré sin castigo.


tú les dirás: 'Ustedes son los cántaros, y a todos los llenará Yavé hasta que queden borrachos. Y se estrellarán los habitantes de este país, el uno contra el otro, y los padres contra sus hijos, tanto los reyes, sucesores de David, como los sacerdotes y los profetas, junto con los habitantes de Jerusalén.


Pero esto ha de suceder: cuando el Señor haya terminado su obra en la montaña de Sión y en Jerusalén, castigará la soberbia del corazón del rey de Asiria y la mirada despreciativa de sus ojos. Porque dijo:


El que se burla de los pobres insulta a su Creador; el que se alegra de la desgracia ajena no quedará sin castigo.


El malvado nunca quedará sin castigo, pero la descendencia de los justos será salvada.


Comenzarás así: Escuchen la palabra de Yavé, reyes de Judá y habitantes de Jerusalén. Así dice Yavé de los Ejércitos, el Dios de Israel. Voy a mandar una calamidad tal sobre este lugar, que le zumbarán los oídos a quien la oiga,


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