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Isaías 40:7 - Biblia Católica (Latinoamericana)

7 La hierba se seca y la flor se marchita cuando sobre ella pasa el soplo de Yavé.

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Biblia Reina Valera 1960

7 La hierba se seca, y la flor se marchita, porque el viento de Jehová sopló en ella; ciertamente como hierba es el pueblo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 La hierba se seca y las flores se marchitan bajo el aliento del Señor. Y así sucede también con los seres humanos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Sécase la hierba, marchítase la flor, Cuando el aliento de YHVH sopla sobre ellos. ¡En verdad el pueblo es hierba!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Se seca la hierba, se marchita la flor cuando el viento de Yahveh sopla sobre ella. Pues el pueblo es hierba.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

7 La hierba se seca, y la flor se marchita; porque el Espíritu de Jehová sopla en ella. Ciertamente hierba es el pueblo.

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Isaías 40:7
15 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

La maza le parece caña, se ríe del dardo que vibra.


y el rico, cuando se ve rebajado; porque pasará como la flor del campo.


Se levanta el sol y empieza el calor, seca la hierba y marchita la flor, y pierde toda su gracia. Así también el rico verá decaer sus negocios.


Dios los hace perecer con el aliento de su boca y los aniquila con el soplo de su cólera.


Como la flor, brota y se marchita, y pasa como sombra, sin detenerse. Se deshace como leña carcomida,


Tú los siembras, cada cual a su turno, y al amanecer despunta la hierba;'


en la mañana viene la flor y se abre y en la tarde se marchita y se seca.


como hierba segada, mi corazón se seca y hasta me olvido de comer mi pan;'


un soplo pasa sobre él, y ya no existe y nunca más se sabrá dónde estuvo.


sino que hará justicia a los débiles y defenderá el derecho de los pobres del país. Su palabra derribará al opresor, el soplo de sus labios matará al malvado.


Tú debías convertir en ruinas ciudades fortificadas; sus habitantes quedaban sin fuerza, estaban espantados y confundidos. Fueron como la hierba del campo, como el musgo en el techo, o como el trigo verde quemado por la peste.


Apenas han sido plantados o sembrados, apenas su tallo ha echado raíces en el suelo, sopla sobre ellos y se secan, y un viento fuerte se los lleva como paja.


Yo, yo soy el que te consuela. ¿Por qué tienes miedo a los hombres que mueren, a un hijo de hombre que desaparecerá como el pasto?


Ustedes esperaban mucho y lo que amontonaron es muy poco, pues yo lo he soplado. ¿'Por qué? -pregunta Yavé-. Porque mi Casa está en ruinas, mientras cada uno de ustedes corre para arreglar la suya.


El hombre: sus días son como la hierba, él florece como la flor del campo;'


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