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Isaías 6:2 - Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Por encima de él había serafines. Cada uno de ellos tenía seis alas: con dos se cubrían el rostro, con dos los pies y con las otras volaban.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Lo asistían poderosos serafines, cada uno tenía seis alas. Con dos alas se cubrían el rostro, con dos se cubrían los pies y con dos volaban.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Por encima de Él había serafines: cada uno tenía seis alas, con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies y con dos alas se cernían.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Por encima de Él había serafines de pie, con seis alas cada uno: con dos se cubrían el rostro, con otras dos se cubrían hasta los pies y con los otras dos volaban.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

2 Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, y con dos cubrían sus pies y con dos volaban.

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Isaías 6:2
34 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Cada uno de los cuatro Seres Vivientes tiene seis alas llenas de ojos alrededor y por dentro, y no cesan de repetir día y noche: Santo, santo, santo es el Señor Dios, el Todopoderoso, el que era, es y ha de venir.


Sus alas estaban desplegadas hacia arriba; cada uno tenía dos alas que se juntaban con las de sus compañeros, y dos alas que le cubrían el cuerpo.


Tomas de mensajeros a los vientos y como servidores un fuego en llamas.


Bendigan al Señor todos sus ángeles, héroes poderosos, que ejecutan sus órdenes apenas oyen el sonido de su palabra.


Entonces voló hacia mí uno de los serafines. Tenía un carbón encendido que había tomado del altar con unas tenazas,


Montó en un querubín y emprendió vuelo; planeaba sobre las alas del viento.


Cada una de las alas del querubín tenía dos metros y medio de largo, de manera que había cinco metros de una punta a la otra de las alas.


Luego vi a otro ángel que volaba por lo alto del cielo, trayendo la buena nueva definitiva, la que tenía que anunciar a los habitantes de la tierra, a toda nación, raza, lengua y pueblo.


Y mi visión continuó: oí a un águila que volaba por lo más alto del cielo y que decía con voz potente: '¡Ay, ay, ay de los habitantes de la tierra cuando resuene el sonido de las trompetas que los tres últimos ángeles van a tocar!'


Todos los ángeles estaban de pie alrededor del trono, de los Ancianos y de los cuatro Seres Vivientes; se postraron ante el trono rostro en tierra y adoraron a Dios,


Un río de fuego brotaba y corría de delante de él; miles y millares le servían, millones y millones permanecían de pie en su presencia. Se constituyó el tribunal y abrieron los libros.


Cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas, y se veían como manos debajo de sus alas.


Oí entonces el ruido de sus alas, como el ruido de aguas caudalosas, como la voz del Dios Todopoderoso. Cuando caminaban se sentía un ruido como de tempestad, como el estruendo de una multitud; cuando se detenían replegaban sus alas.


se tocaban unas con otras. Al andar no se volvían a ningún lado: iban derecho siguiendo una de sus caras.


cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas.


Si Dios no confía ni en sus santos, y hasta los cielos no son puros a sus ojos,


Un día, cuando los hijos de Dios vinieron a presentarse ante Yavé, apareció también entre ellos Satán.


Miqueas agregó: 'Escucha esta palabra de Yavé: Vi a Yavé sentado en su trono con todo el ejército de los cielos a su derecha y a su izquierda.


Los querubines extendían sus alas por encima del sitio donde se ubicaba el Arca y así cubrían el Arca y sus andas.


Salomón puso los querubines en el centro de la Casa, con las alas desplegadas; el ala del primero rozaba uno de los muros y el ala del segundo tocaba el otro muro, y sus alas se tocaban una con otra en el medio de la Casa.


Los dos querubines tenían las alas extendidas y cubrían con sus alas el Lugar del Perdón. Estaban uno frente al otro y sus caras miraban al Lugar del Perdón.


Los querubines extenderán sus alas hacia arriba y sus alas cubrirán el Lugar del Perdón. Estarán de frente el uno al otro y sus caras mirarán hacia el Lugar del Perdón. Lo pondrás sobre el Arca,


Dios terrible en la asamblea de los santos, grande y temible para toda su corte.


¿Será puro algún mortal a los ojos de su Hacedor? Ni siquiera en sus servidores Dios confía, El, que descubre fallas en sus mismos ángeles.


Cuando Elías la oyó, se cubrió el rostro con el manto, salió y se mantuvo a la entrada de la caverna. Entonces se oyó una voz: '¿Elías, qué haces aquí?'


Luego le dijo: 'Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Al instante Moisés se tapó la cara, porque tuvo miedo de que su mirada se fijara sobre Dios.


Abram cayó rostro en tierra, y Dios le habló así:


Tratándose de los ángeles, encontramos palabras como éstas: Dios envía a sus ángeles como espíritus y a sus servidores como llamas ardientes.


Cuando llegó la hora del incienso, toda la gente estaba orando afuera, en los patios.


Tomó éste la palabra y les ordenó a sus asistantes:


En esto llegó volando hasta mí Gabriel, al que había visto en la visión al comienzo.


Cuando los querubines avanzaban, las ruedas avanzaban con ellos; cuando los querubines desplegaban sus alas para elevarse desde la tierra, las ruedas no dejaban de acompañarlos.


Yo miré: un viento huracanado venía del norte. Vi una gran nube: En medio de ella un fuego ardiente irradiaba luz, y el centro era como de metal incandescente.


¡Tú, Yavé, eres el Unico! Tú hiciste los cielos, los cielos de los cielos y todo cuanto contienen, la tierra y todo lo que tiene, los mares y cuanto hay en ellos; tú das la vida a todos, y ante ti se postra el ejército de los cielos.


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