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Jeremías 2:19 - Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Tus mismas faltas te castigan y tus infidelidades te condenan. Reconoce y comprueba cuán malo y amargo resulta abandonar a Yavé, tu Dios, y dejar de temerme a mí, palabra de Yavé Sabaot.

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Biblia Reina Valera 1960

19 Tu maldad te castigará, y tus rebeldías te condenarán; sabe, pues, y ve cuán malo y amargo es el haber dejado tú a Jehová tu Dios, y faltar mi temor en ti, dice el Señor, Jehová de los ejércitos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Tu perversidad traerá su propio castigo. El haberte alejado de mí te avergonzará. Verás qué malo y amargo es abandonar al Señor tu Dios y no temerle. ¡Yo, el Señor, el Señor de los Ejércitos Celestiales, he hablado!

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 ¡Repréndate tu maldad! ¡Condénente tus apostasías! Considera y reconoce cuán malo y amargo Es haber abandonado a YHVH tu Dios, Y no tener temor de mí, Dice Adonay YHVH Sebaot.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Tu propia maldad te castiga, tus apostasías te escarmientan. Reconoce y advierte que es malo y amargo el haber dejado a Yahveh, tu Dios, y que en ti no se halle mi temor -oráculo del Señor Yahveh Sebaot-.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

19 Tu maldad te castigará, y tus rebeldías te condenarán; sabe, pues, y ve cuán malo y amargo es el haber dejado tú a Jehová tu Dios, y faltar mi temor en ti, dice el Señor, Jehová de los ejércitos.

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Jeremías 2:19
40 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Digan: 'Feliz el justo, pues comerá el fruto de sus obras'; pero: 'Pobre del malo, porque le irá mal, y será tratado según las obras de sus manos.


Todo esto te mereces por tu mala conducta y por tus fechorías. Que se te parta el corazón de pena porque te rebelaste contra mí.


¿Acaso no sucedió esto porque has abandonado a Yavé, tu Dios, que te indicaba el camino?


Sólo el pecado habla al impío en el fondo de su corazón; ¡ningún temor de Dios ante sus ojos!'


El orgullo de Israel lo condena. Israel y Efraím están en crisis a causa de su pecado.


Cambiaré sus fiestas en velorio y sus cantos en lamentos. Haré que todo el mundo se vista de saco y que todos se rapen la cabeza. Ese día habrá tanto pesar como en los funerales de un hijo único; y el porvenir no será menos amargo.


Mi pueblo está pagando ahora su infidelidad. Llamen si quieren a Baal, pero nadie lo levantará.


Por esto, el león de la selva los ataca, el lobo de las estepas los destroza y la pantera está acechando a la puerta de sus ciudades, lista para despedazar al que salga, porque son muchos sus pecados y numerosas sus rebeldías.


el temor de Dios es lo que menos recuerdan.


Pero ellos no quisieron que les hablara, me volvieron la espalda y se tapaban los oídos para no escucharme;'


Samaria recibirá su castigo por haberse rebelado contra Yavé: sus habitantes serán acuchillados, sus niños serán pisoteados y les abrirán el vientre a sus mujeres embarazadas.


Pues, ¿por qué este pueblo sigue en su rebeldía, sin querer ceder? Se aferran fuertemente a la mentira y se niegan a convertirse.


Si Israel se muestra rebelde como una vaquilla salvaje, ¿cómo podrá Yavé llevarlo a pastar como un cordero a pleno campo?


¿A mí no me temen, dice Yavé, ni tiemblan delante de mí? De mí, que puse la arena para atajar el mar, como una cerca eterna que no puede saltar. Aunque se agite bramando, no podrá pasarla con sus olas.


¡Vuelvan, hijos rebeldes, que los voy a sanar de su rebelión! 'Aquí estamos de vuelta junto a ti, porque tú eres Yavé, nuestro Dios.


Así habla Yavé: ¿Acaso despedí a su madre? ¡Muéstrenme el certificado de divorcio!


Déjenme que les diga lo que voy a hacer con mi viña: le quitaré la cerca, para que la puedan saquear; se convertirá en maleza para el fuego;'


El que hace el mal quedará atrapado en el mal que hizo, se verá atado por sus propios pecados.


Por eso, comerán los frutos de sus errores, y de sus iniciativas, hasta que no puedan más.


Porque a los tontos los perderá su porfía, y a los irresponsables su propia dejación.


sin que se les ocurriera decir: 'Temamos a Yavé, nuestro Dios, que nos manda lluvia, en otoño y en primavera, y nos concede el tiempo justo para cosechar.


Los traté como lo merecían por sus pecados y sus infidelidades, y les oculté mi rostro.


Ellos no se fijan que tengo presente su maldad. Ahora mismo sus obras están delante de mí acusándolos.


Ya estás destruido, Israel, ¿quién vendrá en tu ayuda?


Jacob es el culpable de todo esto, y los hijos de Israel con sus pecados. ¿Cuál es el delito de Jacob? ¿No es Samaria? ¿Cuál es el pecado de Judá? ¿No es Jerusalén?


Y los hijos de Israel se quitaron sus trajes de fiesta al pie del monte Horeb.


Pero ustedes me han abandonado y han servido a otros dioses, por eso ya no los salvaré más.


Elías le respondió: 'No soy yo el causante de la desgracia de Israel, sino tú y la casa de tu padre, porque han abandonado los mandamientos de Yavé y se han vuelto a los Baales.


El profeta Semaías vino a Roboam y a los jefe de Judí que se habían reunido en Jerusalén para hacer frente a Sosaq y les dijo: 'Así dice Yavé: Ustedes me han abandonado y por esto también yo los abandono en manos de Sosaq.


Así se rebeló Edom del yugo de Judá hasta el día de hoy. Por ese mismo tiempo Libná se rebeló también contra él, porque había abandonado a Yavé, el Dios de sus padres.


Mientras él le hablaba, Amasías lo interrumpió: '¿Acaso te hemos hecho consejero del rey? ¡Cállate!, no sea que yo dé la orden de matarte. Entonces el profeta terminó con estas palabras: 'Ya veo que Dios ha determinado destruirte, porque después de actuar así no quieres escuchar mis advertencias.


Voy a hacer justicia con este pueblo que me ha dejado para hacer el mal; ha quemado incienso a dioses extranjeros, y se ha puesto a servir a dioses que ellos mismos se fabricaron.


Pero, ¿es a mí, acaso, a quien rebajan con eso, dice Yavé? ¿No es más bien a ellos mismos, para su propia deshonra?


Tú te preguntarás, tal vez: '¿Por qué me suceden todas estas desgracias?' A causa de tu gran perversidad te han arrancado los vestidos y te han pegado en los talones.


Todo eso te pasará porque te prostituiste con las naciones y con sus sucios ídolos.


No te alegres, Israel, no te regocijes como las naciones paganas, porque tú has traicionado a tu Dios y, con tal de que te dieran algo, te entregabas en cualquiera era donde se trillara.


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