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Isaías 22:12 - Biblia Católica (Latinoamericana)

12 El Señor Yavé de los Ejércitos los invitaba aquel día a llorar y lamentar sus pecados, a cortarse el pelo y a vestirse con un saco.

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Biblia Reina Valera 1960

12 Por tanto, el Señor, Jehová de los ejércitos, llamó en este día a llanto y a endechas, a raparse el cabello y a vestir cilicio;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 En ese día, el Señor, el Señor de los Ejércitos Celestiales, los llamó a llorar y a lamentarse. Les dijo que se raparan la cabeza en señal de dolor por sus pecados y que usaran ropa de tela áspera para expresar su remordimiento.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Aquel día Adonay YHVH Sebaot os convocó al llanto y al lamento, A raparse el cabello° y a vestirse de saco.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Os invitaba el Señor, Yahveh Sebaot, aquel día, al llanto y al lamento, a raparos la cabeza y ceñir sayal.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

12 Y en aquel día el Señor, Jehová de los ejércitos, llamó a llanto y a lamento, a raparse la cabeza y a vestirse de cilicio.

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Isaías 22:12
31 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

En el patio del santuario lloren los sacerdotes ministros de Yavé y digan: '¡Yavé, perdona a tu pueblo, y no lo entregues al desprecio y a la burla de las naciones! ¿Acaso permitirás que los paganos digan: dónde está su Dios?'


Pónganse su cinturón, sacerdotes, y laméntense. Lloren, ministros del Señor. Vengan a pasar la noche cubiertos de saco, ministros de mi Dios. Ya no se ven ofrendas ni vino en la casa de su Dios.


Córtate el pelo al rape por tus hijos tan queridos, quédate pelada como el buitre, pues han sido llevados lejos de ti.


Ahora les toca a los ricos: lloren y laméntense porque les han venido encima desgracias.


Cambiaré sus fiestas en velorio y sus cantos en lamentos. Haré que todo el mundo se vista de saco y que todos se rapen la cabeza. Ese día habrá tanto pesar como en los funerales de un hijo único; y el porvenir no será menos amargo.


La noticia llegó hasta el rey de Nínive, que se levantó de su trono, se quitó el manto, se vistió de saco y se sentó sobre cenizas.


Sube la gente de Dibón, para llorar en los santuarios altos; en el Nebo y en el Madaba gime Moab. Llevan el pelo cortado al rape y la cara afeitada.


Todo lo que él hace llega a su tiempo; pero ha puesto la eternidad en sus corazones, y el hombre no encuentra el sentido de la obra divina desde el principio al fin.


tiempo para llorar y tiempo para reír; tiempo para gemir y tiempo para bailar;'


Entonces Job se levantó y rasgó su manto. Luego, se cortó el pelo al rape, se tiró al suelo y, echado en tierra,


Viste la angustia de nuestros padres en Egipto, escuchaste sus gritos a orillas del mar de los juncos,


Al oír eso rasgué mi túnica y mi manto, me arranqué los cabellos y la barba y muy conmovido me fui a sentar.


Jeremías compuso un canto fúnebre sobre Josías, y todos los cantores y cantoras hablan todavía hoy de Josías en sus cantos fúnebres, lo cual se ha hecho costumbre en Israel. Están escritos entre las Lamentaciones.


Tus hombres caerán bajo la espada, y tu ejército quedará tendido en tierra.


Pues si se perdona al malvado, no aprende la justicia y sigue haciendo el mal en la tierra del derecho, pues no teme la majestad de Yavé.


¡Ay de Ariel, Ariel, ciudad donde acampó David! Añadan un año a otro año, que las fiestas den vuelta al año;'


¡Tiriten, despreocupadas, y asústense, ustedes que andan tan confiadas! Quítense la ropa y vístanse de saco.


Y se quejan: '¿Por qué ayunamos y tú no lo ves, nos humillamos y tú no lo tomas en cuenta?' Porque en los días de ayuno ustedes se dedican a sus negocios y obligan a trabajar a sus obreros.


Por eso, vístanse con sacos, lloren y aúllen, porque Yavé no aparta de nosotros su ardiente cólera.


Córtate tus cabellos largos y tíralos. Entona sobre los cerros pelados una lamentación. Porque Yavé ha despreciado y rechazado a esta generación a la que aborrece.


En ese país morirán grandes y chicos, sin que los sepulten ni los lloren. En este país ya no se harán cortes en el cuerpo, ni se cortarán el pelo en homenaje a los muertos.


No entres en la casa donde celebran una fiesta, para sentarte con ellos y comer y beber.


Por ti se rapan la cabeza y se visten de sacos; muy afligidos, dejarán oír sus lamentos, una amarga lamentación.


El rey Belsasar dio un gran banquete para miles de sus altos funcionarios, y ante esos miles de invitados, se puso a tomar vino.


No te alegres, Israel, no te regocijes como las naciones paganas, porque tú has traicionado a tu Dios y, con tal de que te dieran algo, te entregabas en cualquiera era donde se trillara.


¡Laméntate como la joven que, recién casada, llora por su esposo!


Cuando terminaron de hablar, el rey Ezequías rasgó también su ropa, se puso un saco y se fue a la Casa de Yavé.


En seguida mandó al superintendente del palacio, Eliaquim, al secretario Sobná y a los sacerdotes ancianos, vestidos de sacos, a ver al profeta Isaías, hijo de Amós,


Dice Yavé: 'Vuelvan a mí con todo corazón, con ayuno, con llantos y con lamentos.


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