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Isaías 43:20 - Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Los animales salvajes me felicitarán, ya sean lobos o búhos, porque le daré agua al desierto, y los ríos correrán en las tierras áridas para dar de beber a mi pueblo elegido.

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Biblia Reina Valera 1960

20 Las fieras del campo me honrarán, los chacales y los pollos del avestruz; porque daré aguas en el desierto, ríos en la soledad, para que beba mi pueblo, mi escogido.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 Los animales salvajes de los campos me darán las gracias, y también los chacales y los búhos, por darles agua en el desierto. Sí, haré ríos en la tierra árida y baldía, para que mi pueblo escogido pueda refrescarse.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 Me darán honra las fieras salvajes, los chacales y las avestruces, Porque daré aguas en el desierto y ríos en la soledad, Para apagar la sed de mi pueblo, de mi escogido,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Me ensalzarán las fieras salvajes, los chacales y los avestruces, porque habré puesto en el desierto agua, en el páramo ríos, para dar a beber a mi pueblo elegido.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

20 La bestia del campo me honrará, y los dragones y los búhos; porque daré aguas en la soledad, y ríos en el desierto, para dar de beber a mi pueblo, mi escogido.

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Isaías 43:20
27 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Los pobres y los humildes buscan agua pero no la encuentran, y se les seca la lengua de sed. Pero yo, Yavé, los escucho; yo, Dios de Israel, no los abandonaré.


No pasaron sed en los desiertos por los que los guió; para ellos sacó agua de la roca.


No padecerán hambre ni sed, y no estarán expuestos al viento quemante ni al sol; pues el que se compadece de ellos los guiará y los llevará hasta donde están las vertientes de agua.


Harán la guerra al Cordero, pero el Cordero los vencerá, porque es Señor de señores y Rey de reyes, y con él vencerán los suyos, los llamados y elegidos y que se mantienen fieles.


pero el que beba del agua que yo le daré nunca volverá a tener sed. El agua que yo le daré se convertirá en él en un chorro que salta hasta la vida eterna.


Las hienas aullarán en sus castillos y los chacales en sus lujosos palacios. Ya se acerca su hora, no tardarán en llegar esos días.


El Espíritu y la Esposa dicen: '¡Ven!' Que el que escucha diga también: '¡Ven!' El que tenga sed, que se acerque; y el que lo desee, reciba gratuitamente el agua de la vida.


Y añadió: 'Ya está hecho. Yo soy el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin. Al que tenga sed yo le daré de beber gratuitamente del manantial del agua de la vida.


Pero ustedes son una raza elegida, un reino de sacerdotes, una nación consagrada, un pueblo que Dios hizo suyo para proclamar sus maravillas; pues él los ha llamado de las tinieblas a su luz admirable.


Jesús le dijo: 'Si conocieras el don de Dios, si supieras quién es el que te pide de beber, tú misma le pedirías agua viva y él te la daría.


Tanto que si el Señor no acortara esos días, nadie se salvaría. Pero él ha decidido acortar esos días en consideración a sus elegidos.


Partieron en medio de lágrimas, pero los hago regresar contentos; los voy a llevar a los arroyos por un camino plano para que nadie se caiga. Pues he llegado a ser un padre para Israel y Efraím es mi primogénito.


El nombre de ustedes no se recordará más que cuando mis elegidos pronuncien una maldición: '¡Así te haga morir el Señor Yavé!' En cambio, a mis servidores les daré un nombre nuevo.


Pues yo voy a realizar una cosa nueva, que ya aparece. ¿No la notan? Sí, trazaré una ruta en las soledades y pondré praderas en el desierto.


rugen los leoncitos por su presa reclamando a Dios su alimento.


Es feliz la nación cuyo Dios es el Señor, el pueblo que él escoge como herencia.


Descendientes de Israel su siervo; hijos de Jacob, su elegido.


Sobre cualquier cerro alto y sobre cualquier colina elevada habrá arroyuelos y vertientes cuando llegue el día de la gran matanza y se vengan abajo los castillos.


Cada uno de ellos será como un cortaviento, o como un refugio para guarecerse del temporal. Serán como un río que corre por el desierto o como la sombra de un cerro en medio de una llanura calurosa.


Aquí está Yavé, el que hace cosas grandes con nosotros más potente que los amplios canales. Aquí no cruzan los barcos de remo ni las naves poderosas,


La tierra ardiente se convertirá en una laguna, y el suelo sediento se llenará de vertientes. Las cuevas donde dormían los lobos se taparán con cañas y juncos...


Haré brotar ríos en los cerros pelados y vertientes en medio de los valles. Convertiré el desierto en lagunas y la tierra seca en manantiales.


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