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Hechos 4:19 - Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Pedro y Juan les respondieron: 'Juzguen ustedes si es correcto delante de Dios que les hagamos caso a ustedes, en vez de obecedecer a Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

19 Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Pero Pedro y Juan respondieron: «¿Acaso piensan que Dios quiere que los obedezcamos a ustedes en lugar de a él?

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Respondiendo entonces Pedro y Juan, les dijeron: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Pedro y Juan les respondieron: 'Juzgad si sería justo ante Dios obedeceros a vosotros más que a Dios.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

19 Mas Pedro y Juan, respondiendo, les dijeron: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios:

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Hechos 4:19
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Pedro y los apóstoles respondieron: 'Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres.


Pero las parteras temían a Dios, y no hicieron lo que les había mandado el rey de Egipto, sino que dejaron con vida a los niños.


Les hablo como a personas sensatas, juzguen ustedes mismos lo que voy a decir.


Esto es bueno y agrada a Dios, nuestro Salvador,


No juzguen por las apariencias, sino juzguen lo que es justo.


Pero Miqueas respondió: 'Tan cierto como que Yavé vive que sólo diré lo que él me diga'.


Pero si no lo quiere, has de saber que no serviremos a tus dioses ni adoraremos la estatua de oro que erigiste'.


Jesús les replicó: 'Devuelvan, pues, al César las cosas del César, y a Dios lo que corresponde a Dios.


Pues bien, escucha, tú que dices: ¡Basta de profecías contra Israel; deja de insultar a la raza de Isaac!'


Efraím es un opresor y dicta sentencias injustas, pues se deja llevar por las apariencias.


Cuando Daniel supo que había sido firmado ese decreto, entró en su casa; su pieza estaba en el segundo piso y las ventanas daban a Jerusalén. Tres veces al día Daniel se ponía de rodillas, oraba y alababa a Dios como lo había hecho siempre.


Dioses, ¿será verdad que hacen justicia y gobiernan como es justo a los hijos de los hombres?


El rey Ajaz dio esta orden al sacerdote Urías: En este gran altar quemarás el holocausto de la mañana y la ofrenda de la tarde, el holocausto del rey y su ofrenda, el holocausto por toda la población del país, su ofrenda y sus libaciones. Desde allí harás la aspersión de la sangre de todos los holocaustos y sacrificos. En cuanto al altar de bronce, ya veré lo que se hace'.


La gente de la ciudad, los ancianos y los jefes que vivían con Nabot, hicieron lo que Jezabel les ordenaba en la carta que les había enviado.


Entregará a Israel por culpa de los pecados que cometió Jeroboam y que hizo cometer a Israel'.


De allí partió el pecado de Israel; el pueblo escoltó a uno de los terneros hasta Betel, y fueron en procesión delante del otro hasta Dan.


Díganme, ¿no sería hacer diferencias y hacerlas con criterios pésimos?


Hijos, obedezcan a sus padres, pues esto es un deber: Honra a tu padre y a tu madre.


No nos callamos por falsa vergüenza; no andamos con rodeos ni desvirtuamos la palabra de Dios; manifestando la verdad, merecemos ante Dios que cualquier conciencia humana nos apruebe.


Tú observas los decretos de Omri y todas las normas de la familia de Ajab, pero si tú sigues sus ejemplos, yo te pondré de ejemplo terrible, para que se burlen de tus habitantes y para que seas despreciada por todo el mundo.


Por la fe los padres del recién nacido Moisés lo escondieron durante tres meses, pues vieron que el niño era muy hermoso, y no temieron el decreto del rey.


Respondió Jeremías: 'Yavé me ha enviado a decirles todas las palabras que han escuchado respecto de su templo y de esta ciudad.


Entonces Jesús envió a Pedro y a Juan diciéndoles: 'Vayan a preparar lo necesario para que celebremos la Cena de Pascua.


Quedaron admirados al ver la seguridad con que hablaban Pedro y Juan, que eran hombres sin instrucción ni preparación, pero sabían que habían estado con Jesús.


Les habíamos advertido y prohibido enseñar en nombre de ése. Pero ahora en Jerusalén no se oye más que su predicación, y quieren echarnos la culpa por la muerte de ese hombre.


El hombre de Dios se volvió pues con él, comió pan y bebió agua en su casa.


El sacerdote Urías hizo todo lo que le había ordenado el rey Ajaz.


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