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Jeremías 10:3 - Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Porque el Dios Terrible de los pueblos es pura nada. Es un palo cortado en un bosque, labrado con azuela por las manos del maestro

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Biblia Reina Valera 1960

3 Porque las costumbres de los pueblos son vanidad; porque leño del bosque cortaron, obra de manos de artífice con buril.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Sus costumbres son vanas y necias. Cortan un árbol y el artesano talla un ídolo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Porque las costumbres de los pueblos son vanidad: Pues se corta un árbol del bosque, La mano de artífice lo labra con herramienta,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Porque los dioses de los pueblos son vanidad: madera que se corta en el bosque con el hacha, labrada por las manos del artífice.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Porque las costumbres de los pueblos son vanidad; pues cortan el leño del bosque con el hacha, es obra de manos de artífice.

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Jeremías 10:3
17 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Observen, pues, mis normas, y no practiquen ninguna de las costumbres horribles que se practicaron antes de ustedes; no se manchen con ellas, pues Yo soy Yavé, Dios de ustedes.


No olviden que han sido rescatados de la vida vacía que aprendieron de sus padres; pero no con un rescate material de oro o plata,


A pesar de que conocían a Dios, no le rindieron honores ni le dieron gracias como corresponde. Al contrario, se perdieron en sus razonamientos y su conciencia cegada se convirtió en tinieblas.


Todos ellos son bestias y estúpidos, pues sus ídolos demuestran su necedad.


Cuando pidan a Dios, no imiten a los paganos con sus letanías interminables: ellos creen que un bombardeo de palabras hará que se los oiga.


Reúnanse y vengan, acérquense y traten de entender, ustedes que sobreviven entre las naciones: Son tontos los que le creen a una estatua, a una cosa de madera, y rezan a un dios incapaz de salvar.


¿Acaso sus padres me hallaron desleal, para que se alejaran de mí? Pues se fueron a cosas despreciables y, con esto, se hicieron despreciables.


Pero como ustedes mismos pueden ver y oír, ese Pablo ha cambiado la mente de muchísimas personas, no sólo en Efeso, sino en casi toda la provincia de Asia. Según él, los dioses no pueden salir de manos humanas.


Sus ídolos no son más que oro y plata, una obra de la mano del hombre.


Voy a hacer justicia con este pueblo que me ha dejado para hacer el mal; ha quemado incienso a dioses extranjeros, y se ha puesto a servir a dioses que ellos mismos se fabricaron.


¿Hay acaso, entre los ídolos de los paganos, quién haga llover, o son los cielos los que dan los chubascos? ¿No eres tú únicamente, Yavé? ¡Oh Dios nuestro, sólo en ti esperamos, y tú eres quien ha hecho todas estas cosas!


¡Oh Yavé, mi fuerza y mi fortaleza, mi refugio en el día de la desgracia! A ti vendrán a verte las naciones desde los últimos límites de la tierra, y dirán: Era sólo mentira lo que se transmitían nuestros padres, y vanidad y falta de poder.


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