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Isaías 35:4 - Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Díganles a los que están asustados: 'Calma, no tengan miedo, porque ya viene su Dios a vengarse, a darles a ellos su merecido; El mismo viene a salvarlos a ustedes.

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Biblia Reina Valera 1960

4 Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Digan a los de corazón temeroso: «Sean fuertes y no teman, porque su Dios viene para destruir a sus enemigos; viene para salvarlos».

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Decid a los de corazón apocado: ¡Esforzaos, no temáis! He aquí vuestro Dios viene con retribución: La venganza es de ’Elohim; Él mismo vendrá y os salvará.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Decid a los cobardes de corazón: 'Sed fuertes, no temáis; mirad a vuestro Dios, llega la venganza, la represalia de Dios; él viene a salvaros'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

4 Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con venganza, con retribución; Dios mismo, Él vendrá y os salvará.

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Isaías 35:4
52 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Sin embargo, a ustedes les digo, Zorobabel, Josué y todos ustedes que son el pueblo del país, que no se desanimen. Pónganse a trabajar y yo estaré con ustedes, palabra de Yavé de los Ejércitos.


porque es el día de la venganza de Yavé, día del desquite en las luchas de Sión.


Por lo demás, fortalézcanse en el Señor con su energía y su fuerza.


sino que Yavé es el que nos gobierna, Yavé nos pone leyes, Yavé es nuestro rey, El nos salvará.


Para publicar un año feliz lleno de los favores de Yavé, y el día del desquite de nuestro Dios. Me envió para consolar a los que lloran


David dijo además a su hijo Salomón: '¡Sé fuerte y ten buen ánimo; y manos a la obra! No temas ni desmayes, porque Yavé, Dios, el Dios mío, está contigo, no te dejará ni te desamparará, hasta que acabes toda la obra para el servicio de la Casa de Yavé.


Cuando se presenten los primeros signos, enderécense y levanten la cabeza, porque está cerca su liberación.


Entonces dirán: 'Este es, en verdad, nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara; éste es Yavé, en quien confiábamos. Ahora estamos contentos y nos alegramos porque nos ha salvado;'


Me dijo: '¡No temas, tú que eres amado de Dios, la paz sea contigo! ¡Animo, ánimo!' Y mientras me hablaba, sentí que me volvían las fuerzas. Le dije: 'Hable mi señor, porque me siento mejor'.


Así habla Yavé, el que te hizo, tu socorro, el que te formó desde el seno materno: No teman, hijos de Jacob, mi servidor, Israel a quien yo elegí.


El que da fe de estas palabras dice: 'Sí, vengo pronto. Amén. Ven, Señor Jesús.


No tengas miedo por lo que vas a padecer. El diablo meterá a algunos de ustedes en la cárcel para ponerlos a prueba. Serán diez días de prueba. Permanece fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida.


los indisciplinados tratarán de aprender y los tartamudos hablarán correctamente;'


Miren, viene entre nubes; lo verán todos, incluso los que lo hirieron, y llorarán por su muerte todas las naciones de la tierra. Sí, así será.


En cuanto a ti, hijo, que tu fuerza sea la gracia que tienes en Cristo Jesús.


Pero tendré compasión de la casa de Judá y los salvaré por Yavé su Dios; los salvaré sin usar el arco ni la espada, ni la guerra ni los carros ni los caballos.


Pues he aquí que Yavé se presenta en medio del fuego, montado en los carros de la tempestad. Da rienda suelta a su ardiente cólera, sus amenazas son carbones encendidos.


de la misma manera Cristo se sacrificó una sola vez para quitar los pecados de una multitud. La segunda vez se manifestará a todos aquellos que lo esperan como a su salvador, pero ya no será por causa del pecado.


Estoy para enviar a mi mensajero, al que despejará el camino delante de mí; pues pronto entrará en su santuario el Señor que ustedes piden. Fíjense que ya llega el mensajero de la alianza que ustedes tanto desean, dice Yavé de los ejércitos.


Esta visión espera su debido tiempo, pero se cumplirá al fin y no fallará; si se demora en llegar, espérala, pues vendrá ciertamente y sin retraso.


En vista de todo esto, el Señor Yavé les dice: Yo mismo voy a colocar una piedra en Sión, una piedra escogida, una piedra angular, de gran valor y firme: 'El que se apoye en ella, no se moverá.


Pensaba en medio de mi confusión: '¡Todo hombre decepciona!'


¡Ahí viene nuestro Dios, que no se calla! Un fuego, delante de él, lo abrasa todo, y a su alrededor ruge la tormenta.


Por eso, dice el Señor Yavé Sabaot, el Fuerte de Israel: 'Me desquitaré con mis adversarios me vengaré de mis enemigos.


Les rogamos también, hermanos, que reprendan a los indisciplinados, animen a los indecisos, sostengan a los débiles y tengan paciencia con todos.


¡Dios vengador, Señor, Dios vengador, manifiéstate!


Les da en el gusto a todos los que lo temen, escucha su clamor y los salva.


Quédate tranquilo, no tengas miedo, y que tu corazón no te falle al ver ese par de tizones humeantes.


éste les contestó: 'Díganle a su patrón que ésta es la respuesta de Yavé: No te asustes por las palabras que escuchaste, con las que me injuriaron los mozos del rey de Asur.


Sin embargo, ahora, Yavé, Dios nuestro, líbranos de caer en sus manos, te lo suplico, para que todos los reinos de la tierra sepan que tú eres el único Dios, ¡Yavé!'


Hablen a Jerusalén, hablen a su corazón, y díganle que su jornada ha terminado, que ha sido pagada su culpa, pues ha recibido de manos de Yavé doble castigo por todos sus pecados.


Pondrán al descubierto tu desnudez, y se verán tus vergüenzas.


Mientras que yo pensaba: 'He trabajado en balde, en vano he gastado mis fuerzas, para nada. Yavé, sin embargo, protegía mis derechos, mi Dios guardaba mi salario, pues soy importante para Yavé, y mi Dios se hizo mi fuerza.


Sí, afirma Yavé: Le arrebatarán su prisionero al vencedor y dejarán sin su parte al soldado. Al que contienda contigo, con él yo pelearé, y yo mismo salvaré a tus hijos.


A cada uno le va a dar su merecido: enojo para sus adversarios y castigo para sus enemigos.


Porque había preparado el día de mi desquite y el año de mi venganza había llegado.


El personaje que parecía un hombre me tocó de nuevo y me reconfortó.


Le dijo: 'No temas, mi padre no te hallará. Tú reinarás en Israel y yo seré tu segundo, mi padre Saúl lo sabe muy bien'.


Yavé de los Ejércitos, como pájaro que vuela, protegerá a Jerusalén y la salvará, guardándola ilesa y liberándola.


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