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Isaías 55:2 - Biblia Católica (Latinoamericana)

2 ¿Para qué van a gastar en lo que no es pan y dar su salario por cosas que no alimentan? Si ustedes me hacen caso, comerán cosas ricas y su paladar se deleitará con comidas exquisitas.

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Biblia Reina Valera 1960

2 ¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 ¿Por qué gastar su dinero en alimentos que no les dan fuerza? ¿Por qué pagar por comida que no les hace ningún bien? Escúchenme, y comerán lo que es bueno; disfrutarán de la mejor comida.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 ¿Por qué gastáis dinero en lo que no es pan, Y vuestro esfuerzo en lo que no sacia? ¡Oídme atentamente° y comed lo bueno, Y deléitense vuestras almas con manjares!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 ¿Por qué gastáis dinero en lo que no alimenta, y vuestra ganancia en lo que no sacia? Escuchadme bien y comeréis lo bueno, se deleitará vuestro paladar en manjares sustanciosos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

2 ¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no satisface? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura.

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Isaías 55:2
42 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

doble falta ha cometido mi pueblo: me ha abandonado a mí, que soy manantial de aguas vivas, y se han cavado pozos, pozos agrietados que no retendrán el agua.


se sacian con lo mejor de tu casa, y le quitas la sed en tu río de delicias.


Los pobres comerán hasta saciarse, alabarán a Dios los que lo buscan: ¡vivan sus corazones para siempre!


No se dejen engañar por las novedades y las doctrinas extrañas a la fe. La gracia de Dios es un buen medio para fortalecer la vida interior; no cuenten con otros alimentos de los que nadie sacó provecho.


Daré a los sacerdotes harta manteca y mi pueblo quedará satisfecho con mis regalos, dice Yavé.


Así lo ha dispuesto Yavé de los Ejércitos, que los pueblos trabajen para el fuego y la gente se canse para nada (14).


Como siembran vientos, cosecharán tempestades. Su trigo no echará espigas, la espiga no dará harina; y si llega a dar algo, se la comerán los extranjeros.


Atiéndanme, ustedes que andan derecho, pueblo mío que tienes mi ley en tu corazón. No teman las injurias de los hombres ni se desmoralicen por sus insultos.


Jesús volvió a llamar a la gente y empezó a decirles: 'Escúchenme todos y traten de entender.


De nuevo envió a otros servidores con orden de decir a los invitados: 'He preparado un banquete, ya hice matar terneras y otros animales gordos y todo está a punto. Vengan, pues, a la fiesta de la boda'.


Escúchenme ustedes, que anhelan la justicia y que buscan a Yavé.


Mi alma está repleta, saciada y blanda, y te alaba mi boca con labios jubilosos.


Israel, en cambio, que buscaba en la Ley un camino de rectitud, no alcanzó la finalidad de la Ley. ¿Y por qué?


El culto que me rinden no sirve de nada, las doctrinas que enseñan no son más que mandatos de hombres.


Pueblos, pónganme atención, y escúchenme, naciones, porque de mí saldrá la Ley y mis sentencias que serán la luz de los pueblos.


Si ustedes quieren obedecerme, comerán lo mejor de la tierra;'


¡Vengan a comer mi pan y a beber mi vino que he preparado!


Vengan, hijos, y pónganme atención, quiero enseñarles el temor del Señor.


Así, pues, la fe nace de una proclamación, y lo que se proclama es el mensaje cristiano.


Traigan el ternero gordo y mátenlo; comamos y hagamos fiesta,


Efraím me ha rodeado de mentira; la gente de Israel, de falsedad; sigue todavía a su Baal y se apega a sus divinidades.


Pero la gente saca el oro de su cartera y lo pesan, con la plata, en la balanza. Le pagan a un joyero para que les haga un dios al que adoran y delante del cual se tiran al suelo.


Yavé de los Ejércitos está preparando para todos los pueblos, en este cerro, una comida con jugosos asados y buenos vinos, un banquete de carne y vinos escogidos.


Alguien recibió de Dios fortuna, riqueza y honores: nada faltó de todo lo que pudo desear. Pero Dios no le concede disfrutar de ello, y es otro el que lo aprovecha. Esta es otra cosa muy mala y que no se puede justificar.


Pues bien, hijos míos, oíganme. ¡Felices los que siguen mis caminos!


Si obedeces puntualmente los mandamientos que te entrego hoy, si amas a Yavé, tu Dios, y me sirves con todo tu corazón y toda tu alma,


y le dijo: 'Si de veras escuchas a Yavé, tu Dios, y haces lo que es justo a sus ojos, dando oídos a sus mandatos y practicando sus normas, no descargaré sobre ti ninguna plaga de las que he descargado sobre los egipcios; porque yo soy Yavé, que te doy la salud.


Ese es un hombre que se alimenta de cenizas; tiene su corazón engañado y se perderá. ¿No será capaz de recapacitar y de preguntarse: '¿Qué tengo en las manos sino puras mentiras?'


al que pronto una flecha atravesará el hígado: ¡Es como un pájaro que cae en la trampa, sin saber que eso le costará la vida!


Pero el que me escucha dormirá en paz, no tendrá que temer la desgracia.


Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.


Trabajen, no por el alimento de un día, sino por el alimento que permanece y da vida eterna. Este se lo dará el Hijo del hombre; él ha sido marcado con el sello del Padre.


Entonces, la carga se caerá de tu espalda, su yugo dejará de pesar en tu cuello, y la abundancia reemplazará la opresión.


Yavé lo ha jurado por su mano derecha y por su forzudo brazo: 'Ya no entregaré más tu trigo, y tus enemigos no se lo comerán; los extranjeros no tomarán más tu vino, que tanto te costó producir,


sino que los mismos que cosechen el trigo, lo comerán y alabarán a Yavé. Y los que vendimien se tomarán el vino, en los corredores de mi santuario.


No trabajarán inútilmente ni tendrán hijos para perderlos, pues ellos y sus descendientes serán una raza bendita de Yavé.


Sembraron trigo, y cosecharon espinas: se han cansado inútilmente. Les da vergüenza lo poco que han cosechado, por la mucha ira de Yavé.


Pero si ustedes me hacen caso, palabra de Yavé, y santifican el día sábado, sin realizar en él trabajo alguno, y no entran cargados por las puertas de Jerusalén, entonces habrá reyes que se sientan en el trono de David.


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