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Génesis 2:17 - Biblia Católica (Latinoamericana)

17 pero no comerás del árbol de la Ciencia del bien y del mal. El día que comas de él, ten la seguridad de que morirás.

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Biblia Reina Valera 1960

17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 excepto del árbol del conocimiento del bien y del mal. Si comes de su fruto, sin duda morirás».

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 pero del árbol del conocimiento del bien y del mal, no comerás de él, porque el día que comas de él, ciertamente° morirás.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 pero del árbol de la ciencia del bien y del mal no comas, pues el día en que comas, morirás sin remedio'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

17 pero del árbol del conocimiento del bien y el mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

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Génesis 2:17
43 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

El pecado paga un salario, y es la muerte. La vida eterna, en cambio, es el don de Dios en Cristo Jesús, nuestro Señor.


la codicia concibe y da a luz el pecado; el pecado crece y, al final, engendra la muerte.


Con el sudor de tu frente comerás tu pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste sacado. Sepas que eres polvo y al polvo volverás.


Pero para los cobardes, los renegados, los corrompidos, los asesinos, los impuros, los hechiceros, los idólatras, en una palabra, para todos los falsos, su lugar y su parte es el lago que arde con fuego de azufre, que es la segunda muerte.


Ustedes estaban muertos por sus pecados y su misma persona no estaba circuncidada, pero Dios los hizo revivir junto a Cristo: ¡nos perdonó todas nuestras faltas!


En cambio, la que quiere pasarlo bien, aunque viva, está muerta.


Por el contrario, pesa una maldición sobre todos los que se van a las observancias, pues está escrito: Maldito el que no cumple siempre todo lo que está escrito en la Ley.


Todos mueren por estar incluidos en Adán, y todos también recibirán la vida en Cristo.


Si alguno ve a su hermano en el pecado -un pecado que no ha traído la muerte-, ore por él y Dios le dará vida. (Hablo de esos pecadores cuyo pecado no es para la muerte). Porque también hay un pecado que lleva a la muerte, y no pido oraciones en este caso.


El aguijón de la muerte es el pecado, y la Ley lo hacía más poderoso.


Conocen las sentencias de Dios y saben que son dignos de muerte quienes obran de esa forma. Pero no solamente lo hacen, sino que aprueban a los que actúan de igual modo.


A mí no me gusta la muerte de nadie, palabra de Yavé; conviértanse y vivirán.


Al hombre le dijo: 'Por haber escuchado a tu mujer y haber comido del árbol del que Yo te había prohibido comer, maldita sea la tierra por tu causa. Con fatiga sacarás de ella el alimento por todos los días de tu vida.


¿Quién te ha hecho ver que estabas desnudo? ¿Has comido acaso del árbol que te prohibí?


Por eso se dice: 'Despierta, tú que duermes, levántate de entre los muertos y la luz de Cristo brillará sobre ti.


Si se entregan a alguien como esclavos, pasan a ser sus esclavos y obedecen sus órdenes, ¿no es así? Si ese dueño es el pecado, irán a la muerte, mientras que obedeciendo a la fe, alcanzarán una vida santa.


Cuando diga al malo: '¡Malo, vas a morir!', si no le hablas, si no haces que se preocupe por su mala conducta, el malo morirá debido a su pecado, pero a ti te pediré cuenta de su sangre.


Porque todas las vidas me pertenecen, tanto la vida del hijo como la del padre, y el que peca, ése morirá.


Después la Muerte y el Lugar de los muertos fueron arrojados al lago de fuego: este lago de fuego es la segunda muerte.


En Cristo Jesús la ley del Espíritu de vida te ha liberado de la ley del pecado y de la muerte.


El que tenga oídos, escuche este mensaje del Espíritu a las Iglesias: 'El vencedor no tiene nada que temer de la segunda muerte.


De igual modo, aunque yo haya dicho al malo: ¡Morirás! , si se aparta de su pecado y se dedica a hacer lo que es correcto y justo,


Que los cielos y la tierra escuchen y recuerden lo que acabo de decir; te puse delante la vida o la muerte, la bendición o la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas tú y tu descendencia.


Mira que te he ofrecido en este día el bien y la vida, por una parte, y por la otra, el mal y la muerte. Lo que hoy te mando es que tú ames a Yavé, tu Dios, y sigas sus caminos.


presta su dinero con interés y cobra comisiones. ¿Después de todo eso, vivirá? Ciertamente que no. Si cometió todos esos crímenes, debe morir: él será responsable de su muerte.


El rey entonces mandó llamar a Simei: 'En nombre de Yavé te lo había dicho y te lo había advertido solemnemente: El día en que salgas y vayas para acá o para allá, morirás. Tú entonces respondiste: Muy bien.


Lo juro por la vida de Yavé que acaba de salvar a Israel: aunque sea mi hijo Jonatán el que haya pecado, morirá'. Pero nadie de todo el pueblo le respondió.


Maldito el que no sigue fiel a las palabras de esta ley poniéndolas en práctica, y todo el pueblo dirá: ¡Amén!


Es que Yavé había dicho que morirían en el desierto y no quedó ninguno de ellos, excepto Caleb, hijo de Jefoné, y Josué, hijo de Nun.


Ahora devuelve su mujer a ese hombre, porque es un profeta. El rogará por ti y vivirás. Pero si no se la devuelves, debes saber que morirás sin remedio, tú y todos los tuyos.


Yavé Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles, agradables a la vista y buenos para comer. El árbol de la Vida estaba en el jardín, como también el árbol de la Ciencia del bien y del mal.


¡Feliz y santo es el que participa en la primera resurrección! La segunda muerte ya no tiene poder sobre ellos: serán sacerdotes de Dios y de su Mesías y reinarán con él mil años.


En cuanto terminó de decir todo lo que Yavé le había ordenado, lo agarraron, diciendo: 'Vas a morir'


Pero el rey le dijo: 'Ajimelec vas a morir, y contigo toda la familia de tu padre'.


Mientras el hijo de Jesé esté en este mundo no habrá paz ni para ti ni para tu reino. Manda pues a buscarlo porque merece la muerte'.


Saúl respondió: '¡Maldígame Dios, y remaldígame si tú no mueres, Jonatán!'


El día en que salgas y atravieses el torrente del Cedrón, ten por seguro que morirás, y tú serás responsable de tu propia muerte'.


Quería que la juventud de Israel aprendiera a pelear, pues aquéllos no habían conocido la guerra.


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