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Isaías 34:3 - Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Los muertos están tirados por las calles, y se siente la fetidez de sus cadáveres. Los montes chorrean sangre,

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Biblia Reina Valera 1960

3 Y los muertos de ellas serán arrojados, y de sus cadáveres se levantará hedor; y los montes se disolverán por la sangre de ellos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Sus muertos quedarán sin sepultura, y el hedor de los cuerpos podridos llenará la tierra; de los montes fluirá su sangre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Sus muertos serán arrojados, de los cadáveres subirá el hedor, Y los montes estarán pringados con su sangre.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Sus muertos yacerán tirados, de sus cadáveres subirá el hedor. Se disolverán los montes con su sangre,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Y sus muertos serán arrojados, y de sus cadáveres subirá el hedor; y las montañas se disolverán por la sangre de ellos.

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Isaías 34:3
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Al que viene del norte se lo quitaré de encima y lo arrojaré a una tierra árida y desierta, su vanguardia hacia el mar oriental, su retaguardia hacia el mar occidental, y subirá su pestilencia y hediondez, porque yo obro maravillas.


Te dejarás caer sobre las montañas de Israel con todo tu ejército y todos los pueblos que vienen contigo. Ya te he destinado como comida de las aves de rapiña, de toda clase de pájaros y de las fieras salvajes.


Hoy caen los toros de este pueblo, sus bueyes y sus terneros cebados. La tierra se empapa de sangre y el polvo se impregna de grasa,


Las uvas fueron exprimidas fuera de la ciudad, y del lagar brotó tanta sangre que llegó hasta la altura de los frenos de los caballos, en una extensión de mil seiscientos estadios.


Desencadené sobre ustedes una peste parecida a la de Egipto; masacré por la espada a sus jóvenes y se llevaron a todos sus caballos; hice que subiera hasta sus narices la hediondez de sus muertos en combate. Y ustedes, sin embargo, no volvieron a mí, palabra de Yavé.


Ese día le daré como sepultura a Gog un lugar célebre en Israel: el valle de los Abarim, un valle que está al este del mar y cierra el paso a los viajeros. Allí serán enterrados Gog y todo su ejército y lo llamarán: valle de Hamón-Gog.


Lo castigaré por la peste y la sangre, haré que caiga sobre él, su pueblo y los numerosos pueblos que lo acompañan, una lluvia torrencial, granizos, de fuego y azufre.


Por eso, tan cierto como que vivo, dice Yavé, puesto que has hecho derramar sangre, la sangre te perseguirá.


Imagínate, asimismo, que me dejo arrebatar por un furor destructor y que envío la peste a ese país acabando con animales y hombres.


Será enterrado como un burro, lo arrastrarán y lo tirarán fuera de las puertas de Jerusalén.


No quedará más que doblegarse bajo las cadenas o caer con los muertos. Pero a Yavé no se le ha pasado el enojo, aún sigue con la mano amenazante.


y, al salir, verán los cadáveres de los hombres que se rebelaron contra mí. El gusano que los devora no morirá, y el fuego que los quema no se apagará, y todos se sentirán horrorizados al verlos.


Y las víctimas de Yavé se extenderán de uno al otro extremo de la tierra; no las recogerán ni las enterrarán, sino que quedarán tiradas por el suelo como guano.


caballerías que avanzan, llamear de espadas, centellear de lanzas, multitud de heridos, montones de muertos, cadáveres sin fin; se tropieza en los cadáveres.


Te dejaré botado en el suelo, te esparciré por los campos, haré que sobre ti bajen los pájaros del cielo, las fieras de la tierra te devorarán.


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