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Hechos 21:11 - Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Se acercó a nosotros, tomó el cinturón de Pablo, se ató con él de pies y manos y dijo: 'Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos al dueño de este cinturón y lo entregarán en manos de los extranjeros.

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Biblia Reina Valera 1960

11 quien viniendo a vernos, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Se acercó, tomó el cinturón de Pablo y se ató los pies y las manos. Luego dijo: «El Espíritu Santo declara: “De esta forma será atado el dueño de este cinturón por los líderes judíos en Jerusalén y entregado a los gentiles”».

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 el cual vino a nosotros, y tomando el cinto de Pablo, se ató los pies y las manos, y dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalem al varón de quien es este cinto, y lo entregarán en manos de los gentiles.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 que se llegó a nosotros, tomó el cinturón de Pablo, se ató los pies y las manos y dijo: 'Esto dice el Espíritu Santo: al hombre a quien pertenece este cinturón, lo atarán así en Jerusalén los judíos y lo entregarán en manos de los gentiles'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

11 Y cuando él vino a nosotros, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles.

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Hechos 21:11
34 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

El comandante se acercó, hizo arrestar a Pablo y ordenó que lo ataran con dos cadenas. Después preguntó quién era y qué había hecho.


solamente que en cada ciudad el Espíritu Santo me advierte que me esperan prisiones y pruebas.


Sedecías, hijo de Quenaana, se había hecho unos cuernos de fierro y decía: 'Esto dice Yavé: Te los doy para que acabes hasta con el último de los arameos'.


Estaban preparando lo que mantiene a los ángeles en suspenso, y que ahora les ha sido anunciado a ustedes por sus evangelizadores, al mismo tiempo que el Espíritu Santo les era enviado desde el cielo. Y les fue revelado que todo esto sería, no para ellos, sino para ustedes.


Sufrieron con los que iban a la cárcel, les quitaron sus bienes, y lo aceptaron gozosos, sabiendo que les esperaba una riqueza mejor y más duradera.


Escuchemos lo que dice el Espíritu Santo: Ojalá escuchen hoy la voz del Señor;'


Por él sufro hasta llevar cadenas como un malhechor; pero la palabra de Dios no está encadenada.


cuando tenga que presentar mi defensa, pues yo soy embajador encadenado de este Evangelio.


Yo, 'el prisionero de Cristo', les exhorto, pues, a que se muestren dignos de la vocación que han recibido.


Por eso yo, Pablo, el prisionero de Cristo por ustedes, los no-judíos...


Al final los judíos se retiraron muy divididos. Pablo los despidió con estas palabras: 'Es muy acertado lo que dijo el Espíritu Santo cuando hablaba a sus padres por boca del profeta Isaías:'


Por este motivo yo quise poder verlos y conversar con ustedes, pues en realidad, por la esperanza de Israel yo llevo estas cadenas.


Tres días después Pablo convocó a los judíos principales. Una vez reunidos, les dijo: 'Hermanos, acaban de traerme preso de Jerusalén. He sido entregado a los romanos sin que yo haya ofendido a las autoridades de nuestro pueblo ni las tradiciones de nuestros padres.


Pablo le respondió: 'Por poco o por mucho, quiera Dios que no sólo tú, sino también todos los que hoy me escuchan, llegaran hasta donde yo he llegado, a excepción de estas cadenas.


Pasaron así dos años. Entonces Felix fue reemplazado por Porcio Festo, y como quería quedar bien con los judíos, dejó a Pablo preso.


Pero cuando quisieron quitarle la ropa, Pablo preguntó al oficial que estaba allí presente: '¿Es conforme a la ley azotar a un ciudadano romano sin haberlo antes juzgado?'


Atravesaron Frigia y la región de Galacia, pues el Espíritu Santo no les dejó que fueran a predicar la Palabra en Asia.


Un día, mientras celebraban el culto del Señor y ayunaban, el Espíritu Santo les dijo: 'Sepárenme a Bernabé y a Saulo y envíenlos a realizar la misión para la que los he llamado.


Yo le mostraré todo lo que tendrá que sufrir por mi Nombre.


Yo, Yavé, que soy tu Dios desde Egipto, te haré vivir de nuevo en tiendas de campaña, como en aquellos días del Encuentro.


Entonces Yavé habló por medio de Isaías, hijo de Amós. Le había dicho: 'Te colgarás este saco de la cintura y te sacarás las sandalias de tus pies. Isaías lo hizo así y andaba sin ropa y descalzo.


Esta fue la palabra de Yavé: 'Anda a comprarte un jarro de greda. Que te acompañen algunos ancianos del pueblo y algunos sacerdotes.


Cuando terminó de hablar, Jesús pasó con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón. Había allí un huerto, y Jesús entró en él con sus discípulos.


El Espíritu dijo a Felipe: 'Acércate a ese carro y quédate pegado a su lado.


Aquí encontramos a los discípulos y nos detuvimos siete días. Advertían a Pablo con mensajes proféticos que no subiera a Jerusalén;'


El Espíritu nos dice claramente que en los últimos tiempos algunos renegarán de la fe para seguir espíritus seductores y doctrinas diabólicas.


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