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Isaías 50:11 - Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Pero todos ustedes que encienden un fuego y que forman un círculo con antorchas, ¡vayan a las llamas de su hoguera y que sus antorchas los quemen! Ustedes se revolverán en sus tormentos y esto será la obra de mis manos.

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Biblia Reina Valera 1960

11 He aquí que todos vosotros encendéis fuego, y os rodeáis de teas; andad a la luz de vuestro fuego, y de las teas que encendisteis. De mi mano os vendrá esto; en dolor seréis sepultados.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Pero tengan cuidado, ustedes que viven en su propia luz, y que se calientan en su propia fogata. Esta es la recompensa que recibirán de mí: pronto caerán en gran tormento.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Pero vosotros, que atizáis el fuego y encendéis las teas: ¡Andad al calor de vuestro propio fuego, De las teas que habéis encendido! De mi mano os vendrá esto: ¡Acabaréis por yacer en el lugar de tormento!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Mirad: todos vosotros, que prendéis fuego, que encendéis antorchas, caminad a la luz de vuestro fuego y de las antorchas que encendéis. Por mi mano os ocurre esto: yaceréis en lugar de tormentos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

11 He aquí que todos vosotros encendéis fuego, y estáis cercados de centellas. Andad a la luz de vuestro fuego, y de las centellas que encendisteis. De mi mano os vendrá esto; en dolor yaceréis.

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Isaías 50:11
30 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

No entienden cómo Dios nos da la verdadera rectitud y se empeñan en construir la suya, y por esta razón no hicieron caso del camino de Dios.


Por eso les he dicho que morirán en sus pecados. Yo les digo que si ustedes no creen que Yo soy, morirán en sus pecados.


Cuando en mí se me desfallecía el alma, me acordé de Yavé, y mi oración llegó a ti, a tu santo templo.


Pero la bestia fue capturada y con ella el falso profeta que había realizado maravillas al servicio de la bestia, engañando con ellas a los que habían aceptado la marca de la bestia y a los que adoraban su estatua. Los dos fueron arrojados vivos al lago del fuego que arde con azufre.


Jesús añadió: 'He venido a este mundo para llevar a cabo un juicio: los que no ven, verán, y los que ven, se volverán ciegos.


Gente de Israel, Yavé les dice: Sigan no más sirviendo a sus sucios ídolos, pues al final me escucharán y no profanarán más mi Santo Nombre con esas ofrendas y esos ídolos.


luego mirarán al suelo y sólo encontrarán miseria y tinieblas, oscuridad angustiosa, y no verán más que noche.


Y todo el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego.


La lengua es un fuego, y es un mundo de maldad; rige nuestro organismo y mancha a toda la persona: el fuego del infierno se mete en ella y lo transmite a toda nuestra vida.


Entonces el rey dijo a sus servidores: 'Atenlo de pies y manos y échenlo a las tinieblas de fuera. Allí será el llorar y el rechinar de dientes'.


mientras que los que debían entrar al reino serán echados a las tinieblas de afuera: allí será el llorar y rechinar de dientes.


¿Para qué van a gastar en lo que no es pan y dar su salario por cosas que no alimentan? Si ustedes me hacen caso, comerán cosas ricas y su paladar se deleitará con comidas exquisitas.


Como un loco que lanza brasas o flechas mortíferas,


Muchos son los dolores del impío, pero al que confía en el Señor lo envolverá la gracia.


El Señor es la herencia que me toca y mi buena suerte: ¡guárdame mi parte!


El enojo de Yavé de los Ejércitos ha sacudido el país y el pueblo ha sido pasto de las llamas. Nadie se compadece de su hermano, cada uno se come la carne de su vecino.


Yo les mandé la tiña y la polilla a todos sus jardines y viñedos; y devoró la langosta sus higueras y olivos. Con todo, ustedes no volvieron a mí, palabra de Yavé.


Desencadené sobre ustedes una peste parecida a la de Egipto; masacré por la espada a sus jóvenes y se llevaron a todos sus caballos; hice que subiera hasta sus narices la hediondez de sus muertos en combate. Y ustedes, sin embargo, no volvieron a mí, palabra de Yavé.


Así lo ha dispuesto Yavé de los Ejércitos, que los pueblos trabajen para el fuego y la gente se canse para nada (14).


Tendrás que desprenderte de la propiedad que te había regalado, y te haré esclavo de tus enemigos en una tierra desconocida, porque has encendido el fuego de mi ira, que quemará eternamente.


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