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Jeremías 11:19 - Biblia Católica (Latinoamericana)

19 ¡Y yo que no tenía más sospecha que el cordero al que llevan tranquilo para matarlo! No sabía lo que estaban tramando para perderme: 'Hagámosle tragar unas buenas pruebas, hasta que desaparezca de entre los vivos, y nadie se acordará más de su nombre.

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Biblia Reina Valera 1960

19 Y yo era como cordero inocente que llevan a degollar, pues no entendía que maquinaban designios contra mí, diciendo: Destruyamos el árbol con su fruto, y cortémoslo de la tierra de los vivientes, para que no haya más memoria de su nombre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Yo era como cordero que se lleva al matadero. ¡No tenía idea de que pensaban matarme! «Destruyamos a ese hombre y todas sus palabras —dijeron—, derribémoslo para que su nombre sea olvidado para siempre».

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Yo, como cordero manso llevado al matadero, no sabía que tramaban maquinaciones contra mí, diciendo: Cortemos el árbol con su fruto;° arranquémoslo de la tierra de los vivientes, para que su nombre no se pronuncie más.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Yo era como manso cordero que se lleva al matadero; no sabía que contra mí urdían intrigas: Destruyamos el árbol con su fruto, cortémosle de la tierra de los vivos y que no se miente más su nombre.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

19 Y yo era como un cordero o un buey que es llevado al matadero; y yo no sabía que maquinaban designios contra mí, diciendo: Destruyamos el árbol con su fruto, y cortémoslo de la tierra de los vivientes, y no haya más memoria de su nombre.

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Jeremías 11:19
28 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Yo oía a mis adversarios que decían contra mí: '¿Cuándo, por fin, lo denunciarán?' Ahora me observan los que antes me saludaban, esperando que yo tropiece para desquitarse de mí.


Ellos decían: 'Vengan, tramemos un atentado contra Jeremías, porque no por eso van a faltar sacerdotes que nos digan la Ley, ni sabios que den consejos, ni profetas que transmitan palabras de Yavé. Vengan, debemos contradecirle y no hacer más caso a todas sus palabras.


Vengan, dicen, no sean más nación, y que nadie recuerde el nombre de Israel.


Oigo los cuchicheos de la gente, y se asoma el terror por todas partes. Se unieron todos en mi contra, tramaron arrebatarme la vida.


Ignora el hombre su camino, no lo encontrará en la tierra de los vivos.


La bondad del Señor espero ver en la tierra de los vivientes.


Yo decía: No veré más al Señor en la tierra de los vivos, ya no veré a los habitantes de este mundo.


En cuanto al sinvergüenza, sus inventos son perversos, pues trata de perjudicar a los pobres con sus mentiras, aunque sean justos los reclamos de estos humildes.


La memoria del justo será bendecida, pero el nombre de los malvados se pudrirá.


El la sigue como un buey que llevan al matadero, como un ciervo pillado en un lazo corredizo,


Caminaré en presencia del Señor en la tierra de los vivos.


¡Que sea su descendencia exterminada y se borre su nombre en una generación!


Después de las sesenta y dos semanas, será eliminado un hombre consagrado, sin que se encuentre culpa en él. Llegará un pueblo cuyo jefe destruirá la ciudad y el Templo: todo quedará sumergido y habrá guerras y desastres hasta el fin.


¡A ti clamo, Señor, a ti te digo: 'Tú eres mi esperanza, mi parte en la tierra de los que viven!'


pues nada logrará perturbarlo: el recuerdo del justo será eterno.


Amas el mal más que el bien, prefieres la mentira a la verdad.


Pero en cuanto caí, se alegraron y se juntaron todos contra mí como extranjeros o desconocidos.


En cuanto terminó de decir todo lo que Yavé le había ordenado, lo agarraron, diciendo: 'Vas a morir'


Tú ves cómo se vengan de mí todos los que intrigaron contra mí.


Ahí están Elam y todo su pueblo agrupado alrededor de su tumba. También ellos sembraron el terror por la tierra de los vivos, pero fueron masacrados a espada; estos incircuncisos bajaron a la morada de los muertos, arrastrando su vergüenza hasta donde los que bajan a la tumba.


¡Malvado, déjate de tramar algo malo en contra de la casa del justo; no vayas a perturbar su descanso!'


Ellos te declararán la guerra, pero no podrán vencerte, pues yo estoy contigo para ampararte, palabra de Yavé.


Efraím monta guardia ante mi Dios y el profeta trata de impedir que el enemigo llegue de sorpresa, anunciando el ataque contra el templo de sus ídolos.


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