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Isaías 52:1 - Biblia Católica (Latinoamericana)

1 ¡Despierta, despierta, levántate, Sión! Vístete de fiesta, Jerusalén, Ciudad Santa. Ya no volverá a entrar en ti ni el incircunciso ni el impuro.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Despierta, despierta, vístete de poder, oh Sion; vístete tu ropa hermosa, oh Jerusalén, ciudad santa; porque nunca más vendrá a ti incircunciso ni inmundo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 ¡Despierta, oh Sion, despierta! Vístete de fuerza. Ponte tus ropas hermosas, oh ciudad santa de Jerusalén, porque ya no volverá a entrar por tus puertas la gente impura que no teme a Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 ¡Despiértate! ¡Despiértate! ¡Vístete de poder, oh Sión! ¡Vístete tus ropas de hermosura, Oh Jerusalem, santa ciudad! Porque no volverá a entrar en ti el incircunciso ni el impuro.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 ¡Despierta, despierta, vístete de fuerza, Sión! Vístete tus espléndidos vestidos, Jerusalén, ciudad santa, porque no volverá a entrar en ti ni el incircunciso ni el impuro.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

1 Despierta, despierta, vístete tu fortaleza, oh Sión; vístete tu ropa de hermosura, oh Jerusalén, ciudad santa; porque nunca más vendrá a ti incircunciso ni inmundo.

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Isaías 52:1
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Nada manchado entrará en ella, ni los que cometen maldad y mentira, sino solamente los inscritos en el libro de la vida del Cordero.


¡Despierta, despierta, levántate, Jerusalén! Tú que te serviste de la misma mano de Yavé la copa que contenía su enojo y que hace perder los sentidos, te la tomaste hasta dejarla vacía.


Y vi a la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada como una novia que se adorna para recibir a su esposo.


Tomó éste la palabra y les ordenó a sus asistantes:


¡Despiértate, despiértate con toda tu fuerza, brazo de Yavé! Despiértate como pasó antes, en los tiempos antiguos. ¿No eres tú quien destrozó a Rahab y traspasó al dragón?


Por allí pasará una buena carretera, que se llamará el camino santo; por él no transitará ningún impuro, y el sinvergüenza no se atreverá a pisarlo;'


Ustedes llevan el nombre de la Ciudad Santa y confían en el Dios de su Padre Israel, cuyo nombre es Yavé de los Ejércitos,.


Más bien revístanse del Señor Jesucristo, y no se dejen arrastrar por la carne para satisfacer sus deseos.


Después el diablo lo llevó a la Ciudad Santa y lo puso en la parte más alta de la muralla del Templo.


Por lo demás, fortalézcanse en el Señor con su energía y su fuerza.


Salto de alegría delante de Yavé, y mi alma se alegra en mi Dios, pues él me puso ropas de salvación y me abrigó con el chal de la justicia, como el novio se coloca su corona, o como la esposa se arregla con sus joyas.


No habrá sino buenos en tu pueblo y siempre poseerán mi tierra. Serán el brote nuevo que Yavé hizo crecer y la obra que mis manos hicieron en honor mío.


Abran las puertas para que entre la gente buena, que cumple fielmente


¿Cómo es posible, se ha prostituido Sión, la ciudad fiel, el reino de la justicia en que moraba la rectitud que te conformabas a mis leyes?, pero ahora sólo es un barrio de asesinos.


Los jefes del pueblo se instalaron en Jerusalén y el resto del pueblo sorteó a uno de cada diez hombres para que fuera a vivir en Jerusalén, la ciudad santa; los demás podían quedarse en las ciudades de la provincia.


Las túnicas y los cinturones de los hijos de Aarón se harán en la misma forma. Con esto les darás majestad y belleza.


Harás a tu hermano Aarón vestiduras sagradas para que no le falte gloria ni belleza.


Lo siguen los ejércitos del cielo en caballos blancos, vestidos con ropas de lino de radiante blancura.


la han vestido de lino fino, deslumbrante de blancura -el lino son las buenas acciones de los santos-.


Revístanse, pues, del hombre nuevo, el hombre según Dios que él crea en la verdadera justicia y santidad.


Pero el padre dijo a sus servidores: '¡Rápido! Traigan el mejor vestido y pónganselo. Colóquenle un anillo en el dedo y traigan calzado para sus pies.


Sin embargo, a ustedes les digo, Zorobabel, Josué y todos ustedes que son el pueblo del país, que no se desanimen. Pónganse a trabajar y yo estaré con ustedes, palabra de Yavé de los Ejércitos.


esto dice Yavé: Ningún extranjero de corazón o de carne volverá a entrar a mi santuario, ninguno de los extranjeros que viven en medio de los israelitas.


Mediante la fe según Jesucristo Dios reordena y hace justos a todos los que llegan a la fe. No hay distinción de personas,


Oí lo que se decía y, al oírlo, caí desvanecido con el rostro en tierra.


Estas son las palabras de Yavé de los Ejércitos, Dios de Israel: 'Usarán nuevamente esta expresión en Judá y en sus ciudades, cuando yo haya mejorado su suerte: ¡Que Yavé te bendiga, oh morada de Justicia, monte santo!'


y darles (a todos los afligidos de Sión) una corona en vez de ceniza, el aceite de los días alegres, en lugar de ropa de luto, cantos de felicidad, en vez de pesimismo. Les pondrán el sobrenombre de 'Encinas de Justicia', 'los que Yavé plantó para su gloria'.


Haré a tus gobernantes como eran antes, y a tus consejeros como en otros tiempos. Entonces te llamarán Ciudad Fiel, Lugar de la Justicia.


Tuyo es el principado desde el día de tu nacimiento; de mí en el monte sagrado tú has nacido, como nace el rocío de la aurora.


Por eso se dice: 'Despierta, tú que duermes, levántate de entre los muertos y la luz de Cristo brillará sobre ti.


No midas el patio exterior ni lo tomes en cuenta, pues ha sido entregado a los paganos, quienes pisotearán la Ciudad Santa durante cuarenta y dos meses.


Den gloria a su santo nombre. Ofrézcanle sacrificios, entren en su templo. Póstrense ante él con vestidos sagrados.


A los que queden de Sión y al resto de Jerusalén se los llamará santos, pues sus nombres fueron escritos para que tengan vida en Jerusalén. El Señor viene para


Levanta tus ojos y mira en tu derredor: todos se juntan y vuelven a ti. Por mi vida, dice Yavé, que todos ellos serán como tu traje de gala y los lucirás como una novia.


Nuestro templo, santo y magnífico, en que te rezaban nuestros abuelos, ha sido consumido por el fuego; todo lo que nos hacía felices está ahora en ruinas.


Levántate y brilla, que ha llegado tu luz y la Gloria de Yavé amaneció sobre ti.


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