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Hechos 6:3 - Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Por lo tanto, hermanos, elijan entre ustedes a siete hombres de buena fama, llenos del Espíritu y de sabiduría; les confiaremos esta tarea'

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Biblia Reina Valera 1960

3 Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Por lo tanto, hermanos, escojan a siete hombres que sean muy respetados, que estén llenos del Espíritu y de sabiduría. A ellos les daremos esa responsabilidad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Buscad más bien,° hermanos, a siete varones de entre vosotros, que sean° de buen testimonio, llenos del Espíritu° y de sabiduría, a quienes encarguemos esta función,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Hermanos, buscad de entre vosotros siete hombres de buena reputación, llenos de espíritu y de sabiduría, a los cuales pondremos al frente de este menester.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes pongamos sobre este trabajo.

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Hechos 6:3
34 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Busquen, pues, entre ustedes hombres sabios, perspicaces y experimentados de cada una de sus tribus, y yo los pondré al frente del pueblo.


y recomendada por sus buenas obras: si educó a sus hijos, dio hospitalidad, sirvió humildemente a los santos y socorrió a los que sufren. En pocas palabras, que se haya dedicado a hacer el bien.


En cuanto a Demetrio, todos habalan bien de él, hasta la misma verdad. También nosostros lo alabamos, y tú sabes que cuando recomendamos a alguien lo hacemos según la verdad.


son las cosas buenas y los dones perfectos los que proceden de lo alto y descienden del Padre que es luz; allí no retornan las noches ni pasan las sombras.


No se emborrachen, pues el vino lleva al libertinaje; más bien llénense del Espíritu.


Cuando llegue daré credenciales a los que ustedes hayan elegido para que lleven esas limosnas a Jerusalén.


Allí vino a verme un tal Ananías, un hombre muy observante de la Ley y muy estimado por todos los judíos que vivían en Damasco.


Ellos respondieron: 'Nos envía el capitán Cornelio. Es un hombre recto, de los 'que temen a Dios', y lo aprecian todos los judíos. Ha recibido de un santo ángel la orden de hacerte venir a su casa para aprender algo de ti.


Los presentaron a los apóstoles, quienes se pusieron en oración y les impusieron las manos.


Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía que se expresaran.


Tenemos, pues, que escoger a un hombre de entre los que anduvieron con nosotros durante todo el tiempo en que el Señor Jesús actuó en medio de nosotros,


Lo que es ustedes, no se dejen llamar Maestro, porque no tienen más que un Maestro, y todos ustedes son hermanos.


Su Dios es el que le enseñó a hacerlo así y el que lo instruyó.


Pues se hará espíritu de justicia para el juez en el tribunal, le ayudará a hacer justicia, y al que impide que los asaltantes pasen la puerta le dará valentía.


A uno se le da, por el Espíritu, palabra de sabiduría; a otro, palabra de conocimiento según el mismo Espíritu;'


los hermanos de Listra e Iconio hablaban muy bien de él.


Debían entregar la siguiente carta: 'Los apóstoles y los hermanos con título de ancianos saludan a los hermanos no judíos de Antioquía, Siria y Cilicia.


Los hermanos se enteraron y lo llevaron a Cesarea, y desde allí lo enviaron a Tarso.


Pero elige entre los hombres del pueblo algunos que sean valiosos y que teman a Dios, hombres íntegros y que no se dejen sobornar, y los pondrás al frente del pueblo como jefes de mil, de cien, de cincuenta o de diez.


Por esta razón corrió entre los hermanos el rumor de que aquel discípulo no iba a morir. Pero Jesús no dijo que no iba a morir, sino simplemente: 'Si yo quiero que permanezca hasta mi vuelta, ¿a ti qué te importa?'


Uno de aquellos días, Pedro tomó la palabra en medio de ellos -había allí como ciento veinte personas- y les dijo:


Los Doce reunieron la asamblea de los discípulos y les dijeron: 'No es correcto que nosotros descuidemos la Palabra de Dios por hacernos cargo de las mesas.


Toda la asamblea estuvo de acuerdo y eligieron a Esteban, hombre lleno de fe y Espíritu Santo, a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Pármenas y Nicolás, que era un prosélito de Antioquía.


Allí encontramos algunos hermanos que nos invitaron a quedarnos una semana con ellos, y así es como llegamos a Roma.


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