Hechos 23:29 - Biblia Católica (Latinoamericana)

²⁹ y descubrí que lo acusaban por cuestiones de su Ley, pero que no había ningún cargo que mereciera la muerte o la prisión.

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Biblia Reina Valera 1960

²⁹ y hallé que le acusaban por cuestiones de la ley de ellos, pero que ningún delito tenía digno de muerte o de prisión.

Biblia Nueva Traducción Viviente

²⁹ Pronto descubrí que el cargo tenía que ver con su ley religiosa, nada que merezca prisión o muerte en absoluto;

La Biblia Textual 3a Edicion

²⁹ y hallé° que era acusado por cuestiones de la ley de ellos, pero no tenía ningún cargo digno de muerte o prisión.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²⁹ Hallé que era acusado por cuestiones de su ley, pero que no tenía delito alguno digno de muerte o de cárcel.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

²⁹ y hallé que le acusaban de cuestiones de la ley de ellos, pero que ninguna acusación tenía digna de muerte o de prisión.

Hechos 23:29 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា

Hechos 26:31

Mientras se retiraban, conversaban entre sí y decían: 'Este no es hombre para hacer cosas que merezcan la muerte o la cárcel.

Hechos 25:25

Yo, por mi parte, me convencí de que no había hecho nada digno de muerte, y como él mismo apelaba al emperador, decidí enviárselo.

Hechos 18:15

Pero como se trata de discusiones sobre mensajes, poderes superiores y sobre su Ley, arréglense entre ustedes mismos. Yo no quiero ser juez de tales asuntos. '

Hechos 28:18

Los romanos querían dejarme en libertad después de haberme interrogado, pues no encontraban en mí nada que mereciera la muerte.

Hechos 25:11

Si he cometido algún delito que merezca la muerte, acepto morir. Pero si no he hecho nada de lo que me acusan, nadie tiene derecho a entregarme a ellos. Apelo al César.

Deuteronomio 21:22

Si un hombre, culpable de algún delito que merece la muerte, ha sido ajusticiado y colgado de un árbol,

Jeremías 26:16

Entonces los jefes, apoyados por todo el pueblo, dijeron a los sacerdotes y profetas: 'Este hombre no merece la muerte, realmente nos ha hablado en nombre de Yavé, nuestro Dios.