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Jeremías 17:14 - Biblia Católica (Latinoamericana)

14 ¡Devuélveme la salud, Yavé, y quedaré sano! ¡Sálvame y estaré a salvo! Pues mi esperanza eres tú.

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Biblia Reina Valera 1960

14 Sáname, oh Jehová, y seré sano; sálvame, y seré salvo; porque tú eres mi alabanza.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Oh Señor, si me sanas, seré verdaderamente sano; si me salvas, seré verdaderamente salvo. ¡Mis alabanzas son solo para ti!

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 ¡Sáname, oh YHVH, y seré sano; Sálvame, y seré salvo, Porque Tú eres mi alabanza!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Sáname, Yahveh, y sanaré; sálvame y me salvaré, pues mi alabanza eres tú.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

14 Sáname, oh Jehová, y seré sano; sálvame, y seré salvo; porque tú eres mi alabanza.

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Jeremías 17:14
23 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Ten compasión de mí que estoy sin fuerzas; sáname pues no puedo sostenerme.


Vean ahora que Yo, sólo Yo soy, y que no hay más Dios que yo. Yo doy la muerte y la vida, yo hiero, y soy yo mismo el que sano, y no hay quién se libre de mi mano.


Oh Señor y Dios nuestro, sálvanos, júntanos de entre las naciones, para que demos gracias a tu santo nombre y sea nuestra gloria tu alabanza.


El Espíritu del Señor está sobre mí. El me ha ungido para llevar buenas nuevas a los pobres, para anunciar la libertad a los cautivos y a los ciegos que pronto van a ver, para despedir libres a los oprimidos


A él irán tus alabanzas, pues El es tu Dios, que ha hecho por ti las cosas asombrosas que has visto.


Oh Dios a quien alabo, no guardes silencio,


Vuélvete a mí, Señor, salva mi vida, y líbrame por tu gran compasión.


Haré que tú seas como una fortaleza y una pared de bronce frente a ellos; y si te declaran la guerra, no te vencerán, pues yo estoy contigo para librarte y salvarte.


Pero el viento seguía muy fuerte, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó: '¡Señor, sálvame!'


Escucho, escucho quejarse a Efraím: 'Me has pegado, y he sido castigado muy duro, como un novillo no domado; haz que yo vuelva y volveré, ya que tú eres Yavé, mi Dios.


¡Puedes ir! Se pondrá más pesado el corazón de este pueblo, se volverán sordos sus oídos y se les pegarán sus ojos. ¿Acaso se atreverían a ver con sus ojos, y a oír sus oídos, para que comprenda su corazón, y se conviertan y recuperen la salud.


Los discípulos se acercaron y lo despertaron diciendo: '¡Señor, sálvanos, que estamos perdidos!'


Levantó la cornamenta de su pueblo, causa de orgullo para todos sus amigos, para Israel, el pueblo que a él se acerca.


Libera ahora a los que tú amas, sálvanos con tu diestra y respóndenos.


Pues dicen: 'Con palabras todo lo conseguiremos; si sabemos hablar, ¿quién nos va a dominar?'


Entonces Moisés suplicó a Yavé: '¡Por favor, detente! ¡Sánala!'


Oh Dios, por tu Nombre sálvame; por tu poder hazme justicia.


Realmente de nada sirven los templos en las lomas y las fiestas en los montes. Sólo Yavé, nuestro Dios, es quien salva a Israel.


Ya que a ti te llamaban La Abandonada, nuestra presa, de quien nadie se preocupa, yo voy a devolver el vigor a tu cuerpo y voy a sanar tus llagas, dice Yavé.


Yo, sin embargo, me apresuraré a que se restablezcan y mejoren; les devolveré la salud y les haré gozar de mucha paz y seguridad.


Aquí estoy sumamente perturbado, y tú, Señor, ¿hasta cuándo?...


Tuyo soy, sálvame, ya que he buscado tus ordenanzas.


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