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Hebreos 12:5 - Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Tal vez hayan olvidado la palabra de consuelo que la sabiduría les dirige como a hijos: Hijo, no te pongas triste porque el Señor te corrige, no te desanimes cuando te reprenda;'

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Biblia Reina Valera 1960

5 y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, Ni desmayes cuando eres reprendido por él;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 ¿Acaso olvidaron las palabras de aliento con que Dios les habló a ustedes como a hijos? Él dijo: «Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor y no te des por vencido cuando te corrige.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 y habéis olvidado la exhortación que como a hijos se os habla, diciendo: Hijo mío, no tengas en poco la disciplina del Señor, Ni desmayes° cuando seas reprendido por Él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 y habéis olvidado la exhortación que se os dirige como a hijos: Hijo mío, no desprecies la corrección del Señor ni te desanimes porque te reprenda.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 ¿Y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige? Hijo mío, no menosprecies la corrección del Señor, ni desmayes cuando eres de Él reprendido.

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Hebreos 12:5
33 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Yo reprendo y corrijo a los que amo. Vamos, anímate y conviértete.


Pero si el Señor nos juzga, nos corrige, para que no seamos condenados con este mundo.


¡Feliz el hombre que corriges, Señor, y al que tú enseñas tu Ley!


Feliz el hombre que soporta pacientemente la prueba, porque, después de probado, recibirá la corona de vida que el Señor prometió a los que lo aman.


Expongo mi vida a cada instante, pero jamás me olvido de tu ley.


Escucho, escucho quejarse a Efraím: 'Me has pegado, y he sido castigado muy duro, como un novillo no domado; haz que yo vuelva y volveré, ya que tú eres Yavé, mi Dios.


Sé, Señor, que tus juicios son justos y que con razón me has afligido.


El Señor me corrigió mucho, pero no me entregó a la muerte.


Ustedes sufren, pero es para su bien, y Dios los trata como a hijos: ¿a qué hijo no lo corrige su padre?


Hijo mío, no te olvides de mis advertencias, que tu corazón sepa guardar mis mandamientos.


¡Busca la sabiduría! ¡Hazte inteligente! No olvides lo que te digo, no menosprecies mis palabras.


Aunque parezco un cuero ahumado, no he olvidado tus preceptos.


En tus preceptos me deleitaré, jamás me olvidaré de tus palabras.


Pero si éste dice a Dios: 'Me dejé llevar, no volveré a hacer mal;'


No está aquí. Resucitó. Acuérdense de lo que les dijo cuando todavía estaba en Galilea:


Ellas entonces recordaron las palabras de Jesús.


Antes de ser humillado me había alejado, pero ahora yo observo tu palabra.


Pues, ¿de qué se queja el hombre, el hombre que vive a pesar de sus pecados?


Así, pues, hagamos el bien sin desanimarnos, que a su debido tiempo cosecharemos si somos constantes.


Entre ellos están Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendieran a no enseñar barbaridades.


Hermanos, les ruego que acepten estas palabras de exhortación, pues les escribí un poco apurado.


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