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Jeremías 17:27 - Biblia Católica (Latinoamericana)

27 Pero si no me escuchan, y no santifican este día, trabajando y llevando sus cargas por las puertas de Jerusalén, prenderé fuego a esas puertas, y devorará los edificios de Jerusalén. Y nadie lo apagará.

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Biblia Reina Valera 1960

27 Pero si no me oyereis para santificar el día de reposo, y para no traer carga ni meterla por las puertas de Jerusalén en día de reposo, yo haré descender fuego en sus puertas, y consumirá los palacios de Jerusalén, y no se apagará.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

27 »”’Sin embargo, si no me escuchan y se niegan a guardar como sagrado el día de descanso, y si ese día pasan mercadería por las puertas de Jerusalén como si fuera cualquier otro, entonces quemaré estas puertas. El fuego se extenderá a los palacios y nadie podrá apagar las llamas rugientes’”».

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La Biblia Textual 3a Edicion

27 Pero si no me escucháis en lo de santificar el día del shabbat, y de no transportar carga y meterla por las puertas de Jerusalem en el día del shabbat, Yo prenderé un fuego a sus puertas que devorará los palacios de Jerusalem, y no se apagará.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

27 Pero si no me escucháis, si no santificáis el día del sábado dejando de transportar cargas y de pasarlas por las puertas de Jerusalén el día del sábado, entonces en sus puertas encenderé fuego que devorará los palacios de Jerusalén y no se apagará'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

27 Mas si no me oyereis para santificar el día del sábado, y para no traer carga ni meterla por las puertas de Jerusalén en día de sábado, yo haré encender fuego en sus puertas, y consumirá los palacios de Jerusalén, y no se apagará.

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Jeremías 17:27
43 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Quemó la casa de Yavé, el palacio real y todas las casas de Jerusalén.


Por eso, así habla Yavé: 'Mi cólera y mi furor se van a desencadenar sobre este lugar, sobre los hombres y los animales, sobre los árboles del campo y los frutos de la tierra, y arderá sin apagarse.


Vengo a pedirles cuentas, dice Yavé. ¡Prenderé fuego al bosque y quemará todos sus alrededores!


por eso yo prenderé fuego a los muros de Rabbá, incendiándose sus palacios; habrá entonces alaridos de combate y soplará el vendaval de la tormenta.


Se desprecia lo que me está consagrado, no se respetan mis sábados.


Yavé descargó su furor, derramó el ardor de su cólera; encendió fuego en Sión, que devoró sus cimientos.


Incendió el Templo de Yavé, el palacio real y todas las casas de Jerusalén.


Yo prenderé fuego a las murallas de Damasco, que quemará también a los palacios de Benadad.


Los caldeos incendiaron el palacio real y las casas del pueblo, y demolieron las murallas de Jerusalén.


pero si ustedes insisten en desobedecerme, será la espada la que los devore; porque ésta es palabra de Yavé.


Cuidado, pues, de hacerse los sordos con el que habla. Pues si no se salvaron en aquel tiempo los que desoyeron las palabras del profeta en la tierra, menos todavía nosotros si nos desentendemos del que habla desde los cielos.


Arrasaré a todos sus gobernantes y aniquilaré, con él, a todos sus príncipes, dice Yavé.


yo prenderé fuego a Temán y se quemarán los palacios de Bosrá.


yo lanzaré fuego sobre las murallas de Tiro y todos sus palacios quedarán arrasados por las llamas.


yo prenderé fuego a la muralla de Gaza y se incendiarán sus palacios;'


yo prenderé fuego a la casa de Jazael y se incendiarán los palacios de Ben-Hadad.


Condenarán tus hijas -tus ciudades- a la hoguera en presencia de todas las demás mujeres; así haré que no puedas más prostituirte ni pagarte amantes.


No queremos saber nada con todo lo que nos has dicho en nombre de Yavé,


los caldeos, que están atacando a esta ciudad, entrarán y le prenderán fuego; arderán todas las casas en cuyas terrazas se quemó incienso a Baal y se derramó vino en honor de otros dioses, para provocarme.


Pero si no escuchan estas palabras, les juro por mí mismo, Yavé es quien habla, este palacio será destruido.


éstas son sus palabras: Hagan justicia correctamente, cada día, libren al oprimido de las manos de su opresor; de lo contrario mi cólera va a estallar como un incendio y no va a haber nadie para apagarlo.


Pero si ustedes me hacen caso, palabra de Yavé, y santifican el día sábado, sin realizar en él trabajo alguno, y no entran cargados por las puertas de Jerusalén, entonces habrá reyes que se sientan en el trono de David.


Tendrás que desprenderte de la propiedad que te había regalado, y te haré esclavo de tus enemigos en una tierra desconocida, porque has encendido el fuego de mi ira, que quemará eternamente.


Les puse entonces centinelas: '¡Estén atentos cuando toquen la trompeta!' Y también contestaron: 'No queremos atender.


El hombre importante quedará como un trapo y su trabajo como una chispa; se quemarán los dos juntos, y no habrá nadie para apagar el fuego.


Incendiaron la Casa de Dios y derribaron las murallas de Jerusalén, prendieron fuego a todos sus palacios y destruyeron todos los objetos preciosos.


Porque me abandonaron y ofrecieron incienso a otros dioses. Provocaron mi cólera con su conducta, por eso mi cólera en contra de este lugar será como un fuego que no se apaga.


¡Miren que saltó fuego de mi cólera y la llama consume hasta el mundo de abajo, devora la tierra y sus frutos, abrasa los cimientos de los cerros!


¡Que la paz guarde tus muros y haya seguridad en tus palacios!'


Aquí viene una palabra que Yavé dirigió a Jeremías:


Ha forzado sus murallas como un huerto, ha destruido su lugar de reunión. Yavé ha hecho olvidar en Sión solemnidades y sábados; en el ardor de su cólera ha desechado al rey y al sacerdote.


Le han sacado punta para la masacre, brilla y lanza destellos.


Al mismo tiempo que se comportaban así, se dedicaban a manchar mi Templo y profanaban mis sábados,


Israel se ha olvidado de su creador y construye palacios; Judá, por su parte, multiplica las ciudades fortificadas; pero yo prenderé fuego a sus ciudades e incendiaré sus castillos.


Le dirás al bosque del sur: Escucha la palabra de Yavé... Esto dice Yavé: Encenderé en ti un fuego que consumirá todos los árboles: verdes o secos. Ese fuego violento no se apagará y en él arderán todas las personas desde el sur al norte.


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