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Habacuc 3:3 - Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Viene Dios de Temán, el Santo, desde el monte Parán. Su majestad envuelve los cielos y su Gloria repleta la tierra.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Dios vendrá de Temán, Y el Santo desde el monte de Parán. Selah Su gloria cubrió los cielos, Y la tierra se llenó de su alabanza.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 »¡Veo a Dios cruzando el desierto de Edom; el Santo viene desde el monte Parán! Su brillante esplendor llena los cielos, y la tierra se llena de su alabanza.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Dios viene desde Temán, El Santo, de los montes de Parán. SelahSu esplendor eclipsa los cielos y la tierra se llena de sus alabanzas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Dios viene de Temán, el Santo del monte Parán. Selah Su majestad cubre los cielos, de su gloria se llena la tierra.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Dios viene de Temán, y el Santo del monte de Parán (Selah). Su gloria cubrió los cielos, y la tierra se llenó de su alabanza.

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Habacuc 3:3
32 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Yavé ha salido del Sinaí; para ellos se ha levantado sobre el horizonte de Seír; resplandeció desde el monte Parán; para ellos llegó a Meriba de Cadés acompañado de sus ángeles.


Tus valientes se estremecen, pueblo de Temán, pues se está acuchillando a los hombres de los cerros de Esaú.


yo prenderé fuego a Temán y se quemarán los palacios de Bosrá.


Si tienen rabia, no se arriesguen, guárdenlo para ustedes, en la cama, y quédense luego callados.


Para Edom. Esto dice Yavé de los Ejércitos. ¿Ya se acabó la sabiduría en Temán? ¿Perdieron su prudencia los inteligentes, o se corrompió su sabiduría?


Y gritaban, respondiéndose el uno al otro: 'Santo, Santo, Santo es Yavé de los Ejércitos, su Gloria llena la tierra toda.


Los carros de Dios son miles y miles, en ellos vino del Sinaí al Santuario.


Y dijeron: 'Yavé, Dios nuestro, acaba de mostrarnos su gloria y su grandeza y hemos oído su voz en medio del fuego. Hoy hemos visto a Dios hablando al hombre sin que éste muriera;'


Vivió en el desierto de Parán, donde su madre lo casó con una mujer egipcia.


Nunca se escuchó, ningún oído oyó, ni ojo alguno ha visto que un Dios, fuera de ti, hiciera tanto en favor de quienes confían en él.


que iguale, oh Dios, tu alabanza a tu nombre, y alcance los confines de la tierra.


Infúndeles terror, oh Señor, que sepan los paganos que sólo son hombres.


El Señor se ha manifestado, ha dictado su sentencia, y el pecador quedó atrapado en la obra de sus manos.


Tan pronto como llamo al Señor, me responde desde su monte santo.


¡Cuántos los que me dicen: 'Ya no tienes en Dios salvación'!'


Por esos días murió Samuel. Se reunió todo Israel e hizo una lamentación por él; lo enterraron en su casa en Ramá. David bajó entonces al desierto de Maón.


y los hijos de Israel partieron del desierto de Sinaí caminando por etapas. La Nube se detuvo en el desierto de Parán.


Mientras tanto, todo el pueblo estaba mirando: todo era truenos, relámpagos y sonido de trompeta en el cerro que humeaba. Al verlo el pueblo temblaba de miedo, y se mantenían a distancia.


Los hijos de Elifaz fueron: Timna, Omar, Sefo, Gatam y Cenez.


¡El Señor domina a todas las naciones, su gloria está por encima de los cielos!


Alaben el nombre del Señor pues su Nombre es el único sublime, su majestad excede tierra y cielo.


¡Pobres de aquellos que bajan a Egipto, por si acaso consiguen ayuda! Pues confían en la caballería, en los carros de guerra, que son numerosos, y en los jinetes, porque son valientes. ¿Por qué no hicieron caso del Santo de Israel y no consultaron a Yavé?


Partiendo de Madián, llegaron a Parán, luego continuaron llevando consigo a hombres de Parán. Así llegaron a Egipto donde el faraón, rey de Egipto, quien le dio una casa, víveres y tierras.


y de repente llegó del Oriente la Gloria del Dios de Israel con un ruido semejante a los grandes torrentes; la tierra se iluminó con su Gloria.


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