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Isaías 8:17 - Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Ahora, pues, esperaré en Yavé, que esconde su rostro al pueblo de Jacob; en él confío.

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Biblia Reina Valera 1960

17 Esperaré, pues, a Jehová, el cual escondió su rostro de la casa de Jacob, y en él confiaré.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Yo esperaré al Señor, que se ha apartado de los descendientes de Jacob; pondré mi esperanza en él.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Esperaré a YHVH, que ha escondido su rostro de la casa de Jacob; Sí, a Él esperaré.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Aguardaré a Yahveh, que oculta su rostro a la casa de Jacob, y en él esperaré.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

17 Esperaré, pues, en Jehová, el cual escondió su rostro de la casa de Jacob, y a Él buscaré.

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Isaías 8:17
39 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Esta visión espera su debido tiempo, pero se cumplirá al fin y no fallará; si se demora en llegar, espérala, pues vendrá ciertamente y sin retraso.


Entonces dirán: 'Este es, en verdad, nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara; éste es Yavé, en quien confiábamos. Ahora estamos contentos y nos alegramos porque nos ha salvado;'


En el Señor nosotros esperamos, él es nuestra defensa y nuestro escudo;'


En unos momentos de ira te oculté mi rostro, pero con amor que no tiene fin me apiado de ti -dice Yavé, que te viene a rescatar.


de la misma manera Cristo se sacrificó una sola vez para quitar los pecados de una multitud. La segunda vez se manifestará a todos aquellos que lo esperan como a su salvador, pero ya no será por causa del pecado.


Confía en el Señor, ¡ánimo, arriba!, espera en el Señor.


Sino que sus maldades de ustedes han cavado un abismo entre ustedes y su Dios. Sus pecados han hecho que él vuelva su cara para no atenderlos.


Quien de ustedes respeta a Yavé, escuche la voz de su servidor. El que camina a oscuras, sin luz para alumbrarse, que confíe en el Nombre de Yavé, y que se apoye en su Dios.


esperando que venga del cielo el que nos libera del juicio que se acerca: éste es Jesús, su Hijo, al que resucitó de entre los muertos.


Pero yo miraré al Señor, esperaré en el Dios que me salva; mi Dios me atenderá.


pero cuando me llamen no les haré caso, sino que les ocultaré mi cara por sus malas acciones.


Yavé Dios de los Ejércitos, Yavé es su nombre).


Les voy a esconder mi rostro, a ver qué será de ellos. Estos son una generación perversa, hijos de los que uno no se puede fiar.


Que el Señor fije sus corazones en la buena dirección para que puedan amar a Dios y soportar cristianamente la adversidad.


Y, sin embargo, Yavé, tú eres nuestro Padre, somos la greda que tus manos plasmaron, todos nosotros fuimos hechos por tus manos.


Cuando rezan con las manos extendidas, aparto mis ojos para no verlos; aunque multipliquen sus plegarias, no las escucharé, porque veo la sangre en sus manos.


Si es así, ¿qué me queda, Señor? Pondré en ti mi esperanza.


¡Ah, Yavé!, tú sabes que sólo buscamos el camino de tus preceptos. Tu nombre y tu memoria son el anhelo del alma.


Espero, Señor, mi alma espera, confío en tu palabra;'


Llegó en aquel momento y también comenzó a alabar a Dios hablando del niño a todos los que esperaban la liberación de Jerusalén.


Tú has desconcertado a los que vivían como justos, y que te recordaban, siguiendo tus caminos. Te enojaste, pues a lo mejor pecamos; hemos actuado mal, pero tendremos salvación.


¡Yavé, ten compasión, pues en ti esperamos! Sé tú nuestro apoyo, por la mañana, y nuestra salvación en el tiempo de la angustia.


Esperaba, esperaba al Señor, él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor,


Espera en el Señor y sigue su camino, él te librará de los impíos, y te mantendrá hasta que heredes la tierra; presenciarás la caída de los malos.


Y les interpretó lo que se decía de él en todas las Escrituras, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas.


Y también: Mantendré mi confianza en Dios. Aquí estoy yo y los hijos que Dios me ha dado.


¿Por qué me vuelves la cara y me tratas como a un enemigo tuyo?


Yavé está esperando el momento para perdonarlos; se levantará y tendrá piedad de ustedes, pues Yavé es un Dios justo y ¡felices los que en él esperan!'


Tú eres un Dios al que le gusta esconderse, Dios de Israel, el Salvador.


Yavé, Dios de Israel, dice que esto no conducirá a otra cosa que a llenar la ciudad de cadáveres; allí estarán aquellos a quienes haya yo derribado con rabia y furor, y cuya maldad fue causa de que yo no quisiera mirar más a esta ciudad.


Peor todavía si dices que no encuentras a Dios, y que después de preparar tu defensa lo esperas.


Corría tras las ganancias injustas; me enojé por un momento, le pegué y en mi enojo le escondí mi cara. Pues él, rebelde, no hacía más que seguir las indicaciones de su corazón,


Nadie ya invoca tu Nombre ni se despierta para buscarte, sino que tú nos has dado vuelta la cara y nos has dejado a merced de nuestras culpas.


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