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Isaías 3:24 - Biblia Católica (Latinoamericana)

24 Tus hombres caerán bajo la espada, y tu ejército quedará tendido en tierra.

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Biblia Reina Valera 1960

24 Y en lugar de los perfumes aromáticos vendrá hediondez; y cuerda en lugar de cinturón, y cabeza rapada en lugar de la compostura del cabello; en lugar de ropa de gala ceñimiento de cilicio, y quemadura en vez de hermosura.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 En lugar de oler a dulce perfume, apestará. Usará una soga como faja y su elegante cabello se le caerá. Usará tela áspera en lugar de vestidos costosos, y la vergüenza reemplazará su belleza.

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 Y sucederá que en lugar de perfume habrá putrefacción; En lugar de cinturón, cuerda; En lugar de trenza, calvicie; En lugar de amplio manto, saco, Y en lugar de hermosura, cicatriz.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 Y sucederá que: en vez de perfume habrá podredumbre; en vez de ceñidor, una cuerda; en vez de trenzas, calva; en vez de lujosos vestidos, faja de saco; en vez de bello rostro, cicatrices.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

24 Y será que en lugar de perfume aromático vendrá hediondez; y cuerda en vez de cinturón; y calvez en lugar de la compostura del cabello; y en lugar de ropa de gala ceñimiento de cilicio; y quemadura en vez de hermosura.

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Isaías 3:24
28 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Por ti se rapan la cabeza y se visten de sacos; muy afligidos, dejarán oír sus lamentos, una amarga lamentación.


Los ancianos de la Hija de Sión, en silencio, están sentados en tierra; se echaron ceniza en la cabeza, se vistieron de saco. Las jóvenes de Jerusalén inclinan hasta el suelo la cabeza.


Córtate el pelo al rape por tus hijos tan queridos, quédate pelada como el buitre, pues han sido llevados lejos de ti.


El Señor Yavé de los Ejércitos los invitaba aquel día a llorar y lamentar sus pecados, a cortarse el pelo y a vestirse con un saco.


En las calles y las azoteas, se ven cubiertos de saco; en las plazas, todos están de duelo, no se oye más que lamentaciones.


No se preocupen tanto por lucir peinados rebuscados, collares de oro y vestidos lujosos, todas cosas exteriores,


Cambiaré sus fiestas en velorio y sus cantos en lamentos. Haré que todo el mundo se vista de saco y que todos se rapen la cabeza. Ese día habrá tanto pesar como en los funerales de un hijo único; y el porvenir no será menos amargo.


Las jóvenes se preparaban durante doce meses: los primeros seis meses se acicalaban con óleo de mirra, y los otros seis con perfumes y productos de belleza propios de las mujeres. Después de ese tiempo dedicado al cuidado de su belleza, cada joven debía comparecer por turno ante el rey.


entonces miren lo que haré yo con ustedes. Mandaré sobre ustedes el terror, la peste y la fiebre; sus ojos se debilitarán y su salud irá en desmedro. Ustedes sembrarán en vano la semilla, pues se la comerán los enemigos.


Llorarán y harán duelo por ella los reyes de la tierra que con ella se acostaban y lo pasaban bien cuando vean la humareda de su incendio.


Los hombres fueron abrasados y empezaron a insultar a Dios, que tiene poder sobre tales plagas, en vez de reconocerle y darle gloria.


Yo enviaré a mis dos testigos vestidos con ropa de penitencia para que proclamen mi palabra durante mil doscientos sesenta días.


¡Laméntate como la joven que, recién casada, llora por su esposo!


Se cubrirán de sacos, pero el terror los envolverá; la vergüenza cubrirá su rostro y todas las cabezas serán rapadas.


Sí, todas las cabezas están rapadas; todas las barbas, cortadas; todas las manos están llenas de cortaduras, y todos se han vestido con sacos.


Hija de mi pueblo, vístete con sacos, revuélcate en la ceniza, colócate luto como por un hijo único, llora amargamente, porque de repente cae sobre nosotros el que nos va a destruir.


Por eso, vístanse con sacos, lloren y aúllen, porque Yavé no aparta de nosotros su ardiente cólera.


Tú acudiste al Moloc con aceites y le ofreciste perfumes; por él mandaste mensajeros muy lejos: esos niños que has enviado a donde los muertos.


Vende telas que ha teñido, hasta el comerciante le compra un cinturón.


Perfumé mi lecho con mirra, áloe y canela.


Me he puesto un saco como traje, y he hundido mi frente en el polvo.


Los consumirán el hambre, la peste y las fiebres mortales. Dientes de fiera mandaré contra ellos, y el veneno de los reptiles.


Yavé te castigará con tuberculosis, fiebre, inflamación, quemaduras, tizón y roya del trigo, que te perseguirán hasta que mueras.


¡Quéjate, Jesbón, porque Ar ha sido destruida. Griten, hijas de Rabbá! ¡Vístanse con sacos, lloren, anden llenas de cortaduras en el cuerpo! Pues Melcom parte al destierro, junto con sus sacerdotes y príncipes.


lavar de sus inmundicias a las hijas de Sión, y para limpiar a Jerusalén de la sangre que ha sido derramada en ella, con el soplo de su justicia que es un soplo de fuego.


Aquel día, en lugar de perfumes habrá podredumbre; en lugar de cinturón, una cuerda; en lugar de cabello trenzado, cabeza rapada; en lugar de vestidos lujosos, un saco; en vez de un diestro maquillaje, una marca con un hierro al rojo.


Sube la gente de Dibón, para llorar en los santuarios altos; en el Nebo y en el Madaba gime Moab. Llevan el pelo cortado al rape y la cara afeitada.


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