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Hechos 2:9 - Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Entre nosotros hay partos, medos y elamitas, habitantes de Mesopotamia, Judea, Capadocia, del Ponto y Asia,

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Biblia Reina Valera 1960

9 Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Aquí estamos nosotros: partos, medos, elamitas, gente de Mesopotamia, Judea, Capadocia, Ponto, de la provincia de Asia,

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Partos, medos, elamitas, y los que habitamos Mesopotamia, Judea y también Capadocia, Ponto y Asia,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Partos, medos, elamitas, los habitantes de Mesopotamia, de Judea y de Capadocia, del Ponto y de Asia,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

9 Partos y medos, y elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea y en Capadocia, en el Ponto y en Asia,

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Hechos 2:9
34 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Pedro, apóstol de Cristo Jesús, a los (judíos) que viven fuera de su patria, dispersos por el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia,


Juan, a las siete Iglesias de Asia. Reciban gracia y paz de parte de Aquel que Es, que era y que viene, y de parte de los siete espíritus que están ante su trono,


Ya sabes que todos los de Asia me han abandonado, entre ellos Figelo y Hermógenes.


Allí se encontró con un judío llamado Aquila, natural del Ponto, que acababa de llegar de Italia con su esposa Priscila, a consecuencia de un decreto del emperador Claudio; porque todos los judíos habían recibido la orden de abandonar Roma. Pablo se acercó a ellos,


Atravesaron Frigia y la región de Galacia, pues el Espíritu Santo no les dejó que fueran a predicar la Palabra en Asia.


Hizo esto durante dos años, de tal manera que todos los habitantes de la provincia de Asia, tanto judíos como griegos, pudieron escuchar la Palabra del Señor.


Se le echaron encima algunos de la sinagoga llamada de los libertos y otros llegados de Cirene, Alejandría, Cilicia y Asia. Se pusieron a discutir con Esteban,


Durante esa visión vi la ciudadela de Suza, en la provincia de Elam; en esa visión me encontraba a orillas del río Ulay, y miraba desde allí.


Al mismo tiempo, el Señor volverá a tender su mano para rescatar al resto de su pueblo, a los que todavía queden en Asur y Egipto, en Patros, Etiopía y Elam, en Senar, Jamat y las islas del mar.


El año noveno de Oseas, el rey de Asur se apoderó de Samaría y deportó a Asur a los israelitas. Los instaló en Jala a orillas del Jabor, el río de Gozán, y además en las ciudades de Media.


Luego el servidor escogió diez camellos entre los de su patrón y se puso en marcha, llevando todo lo mejor que poseía Abrahán. Y caminó hasta alcanzar la ciudad de Najor, en el país de Aram.


Y sucedió por aquel tiempo que Amrafel, rey de Senaar, Arioc, rey del Ponto, Codorlamor, rey de los elamitas, y Tadal, rey de los Goyim,


Escribe en un libro lo que veas y envíalo a las siete Iglesias: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea.


Hermanos, deseamos que conozcan algo de lo que nos tocó padecer en Asia. Realmente fue tan grande el peso de esa prueba que ya habíamos perdido toda esperanza de salir con vida.


Los saludan las Iglesias de Asia. Aquila y Prisca los saludan en el Señor, junto con la Iglesia que se reúne en su casa.


Saluden también a la Iglesia que se reúne en su casa. Saluden a mi querido Epéneto, el primer convertido cristiano en la provincia de Asia.


Cuando ya estuvieron a su lado, les dijo: 'Ustedes han sido testigos de mi forma de actuar durante todo el tiempo que he pasado entre ustedes, desde el primer día que llegué a Asia.


Pablo había decidido no hacer escala en Efeso ni demorarse más en Asia, pues, de ser posible, quería estar en Jerusalén para el día de Pentecostés.


Incluso algunos consejeros, amigos suyos, de la provincia de Asia, le mandaron a decir que no se arriesgara a ir al teatro.


No son sólo nuestros intereses los que salen perjudicados, sino que también el templo de la gran diosa Artemisa corre peligro de ser desprestigiado. Al final se acabará la fama de aquella a quien adora toda el Asia y el mundo entero.


Esteban respondió: 'Hermanos y padres, escúchenme: El Dios glorioso se apareció a nuestro padre Abrahán mientras estaba en Mesopotamia, antes de que fuera a vivir a Jarán,


El carnero que viste con sus dos cuernos son los reyes de los Medos y de los Persas.


Una visión siniestra se presenta a mis ojos: El traidor traiciona, y el salteador saquea: '¡Arriba, elamitas! ¡ataquen, medos!' - 'Hice callar los últimos gemidos.


En la ciudad fortificada de Ecbatana, en la provincia de los Medos, se descubrió un rollo en el que estaba escrito esto:


Cuando los hijos de Ammón vieron que se habían hecho odiosos a David, Janún y los amonitas enviaron mil talentos de plata para tomar a sueldo carros de guerra y hombres para manejarlos, de Aram de Mesopotamia, Aram de Maacá y de Sobá.


Entonces estalló contra Israel la cólera de Yavé. Los dejó caer en las manos de Cusán-Riseataim, rey de Edom, y los israelitas estuvieron sometidos a Cusán-Riseataim por ocho años.


El amonita y el moabita no se admitirán jamás en la asamblea de Yavé, ni aun después de la décima generación.


Los hijos de Sem son: Elam, Asur, Arfaxad, Lud y Aram.


Parsin: tu reino ha sido dividido y dado a los Medos y a los Persas'.


Cada uno de nosotros les oímos en nuestra propia lengua nativa.


Al marcharse de Asia, se fueron también con él Sópatros, hijo de Pirro, de Berea; Aristarco y Segundo, de Tesalónica; Gayo, de Derbe, y Timoteo; Tíquico y Trófimo, de Asia.


Estaban para cumplirse los siete días, cuando unos judíos de Asia vieron a Pablo en el Templo y empezaron a alborotar a la gente. Agarraron a Pablo


Y esta es la razón por la que me encontraron en el Templo. Me había purificado según la Ley, y no había aglomeración de gente ni tumulto.


Subimos a bordo de un barco de Adrumeto que se dirigía a las costas de Asia y zarpamos; nos acompañaba Aristarco, un macedonio de la ciudad de Tesalónica.


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