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Génesis 22:17 - Biblia Católica (Latinoamericana)

17 te colmaré de bendiciones y multiplicaré tanto tus descendientes, que serán tan numerosos como las estrellas del cielo o como la arena que hay a orillas del mar. Tus descendientes se impondrán a sus enemigos.

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Biblia Reina Valera 1960

17 de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 ciertamente te bendeciré. Multiplicaré tu descendencia hasta que sea incontable, como las estrellas del cielo y la arena a la orilla del mar. Tus descendientes conquistarán las ciudades de sus enemigos;

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 ciertamente te bendeciré, y multiplicaré° inmensamente tu descendencia, como las estrellas de los cielos y como la arena que hay en la orilla del mar,° y tu descendencia poseerá la puerta° de sus enemigos,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 te bendeciré copiosamente y multiplicaré tu posteridad como las estrellas del cielo y como la arena de las orillas del mar; tu descendencia se adueñará de las ciudades de sus enemigos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

17 bendiciendo te bendeciré, y multiplicando multiplicaré tu simiente como las estrellas del cielo, y como la arena que está a la orilla del mar; y tu simiente poseerá las puertas de sus enemigos:

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Génesis 22:17
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Yavé lo sacó afuera y le dijo: 'Mira al cielo y cuenta las estrellas, si puedes. Así será tu descendencia.


Multiplicaré la descendencia de David, mi servidor, y de los levitas, para que continúen en mi servicio, como el ejército de los cielos que no se puede contar, o como la arena del mar que no se puede calcular.


Multiplicaré tu descendencia como el polvo de la tierra, de tal manera, que si se pudiera contar el polvo de la tierra, también se podría contar tu descendencia.


Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y le daré todas esas tierras. Y por tu descendencia serán bendecidas todas las naciones de la tierra,


Y bendijeron a Rebeca, diciendo: 'Hermana nuestra, ojalá des vida a multitudes, y que tus descendientes se impongan a sus enemigos.


Tocó el séptimo ángel su trompeta; entonces resonaron grandes voces en el cielo: 'Ahora el mundo ha pasado a ser reino de nuestro Dios y de su Cristo. Sí, reinará por los siglos de los siglos.


¡Bendito sea Dios, Padre de Cristo Jesús nuestro Señor, que nos ha bendecido en el cielo, en Cristo, con toda clase de bendiciones espirituales!


Yavé, el Dios de ustedes, los ha multiplicado y son ahora tan numerosos como las estrellas del cielo.


Líbrame de las manos de mi hermano, de las manos de Esaú; no sea que que venga y mate a todos, a la madre con sus hijos.


Pero demos gracias a Dios que nos da la victoria por medio de Cristo Jesús, nuestro Señor.


Después tú le diste esta tierra, que habías prometido con juramento a sus padres, tierra de donde brota leche y miel.


porque las llagas de Samaria son incurables y han llegado hasta Judá, alcanzando la capital de mi pueblo, la misma Jerusalén.


El rey Salomón construyó una flota en Asiongaber, al lado de Elat, a orillas del Mar Rojo, en el territorio de Edom.


sus padres lo agarrarán y llevarán ante los jefes de la ciudad, a la puerta donde se juzga,


Que el Dios de las Alturas te bendiga, te multiplique y de ti salgan muchas naciones.


Yo te haré crecer sin límites, de ti saldrán naciones y reyes, de generación en generación.


Haré de ti una gran nación y te bendeciré; voy a engrandecer tu nombre, y tú serás una bendición.


Es fácil ver que si Dios prometió a Abrahán, o más bien a su descendiente, que el mundo le pertenecería, esto no tiene nada que ver con la Ley, sino con la manera de ser justo propia del creyente.


Respecto a Israel, Isaías dice sin vacilar: Aunque los hijos de Israel fueran tan numerosos como la arena del mar, sólo un resto se salvará.


Te colmaré de bendiciones y te multiplicaré sin medida.


Por eso de este hombre únicamente, ya casi impotente, nacieron descendientes tan numerosos como las estrellas del cielo e innumerables como los granos de arena de las orillas del mar.


Después de la muerte de Abrahán, Dios bendijo a su hijo Isaac, que se fue a vivir cerca del pozo de Lajay-Roi.


Yavé se le apareció aquella misma noche y le dijo: 'Yo soy el Dios de tu padre Abrahán. No temas, porque yo estoy contigo. Te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia por amor de Abrahán, mi servidor.


Que Dios te conceda la bendición de Abrahán, a ti y a tu descendencia, para que te hagas dueño de la tierra en que ahora vives, y que Dios dio a Abrahán.


Cuando bajaron a Egipto, tus antepasados no eran más de setenta personas, y ahora Yavé, tu Dios, te ha hecho un pueblo numeroso como las estrellas del cielo.


luego, amontonarás los despojos en medio de la plaza y prenderás fuego a la ciudad con todos sus despojos para cumplir la maldición de Yavé. Esta ciudad quedará convertida en un montón de ruinas para siempre, y jamás volverá a ser edificada.


David no hizo el censo de los que tenían menos de veinte años, porque Yavé había dicho que multiplicaría a Israel como las estrellas del cielo.


Ahora, pues, ¡oh Yavé!, se cumple tu promesa a David, mi padre, ya que me has hecho rey de un pueblo numeroso como el polvo de la tierra.


Pero eres tú quien me dijo: Te colmaré de bienes y tu descendencia será como la arena del mar, que nadie puede contar.


Acuérdate de tus servidores Abrahán, Isaac y Jacob, y de las promesas que les hiciste. Pues juraste por tu propio Nombre: 'Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu raza la tierra que te prometí, para que sea de ellos para siempre.


¡Yavé, Dios de sus padres, los haga crecer mil veces más y los bendiga como se lo prometió!


No guardarás en tu poder ni la cosa más pequeña de esta ciudad, para que Yavé aplaque su cólera y sea misericordioso contigo y te bendiga como tiene jurado a tus padres que lo hará,


Por eso más bien te aconsejo que mandes reunir a todo Israel, desde Dan hasta Bersebá, y tú mismo marcharás al frente de ese ejército tan numeroso como las arenas del mar.


Cada uno de esos gobernadores aseguraba durante todo un mes la mantención de Salomón y de todos los que comían de la mesa del rey. Velaban para que nada faltara y, según las órdenes que habían recibido,


Multiplicaste sus hijos tanto como las estrellas del cielo e hiciste que entraran en el país del cual habías hablado a sus padres, para que entraran en él y tomaran posesión.


y tus hijos, numerosos como los granos de arena, y tu nombre no sería nunca arrancado o borrado de mi vista.


Y los hijos de Israel serán tan numerosos como la arena del mar, que no pueden contarse ni medirse. Entonces, en vez de decirles: 'Ustedes no son mi pueblo', les dirán:'


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