Biblia Todo Logo
ព្រះគម្ពីរតាមអ៊ីនធឺណិត

- ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម -





Hebreos 9:12 - Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Y no fue la sangre de chivos o de novillos la que le abrió el santuario, sino su propia sangre, cuando consiguió de una sola vez la liberación definitiva.

សូមមើលជំពូក ចម្លង


កំណែច្រើនទៀត

Biblia Reina Valera 1960

12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Con su propia sangre —no con la sangre de cabras ni de becerros— entró en el Lugar Santísimo una sola vez y para siempre, y aseguró nuestra redención eterna.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

La Biblia Textual 3a Edicion

12 ni por medio de la sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por medio de su propia sangre, entró una vez por todas en el lugar santísimo, habiendo asegurado eterna redención.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Entró en el 'lugar santísimo', de una vez por siempre, no por medio de sangre de machos cabríos ni de becerros, sino de la suya propia, consiguiendo la redención eterna.

សូមមើលជំពូក ចម្លង

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una sola vez en el lugar santísimo, habiendo obtenido, para nosotros, eterna redención.

សូមមើលជំពូក ចម្លង




Hebreos 9:12
32 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

es que la sangre de los toros y de los chivos no tiene valor para quitar los pecados.


Por eso Cristo es el mediador de un nuevo testamento o alianza. Por su muerte fueron redimidas las faltas cometidas bajo el régimen de la primera alianza, y desde entonces la promesa se cumple en los que Dios llama para la herencia eterna.


En él y por su sangre fuimos rescatados, y se nos dio el perdón de los pecados, fruto de su generosidad inmensa


Y ahora, llegado a su perfección, es fuente de salvación eterna para todos los que le obedecen,


y de parte de Cristo Jesús, el testigo fiel, el primer nacido de entre los muertos, el rey de los reyes de la tierra. El nos ama


Así, pues, hermanos, no podemos dudar de que entraremos en el Santuario en virtud de la sangre de Jesús;'


de la misma manera Cristo se sacrificó una sola vez para quitar los pecados de una multitud. La segunda vez se manifestará a todos aquellos que lo esperan como a su salvador, pero ya no será por causa del pecado.


A diferencia de los sumos sacerdotes, él no tiene necesidad de ofrecer diariamente sacrificios, primero por sus pecados, y luego por los del pueblo. Y para el pueblo no lo hizo sino una sola vez ofreciéndose a sí mismo.


Después presentó la ofrenda del pueblo. Tomó el macho cabrío por la expiación por el pueblo. Lo sacrificó como el primero e hizo la expiación.


La sangre de chivos y de toros y la ceniza de ternera, con la que se rocía a los que tienen alguna culpa, les dan tal vez una santidad y pureza externa,


El es el resplandor de la Gloria de Dios y en él expresó Dios lo que es en sí mismo. El, cuya palabra poderosa mantiene el universo, también es el que purificó al mundo de sus pecados, y luego se sentó en los cielos, a la derecha del Dios de majestad.


esperando que venga del cielo el que nos libera del juicio que se acerca: éste es Jesús, su Hijo, al que resucitó de entre los muertos.


Pues pongo ahora delante de Josué una piedra que reluce como si tuviera siete ojos y yo mismo escribo en ella la inscripción. y cancelo la deuda del país en un solo día.


Para tu pueblo y tu ciudad santa se han fijado setenta semanas, para que se termine el pecado, para expiar la ofensa, para que venga la justicia eterna, para que se cumpla la visión y la profecía, para ungir al Santo de los Santos.


En él nos encontramos liberados y perdonados.


Cuiden de sí mismos y de todo el rebaño en el que el Espíritu Santo les ha puesto como obispos (o sea, supervisores): pastoreen la Iglesia del Señor, que él adquirió con su propia sangre.


En cambio el que calumnie al Espíritu Santo, no tendrá jamás perdón, pues se queda con un pecado que nunca lo dejará.


Y cantaban este cántico nuevo: Eres digno de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque fuiste degollado y con tu sangre compraste para Dios hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación.


que se entregó por nosotros para rescatarnos de todo pecado y purificar a un pueblo que fuese suyo, dedicado a toda obra buena.


Toma contigo a Aarón y a sus hijos, y también sus vestiduras, el óleo de la unción, el novillo para el sacrificio por el pecado, los dos carneros y el canastillo de los panes sin levadura.


pero en la segunda tan sólo entra el sumo sacerdote una sola vez al año, y nunca sin la sangre que va a ofrecer por sus extravíos y por los del pueblo.


Si el que peca es el sumo sacerdote, el ungido, su pecado mancha al pueblo. Ofrecerá a Yavé, por el pecado que cometió, un novillo sin defecto.


Después sacrificará el macho cabrío que fue reservado para el sacrificio por el pecado del pueblo, y llevará su sangre detrás del velo. Haciendo con su sangre lo mismo que hizo con la sangre del novillo, rociará el Lugar del Perdón en su parte anterior.


Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.


pero con toda seguridad la sangre de Cristo, que se ofreció a Dios por el Espíritu eterno como víctima sin mancha, purificará nuestra conciencia de las obras de muerte, para que sirvamos al Dios vivo.


Cuando Moisés terminó de proclamar ante el pueblo todas las ordenanzas de la Ley, tomó sangre de terneros y de chivos, la mezcló con agua, lana roja e hisopo y roció el propio libro del testamento y al pueblo, diciendo:


Por eso mismo también Jesús salió de la ciudad santa para sufrir su pasión y purificar al pueblo con su propia sangre.


តាម​ពួក​យើង:

ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម


ការផ្សាយពាណិជ្ជកម្ម