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Isaías 33:17 - Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Tus ojos contemplarán a un rey en su esplendor y verán un país ampliado.

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Biblia Reina Valera 1960

17 Tus ojos verán al Rey en su hermosura; verán la tierra que está lejos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Sus ojos verán al rey en todo su esplendor, y verán una tierra que se pierde en la distancia.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Al Rey en su esplendor contemplarán tus ojos, Verán una tierra de grandes extensiones.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 A un rey en su esplendor contemplarán tus ojos, y verán un vastísimo país.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

17 Tus ojos verán al Rey en su hermosura; contemplarán la tierra que está lejana.

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Isaías 33:17
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¡Ya se verán fuertes, ya serán hermosos! El trigo dará vigor a los jóvenes y el vino dulce, a las muchachas.


Amados, a pesar de que ya somos hijos de Dios, no se ha manifestado todavía lo que seremos; pero sabemos que cuando él aparezca en su gloria, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como es.


Nosotros, pues, no nos fijamos en lo que se ve, sino en lo que no se ve; porque las cosas visibles duran un momento, pero las invisibles son para siempre.


El que guarda mis mandamientos después de recibirlos, ése es el que me ama. El que me ama a mí será amado por mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él.


Padre, ya que me los has dado, quiero que estén conmigo donde yo estoy y que contemplen la Gloria que tú ya me das, porque me amabas antes que comenzara el mundo.


Y la Palabra se hizo carne, puso su tienda entre nosotros, y hemos visto su Gloria: la Gloria que recibe del Padre el Hijo único; en él todo era don amoroso y verdad.


¡Ay de mí, estoy perdido, porque soy un hombre de labios impuros y vivo entre un pueblo de labios impuros, y mis ojos han visto al rey, Yavé de los Ejércitos!


A la vista de ellos su aspecto cambió completamente: su cara brillaba como el sol y su ropa se volvió blanca como la luz.


Cuando terminaron de hablar, el rey Ezequías rasgó también su ropa, se puso un saco y se fue a la Casa de Yavé.


Yavé, has hecho crecer tu nación, ensanchaste nuestro país y, mientras más crecía, te hacías más famoso.


Mi amado es vigorozo y buen mozo, dintinguido entre mil.


Tú eres el más hermoso entre los hombres, en tus labios la gracia se derrama, así Dios te bendijo para siempre.


no me dejaste en manos del enemigo, me has hecho caminar a campo abierto.


Muchos trajeron entonces ofrendas a Yavé, a Jerusalén, y presentes a Ezequías, rey de Judá; el cual desde aquel entonces adquirió gran prestigio a los ojos de todas las naciones.


La luna se pondrá colorada, el sol no sabrá dónde esconderse, avergonzado, cuando Yavé de los Ejércitos sea rey sobre el cerro de Sión, en Jerusalén, y aparezca su Gloria ante sus Ancianos.


Aquí está Yavé, el que hace cosas grandes con nosotros más potente que los amplios canales. Aquí no cruzan los barcos de remo ni las naves poderosas,


sino que Yavé es el que nos gobierna, Yavé nos pone leyes, Yavé es nuestro rey, El nos salvará.


Yo lo contemplaré, yo mismo. El es a quien veré y no a otro: mi corazón desfallece esperándolo;'


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