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Isaías 33:2 - Biblia Católica (Latinoamericana)

2 ¡Yavé, ten compasión, pues en ti esperamos! Sé tú nuestro apoyo, por la mañana, y nuestra salvación en el tiempo de la angustia.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Oh Jehová, ten misericordia de nosotros, a ti hemos esperado; tú, brazo de ellos en la mañana, sé también nuestra salvación en tiempo de la tribulación.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Pero tú, Señor, ten misericordia de nosotros, porque hemos esperado en ti. Sé nuestro brazo fuerte cada día y nuestra salvación en los tiempos difíciles.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 ¡Oh YHVH, ten misericordia de nosotros! ¡En ti esperamos! ¡Sé nuestro brazo cada mañana, y nuestra salvación en el peligro!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Yahveh, ten piedad de nosotros, en ti esperamos; sé nuestro brazo cada mañana, nuestra salvación en tiempo de angustia.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

2 Oh Jehová, ten misericordia de nosotros, a ti hemos esperado; sé tú el brazo de ellos cada mañana, sé también nuestra salvación en tiempo de tribulación.

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Isaías 33:2
35 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Vio que no había nadie y se sorprendió de que nadie interviniera. Entonces intervino personalmente y con la fuerza de su justicia,


Entonces dirán: 'Este es, en verdad, nuestro Dios, de quien esperábamos que nos salvara; éste es Yavé, en quien confiábamos. Ahora estamos contentos y nos alegramos porque nos ha salvado;'


Danos tu ayuda contra el enemigo, pues de nada sirve la ayuda del hombre.


Pueblo mío, confíen siempre en él, abran su corazón delante de él, Dios es nuestro refugio.


En Dios sólo descansa el alma mía, de él espero mi salvación.


Dios es nuestro refugio y fortaleza, socorro siempre a mano en momentos de angustia.


Moisés extendió su mano sobre el mar. Al amanecer, el mar volvió a su lugar. Mientras los egipcios trataban de huir, Yavé arrojó a los egipcios en el mar.


Vuelve, Israel, junto a Yavé, tu Dios, pues tus faltas te hicieron tropezar.


se renuevan cada mañana. Sí, tu fidelidad es grande.


Oh Yavé, esperanza de Israel, que nos salvas en tiempo de angustia, ¿por qué te portas como extranjero en este país, o como huésped por una sola noche?


Sí, aquí viene el Señor Yavé, el fuerte, el que pega duro y se impone. Trae todo lo que ganó con sus victorias, delante de él van sus trofeos.


Yavé, en la angustia te buscábamos; vivíamos bajo la opresión y tu castigo nos apretaba.


¡Ah, Yavé!, tú sabes que sólo buscamos el camino de tus preceptos. Tu nombre y tu memoria son el anhelo del alma.


Tú has sido un refugio para el despreciado, una ayuda para el pobre en su miseria; te hiciste abrigo contra la lluvia, y sombra para el calor. El aliento de los tiranos es como la lluvia helada'


Como los ojos de los siervos se fijan en la mano de su dueño, como miran los ojos de una esclava la mano de su dueña, así miran nuestros ojos al Señor, nuestro Dios, ¿cuándo tendrá piedad de nosotros?


Si me invoca, yo le responderé, y en la angustia estaré junto a él, lo salvaré, le rendiré honores.


Haz que nuestra alegría dure lo que la prueba y los años en que vimos la desdicha.


Sólo en Dios tendrás tu descanso, alma mía, pues de él me viene mi esperanza.


invócame en el día de la angustia, te libraré y tú me darás gloria.


Dios está en ella, no puede ceder, Dios la socorre al despuntar la aurora.


La salvación de los justos viene del Señor, él es su refugio en tiempos de angustia.


Los que esperan en ti no serán confundidos, pero sí lo serán quienes te mienten.


Hazme sentir tu amor desde la mañana, pues en ti yo confío; haz que sepa el camino que he de seguir, pues levanto a ti mi alma.


El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién he de temer? Amparo de mi vida es el Señor, ¿ante quién temblaré?


Porque olvidaste a Dios que te salva, y no te acordaste de la Roca que te protege. Pues bien, si plantas plantas tempraneras y cultivas patillas traídas del extranjero,


con este recado: 'Esto manda decir Ezequías: Este es un día de angustia, de castigo y de vergüenza; los niños están a punto de nacer, pero falta la fuerza para darlos a luz.


Mi justicia está por llegar; ya he mandado mi salvación y aquí vengo yo para gobernar a los pueblos. Las islas también esperan en mí y cuentan con mi intervención.


Venga, Señor, tu amor sobre nosotros, como en ti pusimos nuestra confianza.


Ahora, pues, esperaré en Yavé, que esconde su rostro al pueblo de Jacob; en él confío.


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