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Isaías 65:24 - Biblia Católica (Latinoamericana)

24 Antes que me llamen les responderé, y antes que terminen de hablar habrán sido atendidos.

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កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

24 Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 Les responderé antes que me llamen. Cuando aún estén hablando de lo que necesiten, ¡me adelantaré y responderé a sus oraciones!

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 Y acontecerá que antes que clamen, Yo responderé; Cuando todavía estén hablando, Yo ya habré oído.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 Antes que me llamen, yo responderé; estarán aún hablando y yo escucharé.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

24 Y sucederá que antes de que ellos clamen, responderé yo; y mientras aún estén hablando, yo habré oído.

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Isaías 65:24
19 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Luego añadió: 'No tengas miedo, Daniel, porque desde el primer día en que trataste de comprender y de humillarte ante la mirada de tu Dios, tus palabras fueron escuchadas y por eso vine yo en persona'.


Entonces, si llamas a Yavé, responderá. Cuando lo llames, dirá: 'Aquí estoy. Si en tu casa no hay más gente explotada, si apartas el gesto amenazante y las palabras perversas;'


Por eso les digo: todo lo que pidan en la oración, crean que ya lo han recibido y lo obtendrán.


Si me invoca, yo le responderé, y en la angustia estaré junto a él, lo salvaré, le rendiré honores.


invócame en el día de la angustia, te libraré y tú me darás gloria.


Terminada la oración, tembló el lugar donde estaban reunidos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y se pusieron a anunciar con valentía la Palabra de Dios.


Busquen a Yavé ahora que lo pueden encontrar, llámenlo ahora que está cerca.


Te confesé mi pecado, no te escondí mi culpa. Yo dije:' Ante el Señor confesaré mi falta'. Y tú, tu perdonaste mi pecado, condonaste mi deuda.


Sí, pueblo de Sión, que vives en Jerusalén, ya no llorarás más. El se compadecerá de ti al sentir tus lamentos, lo llamarás y te atenderá.


Los pobres y los humildes buscan agua pero no la encuentran, y se les seca la lengua de sed. Pero yo, Yavé, los escucho; yo, Dios de Israel, no los abandonaré.


No, no es que el brazo de Yavé no alcance a salvar, ni que su oído esté demasiado sordo para oír.


Echaré ese tercio al fuego; lo purificaré como se hace con la plata, lo pondré a prueba como se prueba el oro. El invocará mi Nombre y yo lo escucharé. Entonces yo diré: '¡Este es mi pueblo!', y él, a su vez, dirá: '¡Yavé es mi Dios!'


No había terminado de orar, cuando salió Rebeca con su cántaro al hombro. Era la hija de Batuel, el hijo de Milcá, esposa de Najor, hermano de Abrahán.


Isaías hijo de Amós mandó a decir a Ezequías: 'Esto dice Yavé, el Dios de Israel: He atendido la oración que me dirigiste acerca de Senaquerib, rey de Asur.


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