Biblia Todo Logo
ព្រះគម្ពីរតាមអ៊ីនធឺណិត

- ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម -





Isaías 1:15 - Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Cuando rezan con las manos extendidas, aparto mis ojos para no verlos; aunque multipliquen sus plegarias, no las escucharé, porque veo la sangre en sus manos.

សូមមើលជំពូក ចម្លង


កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

15 Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Nueva Traducción Viviente

15 Cuando levanten las manos para orar, no miraré; aunque hagan muchas oraciones, no escucharé, porque tienen las manos cubiertas con la sangre de víctimas inocentes.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

La Biblia Textual 3a Edicion

15 Cuando extendáis vuestras manos, Esconderé de vosotros mi rostro, Y aunque multipliquéis vuestras oraciones, no escucharé, Porque vuestras manos están llenas de sangre.°

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Cuando extendáis vuestras palmas, me taparé los ojos; aunque multipliquéis las oraciones, no os escucharé. Vuestras manos están llenas de sangre:

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

15 Cuando extendiereis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multiplicareis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos.

សូមមើលជំពូក ចម្លង




Isaías 1:15
36 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

pero cuando me llamen no les haré caso, sino que les ocultaré mi cara por sus malas acciones.


Entonces me llamarán pero no responderé, me buscarán pero no me hallarán.


y se les dijo: Si ustedes no le hacen caso cuando él los llama, también ustedes gritarán sin que él los atienda.


Aunque ayunen, no escucharé su súplica; aunque me presenten holocaustos y ofrendas, no los aceptaré. Al contrario, me preparo para acabar con ellos por la espada, el hambre y la peste.


Si hubiere visto maldad en mi corazón, el Señor no me habría escuchado.


Salomón estaba de pie delante del altar de Yavé, frente a toda la comunidad de Israel. Levantó entonces sus manos al cielo,


Compartirás tu pan con el hambriento, los pobres sin techo entrarán a tu casa, vestirás al que veas desnudo y no volverás la espalda a tu hermano.


Oh Dios, pon atención a mi plegaria, no desatiendas mis súplicas.


En pleno día lo asaltan los terrores y por la noche lo arrebata el torbellino.


Durante toda esta oración y esta súplica Salomón estuvo de rodillas, con las manos extendidas hacia el cielo frente al altar de Yavé. Cuando hubo terminado,


Por lo tanto, ¡ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, que son unos hipócritas! Ustedes cierran a la gente el Reino de los Cielos. No entran ustedes, ni dejan entrar a los que querrían hacerlo.


Cuando pidan a Dios, no imiten a los paganos con sus letanías interminables: ellos creen que un bombardeo de palabras hará que se los oiga.


Quiero, pues, que en todo lugar donde los hombres estén orando levanten al cielo manos limpias de todo enojo y discusión.


Ahora, pues, esperaré en Yavé, que esconde su rostro al pueblo de Jacob; en él confío.


Alcen sus manos al Santuario por las noches, y bendigan al Señor.


En el momento de la ofrenda de la tarde, salí de mi abatimiento y con la túnica y el manto rasgados me puse de rodillas. Extendí las manos hacia Yavé mi Dios


Es sabido que Dios no escucha a los pecadores, pero al que honra a Dios y cumple su voluntad, Dios lo escucha.


Moisés le respondió: 'En cuanto salga de tu presencia extenderé mis manos hacia Yavé, y cesarán los truenos y no caerá más granizo; con eso comprenderás que Yavé es dueño de la tierra.


En vano claman: Dios no escucha, el Omnipotente no los atiende.


lavar de sus inmundicias a las hijas de Sión, y para limpiar a Jerusalén de la sangre que ha sido derramada en ella, con el soplo de su justicia que es un soplo de fuego.


Tú eres un Dios al que le gusta esconderse, Dios de Israel, el Salvador.


Ustedes ayunan entre peleas y contiendas, y golpean con maldad. No es con esta clase de ayunos que lograrán que se escuchen sus voces allá arriba.


Y, sin embargo, Yavé, tú eres nuestro Padre, somos la greda que tus manos plasmaron, todos nosotros fuimos hechos por tus manos.


Oigo gritos como los de una mujer que da a luz por primera vez; la hija de Sión está gimiendo y extiende sus manos: '¡Ay de mí, que voy a sucumbir bajo los golpes de los asesinos!'


Por eso, así habla Yavé: Les voy a mandar una catástrofe de la cual nadie podrá escapar. Y aunque me pidan auxilio, no los ayudaré.


Pero como han llenado esta ciudad de víctimas y las calles de cadáveres,


Hijo de hombre, esos hombres tienen a sus ídolos arraigados en su corazón; están apegados a lo que los hace pecar. ¿Permitiré que me consulten?'


Las naciones comprenderán que si el pueblo de Israel estuvo en el exilio, fue porque pecó contra mí; le oculté mi rostro porque me fue infiel; lo entregué en manos de sus enemigos, y todos murieron a espada.


Con sus ovejas y sus bueyes irán en busca de Yavé, pero no lo encontrarán porque se ha alejado de ellos.


la mirada despreciativa, la lengua mentirosa, las manos que derraman sangre inocente,


តាម​ពួក​យើង:

ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម


ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម