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Isaías 40:9 - Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Sube a un alto cerro tú que le llevas a Sión una buena nueva. ¡Haz resonar tu voz, grita sin miedo, tú que llevas a Jerusalén la noticia! Diles a las ciudades de Judá: '¡Aquí está su Dios!'

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Biblia Reina Valera 1960

9 Súbete sobre un monte alto, anunciadora de Sion; levanta fuertemente tu voz, anunciadora de Jerusalén; levántala, no temas; di a las ciudades de Judá: ¡Ved aquí al Dios vuestro!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 ¡Oh Sion, mensajera de buenas noticias, grita desde las cimas de los montes! Grítalo más fuerte, oh Jerusalén. Grita y no tengas miedo. Diles a las ciudades de Judá: «¡Aquí viene su Dios!».

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 ¡Súbete a un monte alto, oh Sión, Anunciadora de buenas nuevas! ¡Alza fuerte tu voz, oh Jerusalem, Anunciadora de buenas nuevas! ¡Álzala, no temas! Di a las ciudades de Judá: ¡Aquí está vuestro Dios!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Sube a un monte elevado, mensajera de Sión. Alza con fuerza tu voz, mensajera de Jerusalén. Álzala sin miedo, di a las ciudades de Judá: mirad a vuestro Dios.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

9 Súbete a la montaña alta, oh Sión, tú que traes buenas nuevas; levanta fuertemente tu voz, oh Jerusalén, tú que traes buenas nuevas; levántala, no temas; di a las ciudades de Judá: ¡He aquí vuestro Dios!

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Isaías 40:9
31 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

¡Vean cómo es él, el Dios que me salva! En él confío y no tengo más miedo, pues Yavé es mi fuerza y mi canción, él ha sido mi salvación.


Entonces dirán: 'Este es, en verdad, nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara; éste es Yavé, en quien confiábamos. Ahora estamos contentos y nos alegramos porque nos ha salvado;'


Rueguen también por mí, para que, al hablar, se me den palabras y no me falte el coraje para dar a conocer el misterio del Evangelio


¡El Espíritu del Señor Yavé está sobre mí! sepan que Yavé me ha ungido. Me ha enviado con un buen mensaje para los humildes, para sanar los corazones heridos, para anunciar a los desterrados su liberación, y a los presos su vuelta a la luz.


Felices ustedes si incluso tienen que sufrir por haber actuado bien. No compartan sus temores ni se asusten,


Sin lugar a dudas, es grande el misterio de la Bondad: El se ha manifestado en la carne; rehabilitado por el Espíritu, ha sido presentado a los ángeles. Proclamado a todas las naciones y creído en el mundo, ya fue elevado y glorificado.


Me pregunto: ¿Será porque no oyeron? ¡Claro que oyeron! Esta voz resonó en toda la tierra y sus palabras se oyeron hasta en el último rincón del mundo.


Y ahora, Señor, fíjate en sus amenazas; concede a tus siervos anunciar tu Palabra con toda valentía,


Quedaron admirados al ver la seguridad con que hablaban Pedro y Juan, que eran hombres sin instrucción ni preparación, pero sabían que habían estado con Jesús.


Entonces Pedro, con los Once a su lado, se puso de Pie, alzó la voz y se dirigió a ellos diciendo: 'Amigos judíos y todos los que se encuentran en Jerusalén, escúchenme, pues tengo algo que enseñarles.


Luego debe proclamarse en su nombre el arrepentimiento y el perdón de los pecados, comenzando por Jerusalén, y yendo después a todas las naciones, invitándolas a que se conviertan.


Sube a los cerros del Líbano y grita; levanta tu voz desde los cerros de Basán y de lo alto del Abarim, porque todos tus amantes han sido aplastados.


Ustedes ayunan entre peleas y contiendas, y golpean con maldad. No es con esta clase de ayunos que lograrán que se escuchen sus voces allá arriba.


Yo, yo soy el que te consuela. ¿Por qué tienes miedo a los hombres que mueren, a un hijo de hombre que desaparecerá como el pasto?


Atiéndanme, ustedes que andan derecho, pueblo mío que tienes mi ley en tu corazón. No teman las injurias de los hombres ni se desmoralicen por sus insultos.


yo fui el primero que dije a Sión: 'Aquí están' y mandé la Buena Nueva a Jerusalén.


Abías, de pie en el monte Semaraím, que está en los cerros de Efraím, les gritó: 'Escúchenme, Jeroboam y todo Israel.


Le comunicaron la noticia a Yotam. Este subió a la cima del monte Garizim y desde allí gritó con todas sus fuerzas: '¡Escúchenme, notables de Siquem y Dios los escuche!'


En los tiempos de Ozías, Jotam, Ajaz y Ezequías, reyes de Judá, Isaías, hijo de Amós, tuvo esta visión acerca de Judá y Jerusalén.


Que se llene de flores como junquillos, que salte y cante de contenta, pues le han regalado el esplendor del Líbano y el brillo del Carmelo y del Sarón. Ellos a su vez verán el esplendor de Yavé, todo el brillo de nuestro Dios.


Yo confirmo las palabras de mi servidor y hago que resulten los planes de mis mensajeros. Yo digo a Jerusalén: 'Volverás a ser habitada. Y a las ciudades de Judá: 'Serán reconstruidas, pues las levantaré de entre sus ruinas.


Porque yo sé muy bien lo que haré por ustedes; les quiero dar paz y no desgracia y un porvenir lleno de esperanza, palabra de Yavé.


Pues bien, mi pueblo conocerá mi Nombre, y sabrá entonces quién dijo: '¡Aquí estoy!'


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