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Isaías 54:8 - Biblia Católica (Latinoamericana)

8 En unos momentos de ira te oculté mi rostro, pero con amor que no tiene fin me apiado de ti -dice Yavé, que te viene a rescatar.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; pero con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo Jehová tu Redentor.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 En un estallido de enojo aparté de ti mi rostro por un poco de tiempo. Pero con amor eterno tendré compasión de ti —dice el Señor, tu Redentor—.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 En un arrebato de ira, por un breve momento, escondí mi rostro de ti, Pero con gran compasión tendré misericordia de ti eternamente, dice YHVH, tu Redentor.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 En un acceso de cólera escondí mi rostro de ti un instante; pero de ti me apiado con amor eterno dice tu redentor, Yahveh.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; mas con misericordia eterna tendré compasión de ti, dice Jehová, tu Redentor.

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Isaías 54:8
34 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

De lejos Yavé se le apareció: 'Con amor eterno te he amado, por eso prolongaré mi cariño hacia ti.


Por esa razón fui perdonado, para que en mí se manifestara en primer lugar toda la generosidad de Cristo Jesús, y fuera así un ejemplo para todos los que han de creer en él y llegar a la vida eterna.


Los extranjeros reedificarán tus muros y sus reyes te pagarán los gastos. Pues si bien cuando estuve enojado te pegué, llevado por mi buen corazón, me compadecí de ti.


por eso, estoy muy enojado con las naciones orgullosas; pues si bien yo estaba disgustado con Jerusalén, no era para que ellas llegaran a tanto.


Atiéndanme y acérquense a mí, escúchenme y su alma vivirá. Voy a hacer con ustedes una alianza para siempre, para darles los bienes que tengo prometidos a David.


Los cerros podrán correrse y bambolearse las lomas; mas yo no retiraré mi amor, y mi alianza de paz contigo no se bamboleará -dice Yavé, que se compadece de ti.


Pues ahora te desposa tu creador, Yavé de los Ejércitos es su nombre. El que te rescata es el Santo de Israel, quien se llama Dios de toda la tierra.


Así dice Yavé, el que te rescata, el Santo de Israel: 'Yo soy tu Dios y te enseño lo que te es provechoso, indicándote el camino que debes seguir.


Me había enojado con mi pueblo y había rechazado a los míos. Los había entregado a tus manos, pero tú no tuviste compasión y, sobre el anciano, hiciste caer tu yugo aplastante.


Ahora, pues, esperaré en Yavé, que esconde su rostro al pueblo de Jacob; en él confío.


Que los anime el propio Cristo Jesús, nuestro Señor, y Dios, nuestro Padre, que nos ha amado dándonos en su misericordia un consuelo eterno y una esperanza feliz.


A tus opresores los haré comer su propia carne. y se emborracharán con su sangre como si fuese vino. Y todo mortal sabrá que yo, Yavé, soy tu Salvador y que tu Redentor es el Campeón de Jacob.


Tú eres un Dios al que le gusta esconderse, Dios de Israel, el Salvador.


Pero el amor del Señor con los que le temen es desde siempre y para siempre; defenderá a los hijos de sus hijos,


¿Hasta cuándo, Señor, seguirás olvidándome? ¿Hasta cuándo me ocultarás tu rostro?


Es tu rostro, Señor, lo que yo busco, no me escondas tu cara. Con enojo a tu siervo no rechaces; eres tú mi defensa, ¡no me abandones, no me dejes solo, mi Dios y Salvador!'


Porque su enojo dura unos momentos, y su bondad toda una vida. Al caer la tarde nos visita el llanto, pero a la mañana es un grito de alegría.


Sí, Yavé se compadecerá de Jacob, dará su preferencia a Israel y volverá a instalarlo en su patria. El extranjero seguirá también sus pasos y se juntará a los de la familia de Jacob.


Entra, pueblo mío, en tus habitaciones y cierra las puertas tras de ti; escóndete un momento hasta que pase la cólera.


¿Por qué dices tú, Jacob, y lo repites tú, Israel: 'Yavé no me mira, mi Dios no se preocupa por mis derechos'?'


No padecerán hambre ni sed, y no estarán expuestos al viento quemante ni al sol; pues el que se compadece de ellos los guiará y los llevará hasta donde están las vertientes de agua.


¡Cielos, griten de alegría! ¡Tierra, alégrate! Cerros, salten y canten de gozo porque Yavé ha consolado a su pueblo y se ha compadecido de los afligidos.


Que el malvado deje sus caminos, y el criminal sus proyectos; vuélvanse a Yavé, que tendrá piedad de ellos, a nuestro Dios, que está siempre dispuesto a perdonar.


Yo quiero felicitar a Yavé por sus favores y cantar sus alabanzas, por todo lo que ha hecho por nosotros, por la gran bondad que demostró a Israel, que nos demostró al compadecerse de nosotros y darnos tantos beneficios.


Y, sin embargo, Yavé, tú eres nuestro Padre, somos la greda que tus manos plasmaron, todos nosotros fuimos hechos por tus manos.


en ese caso ¡tampoco me preocuparé de la familia de Jacob y de David, mi servidor, ni tomaré más de entre sus descendientes a quienes gobiernen la posteridad de Abraham, de Isaac y de Jacob!; pues quiero que vuelvan de su cautiverio y demostrarles así compasión.


porque Israel no es viuda de su Dios, Yavé de los Ejércitos, aunque su país estaba lleno de pecados contra el Santo de Israel.


Después de lo que acabo de oír, me llena de terror lo que vas a hacer, oh Yavé, y que realizarás a los muchos años, que darás a conocer en aquellos días. ¡No olvides tu misericordia en el tiempo de tu enojo!


Por esto, continúa Yavé, estoy volviendo a Jerusalén muy bien dispuesto; mi Templo será reconstruido, y de nuevo se usará la lienza para medir en Jerusalén, palabra de Yavé. Todavía te queda algo que anunciar:'


Reanimaré al pueblo de Judá y liberaré a la gente de José. Los restableceré, pues les he tenido lástima, y serán como si nunca los hubiera rechazado (porque yo, Yavé, su Dios, los he escuchado).


El rescata tu vida de la tumba, te corona de amor y de ternura.


Ya no les ocultaré mi rostro, sino que difundiré mi Espíritu en mi pueblo de Israel, palabra de Yavé.


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