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Hebreos 2:17 - Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Por eso tuvo que hacerse semejante en todo a sus hermanos, y llegó a ser el sumo sacerdote lleno de comprensión, pero también fiel en el servicio de Dios, que les consigue el perdón.

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Biblia Reina Valera 1960

17 Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Por lo tanto, era necesario que en todo sentido él se hiciera semejante a nosotros, sus hermanos, para que fuera nuestro Sumo Sacerdote fiel y misericordioso, delante de Dios. Entonces podría ofrecer un sacrificio que quitaría los pecados del pueblo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Por lo cual convenía que en todo fuera semejante a sus hermanos, para que les fuera un sumo sacerdote misericordioso y fiel, en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 De aquí que tuviera que ser asemejado en todo a sus hermanos, para llegar a ser sumo sacerdote misericordioso y fiel en las relaciones con Dios, a fin de expiar los pecados del pueblo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

17 Por cuanto le era preciso ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel Sumo Sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.

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Hebreos 2:17
37 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Tenemos, pues, un sumo sacerdote excepcional, que ha entrado en el mismo cielo, Jesús, el Hijo de Dios. Esto es suficiente para que nos mantengamos firmes en la fe que profesamos.


Puesto que esos hijos son de carne y sangre, Jesús también experimentó esta misma condición y, al morir, le quitó su poder al que reinaba por medio de la muerte, es decir, al diablo.


Así había de ser nuestro sumo sacerdote: santo, sin ningún defecto ni pecado, apartado del mundo de los pecadores y elevado por encima de los cielos.


Cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con él por la muerte de su Hijo; con mucha más razón ahora su vida será nuestra plenitud.


de este modo el que comunicaba la santidad se identificaría con aquellos a los que santificaba. Por eso él no se avergüenza de llamarnos hermanos, cuando dice:


Para tu pueblo y tu ciudad santa se han fijado setenta semanas, para que se termine el pecado, para expiar la ofensa, para que venga la justicia eterna, para que se cumpla la visión y la profecía, para ungir al Santo de los Santos.


Moisés actuaba en toda la casa de Dios como fiel servidor, dando a conocer lo que le habían dicho.


Ustedes mismos en otro tiempo se quedaron aparte y con sus obras malas actuaron como rebeldes.


Así, pues, todo es insuficiente en los sumos sacerdotes que la Ley establece, mientras que ahora, después de la Ley, Dios habla y pronuncia un juramento para establecer al Hijo eternamente perfecto.


Destruyó el odio en la cruz y, habiendo reunido a los dos pueblos, los reconcilió con Dios por medio de la misma cruz.


Por eso en las cosas de Dios tengo el orgullo que se puede tener en Cristo Jesús.


Moisés lo sacrificó. Mojando sus dedos en la sangre, untó con ella las esquinas del altar, para consagrarlo. Después derramó el resto de la sangre al pie del altar; de esta manera lo consagró, haciendo por él la expiación.


él merece la confianza de Dios que le dio este cargo, lo mismo que la mereció Moisés en la casa de Dios.


Se hará lo mismo el siete del mes en favor de los que hayan pecado involuntariamente o sin pensarlo; así harán la expiación por la Casa.


El príncipe se encargará de los holocaustos, de las ofrendas y de la libación con ocasión de las fiestas, de las lunas nuevas, de los sábados y de todas las asambleas del pueblo de Israel; él se preocupará del sacrificio por el pecado, de la ofrenda, el holocausto y los sacrificios de comunión por el pueblo de Israel.


De un rebaño de doscientas cabezas que se halle en los pastizales de Israel, sacarán una oveja para la ofrenda, el holocausto y el sacrificio de comunión: eso será para hacer la expiación por ustedes, palabra de Yavé.


Tendrá como cinturón la justicia, y la lealtad será el ceñidor de sus caderas.


Los sacerdotes los sacrificaron y ofrecieron la sangre en sacrificio por el pecado junto al altar como expiación por todo Israel; porque el rey había ordenado que el holocausto y el sacrificio por el pecado fuesen por todo Israel.


Y el aceite que quede en la mano del sacerdote, lo echará sobre la cabeza del que se purifica haciendo en esta forma la expiación por él ante Yavé.


Así hará la expiación por el Santuario, debido a las impurezas de los hijos de Israel, a sus faltas y a todos sus pecados. Así hará por la Tienda de las Citas, que mora con ellos en medio de sus impurezas.


El sacerdote hará entonces la expiación por toda la comunidad de los israelitas y quedará perdonada. Pues habían actuado sin darse cuenta, y por su falta presentaron una ofrenda, un sacrificio por el fuego en honor de Yavé, así como también un sacrificio expiatorio delante de Yavé.


Jesús no vino para hacerse cargo de los ángeles, sino de la raza de Abrahán.


Hermanos santos, que gozan de una vocación sobrenatural, fíjense en Jesús, el apóstol y sumo sacerdote de nuestra fe;'


Nuestro sumo sacerdote no se queda indiferente ante nuestras debilidades, pues ha sido probado en todo igual que nosotros, a excepción del pecado.


Todo sumo sacerdote es tomado de entre los hombres, y le piden representarlos ante Dios y presentar sus ofrendas y víctimas por el pecado.


Es capaz de comprender a los ignorantes y a los extraviados, pues también lleva el peso de su propia debilidad;'


Y tampoco Cristo se atribuyó la dignidad de sumo sacerdote, sino que se la otorgó aquel que dice: Tú eres mi Hijo, te he dado vida hoy mismo.


conforme a la misión que recibió de Dios: sacerdote a semejanza de Melquisedec.


Allí entró Jesús para abrirnos el camino, hecho sumo sacerdote para siempre a semejanza de Melquisedec.


Tratemos de resumir lo que hemos dicho: tenemos un sumo sacerdote que está sentado a la derecha del Dios de Majestad en los cielos;'


Todo sumo sacerdote es instituido para presentar a Dios ofrendas y sacrificios y, por tanto, Jesús tiene que ofrecer algún sacrificio.


Cristo vino como el sumo sacerdote que nos consigue los nuevos dones de Dios, y entró en un santuario más noble y más perfecto, no hecho por hombres, es decir, que no es algo creado.


Teniendo un sacerdote excepcional a cargo de la casa de Dios,


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