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Isaías 19:25 - Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Yavé de los Ejércitos lo bendecirá con estas palabras: 'Benditos sean mi pueblo de Egipto y Asur, la obra de mis manos, e Israel, mi herencia.

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Biblia Reina Valera 1960

25 porque Jehová de los ejércitos los bendecirá diciendo: Bendito el pueblo mío Egipto, y el asirio obra de mis manos, e Israel mi heredad.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 Pues el Señor de los Ejércitos Celestiales dirá: «Bendito sea Egipto, mi pueblo; bendita sea Asiria, la tierra que yo hice; bendito sea Israel, mi posesión más preciada».

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Porque YHVH Sebaot los habrá bendecido, diciendo: ¡Bendito sea mi pueblo, Egipto, Y Asiria, obra de mis manos, Y mi heredad, Israel!

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

25 porque Jehová de los ejércitos los bendecirá, diciendo: Bendito el pueblo mío Egipto, y Asiria obra de mis manos, e Israel mi heredad.

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Isaías 19:25
30 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

pues, al ver a sus hijos de vuelta a su casa -gracias a mí-, se pondrá a alabar mi Nombre. Festejarán al Santo de Jacob y temerán al Dios de Israel.


En ese día, palabra de Yavé, responderé a los cielos y ellos responderán a la tierra.


El Señor lo hará todo por mí, Señor, tu amor perdura para siempre, no abandones la obra de tus manos.


¡Que el Señor los bendiga, el que hizo los cielos y la tierra!


Pero la parte de Yavé fue su pueblo, Jacob fue su propio dominio.


Sus hijos se harán famosos entre las naciones y sus nietos, en medio de los pueblos. Todos los que los vean reconocerán que son una raza bendecida de Yavé.


No habrá sino buenos en tu pueblo y siempre poseerán mi tierra. Serán el brote nuevo que Yavé hizo crecer y la obra que mis manos hicieron en honor mío.


Es así como ellos pondrán mi Nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré.


Y si Dios empezó tan buen trabajo en ustedes, estoy seguro de que lo continuará hasta concluirlo el día de Cristo Jesús.


¡Bendito sea Dios, Padre de Cristo Jesús nuestro Señor, que nos ha bendecido en el cielo, en Cristo, con toda clase de bendiciones espirituales!


No hagamos ya distinción entre pueblo de la circuncisión y mundo pagano, porque una nueva creación ha empezado.


No trabajarán inútilmente ni tendrán hijos para perderlos, pues ellos y sus descendientes serán una raza bendita de Yavé.


¡No te enojes tanto, pues, Yavé, ni estés recordando, a cada momento, nuestros pecados! Míranos, pues todos nosotros formamos tu pueblo.


Así habla Yavé, el Santo, aquel que formó a Israel: '¿Me van a criticar acerca de mis hijos, me van a dar órdenes sobre lo que deba hacer?'


Sepan que el Señor es Dios, él nos hizo y nosotros somos suyos, su pueblo y el rebaño de su pradera.


Ustedes antes no eran su pueblo, pero ahora son pueblo de Dios; no habían alcanzado su misericordia, mas ahora les ha sido concedida su misericordia.


Lo que somos es obra de Dios: hemos sido creados en Cristo Jesús con miras a las buenas obras que Dios dispuso de antemano para que nos ocupáramos en ellas.


De otra manera Dios sería sólo Dios de los judíos. ¿No lo es también de las demás naciones?


Balaam vio que a Dios le gustaba bendecir a Israel, de manera que no fue como las otras veces en busca de señales, sino que se volvió de cara al desierto.


Por último, Israel se juntará con Egipto y Asiria, y esto será una bendición para el mundo entero.


Aquel día, al sentir el fuerte sonido de la trompeta, acudirán los que andaban perdidos por el país de Asur y los que estaban desparramados por la tierra de Egipto, y adorarán a Yavé en el cerro santo de Jerusalén.


Así habla Yavé: 'El trabajo de Egipto y las ganancias de Etiopía, junto con los sebaítas, de alta estatura, pasarán a poder tuyo y te pertenecerán. Irán detrás de ti encadenados, se agacharán delante de ti y volviendo su cara hacia ti suplicarán: 'Sólo en ti está Dios, y no hay otro.


Así como antes ustedes, gente de Judá y de Israel, eran una raza maldita para todo el mundo, así también ahora yo los salvaré para que sean felicitados por todos. ¡No se desalienten, pues, y tengan confianza!


¿Por qué, Yavé, permitiste que nos perdiéramos de tus caminos, que nuestros corazones se pusieran tercos y ya no te temieran? ¡Vuelve, por amor de tus servidores y de tus tribus herederas!


Yo soy quien los condujo al jardín de la tierra para que gozaran sus bienes y comieran los mejores frutos. Pero apenas llegaron a mi país, lo profanaron, y mancharon mi herencia.


No es así Aquel que es la herencia de Jacob, pues él ha formado el universo, e Israel es su tribu heredera, su nombre es Yavé de los Ejércitos.


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