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Isaías 5:28 - Biblia Católica (Latinoamericana)

28 Sus flechas son muy puntiagudas, todos sus arcos estirados, los cascos de sus caballos son como de piedra, las ruedas de sus carros igual que el huracán.

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Biblia Reina Valera 1960

28 Sus saetas estarán afiladas, y todos sus arcos entesados; los cascos de sus caballos parecerán como de pedernal, y las ruedas de sus carros como torbellino.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

28 Sus flechas estarán afiladas y sus arcos listos para la batalla. De los cascos de sus caballos saltarán chispas, y las ruedas de sus carros de guerra girarán como un torbellino.

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La Biblia Textual 3a Edicion

28 Sus saetas están afiladas y todos sus arcos entesados; Los cascos de sus caballos son pedernal, Y las ruedas, torbellinos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

28 Están aguzadas sus flechas, todos sus arcos tensos; los cascos de sus caballos se dirían de pedernal, y las ruedas de sus carros torbellino.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

28 Sus saetas estarán afiladas, y todos sus arcos entesados; los cascos de sus caballos parecerán como de pedernal, y las ruedas de sus carros como torbellino.

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Isaías 5:28
17 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

tus flechas son agudas, los pueblos se te rinden; los enemigos del rey pierden coraje.


Chasquido de látigo, estrépito de ruedas, caballos que galopan, carros que saltan,


¡Levántate, pues, y aplástalos con tus pies, hija de Sión, porque te pondré cuernos de hierro, y pezuñas de bronce para que tritures a muchos pueblos! Entonces consagrarás sus despojos a Yavé, y sus riquezas serán para el Señor del mundo entero.


Se oye el martilleo de las herraduras de sus caballos, el ruido de sus carros y el estrépito de sus ruedas. Los padres ya no miran por sus hijos, sus manos están sin fuerza.


Son arqueros certeros, todos ellos valientes,


Profecía sobre el desierto que está junto al mar. Esto viene del desierto, del país espantoso, es como una tempestad que pasa por el Negueb.


Flechas muy puntiagudas de guerrero, endurecidas en brasas de retama.


¡Qué martilleo de cascos de caballos, de caballos a todo galope!


Sus arcos tiran al suelo a los jóvenes, ni siquiera se compadecen del fruto de las entrañas y miran sin lástima a los niños.


Pues he aquí que Yavé se presenta en medio del fuego, montado en los carros de la tempestad. Da rienda suelta a su ardiente cólera, sus amenazas son carbones encendidos.


Miren cómo el destructor se levanta como las nubes, sus carros parecen un huracán y sus caballos son más rápidos que las águilas. ¡Pobres de nosotros, estamos perdidos!


los cascos de sus caballos resonarán en sus baldosas. Matarán a tu pueblo a filo de espada y tus columnas de piedra serán echadas al suelo.


Tú llegarás pues como el huracán, cubrirás el país como lo hacen las nubes, tú y tu ejército junto con los numerosos pueblos que te acompañan.


En los tiempos del fin, el rey del sur lo atacará; el rey del norte se lanzará contra él con sus carros, sus caballeros y numerosos barcos. Entrará por todos sus territorios, los invadirá y los atravesará.


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