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Habacuc 2:20 - Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Pero Yavé reside en su Templo santo: ¡calle ante su presencia la tierra entera!

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Biblia Reina Valera 1960

20 Mas Jehová está en su santo templo; calle delante de él toda la tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 Pero el Señor está en su santo templo. Que toda la tierra guarde silencio delante de él».

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 Pero YHVH está en su santo templo: ¡Guarde silencio ante Él toda la tierra!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 En cambio, Yahveh está en su santo templo. ¡Enmudezca ante él toda la tierra!

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

20 Mas Jehová está en su santo templo: calle delante de Él toda la tierra.

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Habacuc 2:20
17 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Por eso, levanto mi mano para que las saqueen aquellos que fueron sus esclavos. Así sabrán que Yavé de los Ejércitos me ha enviado.


¡Reine el silencio delante del Señor Yavé, pues se acerca su día! Yavé ha preparado un sacrificio y ya ha consagrado a sus invitados.


Paren y reconozcan que soy Dios, muy por encima de los pueblos y muy alto sobre la tierra.


El Señor está en su templo santo, el Señor tiene su trono en el cielo. Sus ojos están observando y fija su mirada en los hijos de Adán.


El año en que murió el rey Ozías, vi al Señor sentado en un trono elevado y alto, y el ruedo de su manto llenaba el Templo.


A las raíces de los montes descendí, al país cuyos cerrojos se cierran para siempre, pero me hiciste subir de la fosa, ¡oh Yavé, mi Dios!


Que escuchen todos los pueblos; que ponga atención la tierra y todo lo que contiene, pues Yavé sale de su palacio santo para declarar en contra de ustedes.


Nuestro Dios está en los cielos, él realiza todo lo que quiere.


Así se expresa Yavé: ¡El cielo es mi trono y la tierra la tarima para mis pies! ¿Qué casa podrían ustedes edificarme, o en qué parte fijarían mi lugar de reposo,


Oigo ruidos como un griterío que viene de la ciudad, o como voces que salen del Templo: es la voz de Yavé que da su merecido a sus enemigos.


Me habías arrojado en el corazón del mar, y la corriente me cercaba, tus olas y tus remolinos pasaban sobre mí.


Islas, guarden silencio y atiéndanme, y que los pueblos se acerquen a mí. Adelántense para hablar, pues tenemos que litigar juntos.


Oración del profeta Habacuq, en forma de lamentaciones.


Si yo hablo, ¿alguien se lo cuenta?, ¿le informa de lo que uno ha dicho?


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