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Gálatas 5:22 - Biblia Católica (Latinoamericana)

22 En cambio, el fruto del Espíritu es caridad, alegría, paz, comprensión de los demás, generosidad, bondad, fidelidad,

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Biblia Reina Valera 1960

22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 En cambio, la clase de fruto que el Espíritu Santo produce en nuestra vida es: amor, alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad,

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 Pero el fruto del espíritu° es amor, gozo y paz; paciencia, benignidad y bondad; fidelidad,°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 Por el contrario, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, comprensión, paciencia, bondad, fidelidad,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,

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Gálatas 5:22
44 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Yo soy la vid y ustedes las ramas. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto, pero sin mí no pueden hacer nada.


Toda rama que no da fruto en mí la corta. Y toda rama que da fruto la limpia para que dé más fruto.


con bondad, con justicia y según la verdad, pues ésos son los frutos de la luz.


Es como árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo y tiene su follaje siempre verde. Todo lo que él hace le resulta.


Ustedes no me eligieron a mí; he sido yo quien los eligió a ustedes y los preparé para que vayan y den fruto, y ese fruto permanezca. Así es como el Padre les concederá todo lo que le pidan en mi Nombre.


Lo mismo pasa con ustedes, hermanos, pues han muerto a la Ley en la persona de Cristo, y han pasado a pertenecer a otro, al que resucitó de entre los muertos, a fin de que diéramos fruto para Dios.


Al aceptar la verdad, han logrado la purificación interior, de la que procede el amor sincero a los hermanos; ámense, pues, unos a otros de todo corazón,


Planten ustedes un árbol bueno, y su fruto será bueno; planten un árbol dañado, y su fruto será malo. Porque el árbol se conoce por sus frutos.


Ahora, pues, son válidas la fe, la esperanza y el amor; las tres, pero la mayor de estas tres es el amor.


habiendo hecho madurar, gracias a Cristo Jesús, el fruto de la santidad. Esto será para gloria de Dios y un honor para mí.


Que lleven una vida digna del Señor y de su total agrado, produciendo frutos en toda clase de buenas obras y creciendo en el conocimiento de Dios.


Nuestra vocación, hermanos, es la libertad. No hablo de esa libertad que encubre los deseos de la carne, sino del amor por el que nos hacemos esclavos unos de otros.


y renovarse por el espíritu desde dentro.


Aún en la vejez tendrán sus frutos pues aún están verdes y floridos, para anunciar cuán justo es el Señor: El es mi Roca, en él no existe falla'.


Ahora, en cambio, siendo libres del pecado y sirviendo a Dios, trabajan para su propia santificación, y al final está la vida eterna.


Ustedes lo aman sin haberlo visto; ahora creen en él sin verlo, y nadie sabría expresar su alegría celestial'


No dejes que te critiquen por ser joven. Trata de ser el modelo de los creyentes por tu manera de hablar, tu conducta, tu caridad, tu fe y tu vida irreprochable.


El mismo Cristo no hizo lo que le agradaba, como dice la Escritura: Los insultos de los que te insultaban cayeron sobre mí.


He recurrido a Silvano, nuestro hermano, para escribirles estas breves líneas, pues lo considero digno de toda confianza. Quise animarlos y recalcar que esto es gracia de Dios: estén firmes.


Personalmente estoy convencido, hermanos, de que también ustedes están llenos de buena voluntad, con un conocimiento auténtico, y que son capaces de instruirse mutuamente.


Puede ser que así dé fruto en adelante y, si no, la cortas'.


Las mujeres igualmente sean respetables, no chismosas, sino serias y dignas de confianza.


Volverán a sentarse bajo mi sombra; serán vigorosos como el trigo, y les brotarán flores como a la vid; serán tan renombrados como los vinos del Líbano.


Que Dios nos libre también de los individuos indeseables y malos, ya que no todos creen.


Terminar una obra vale más que comenzarla: lo que cuenta es la perseverancia, y no la pretensión.


Yo, sin embargo, me apresuraré a que se restablezcan y mejoren; les devolveré la salud y les haré gozar de mucha paz y seguridad.


Los que viven según la carne van a lo que es de la carne, y los que viven según el Espíritu van a las cosas del espíritu.


Piensen que el Reino de Dios no es cuestión de comida o bebida, sino de justicia, de paz y alegría en el Espíritu Santo.


Pero les ruego, hermanos, en nombre de Cristo Jesús nuestro Señor y del amor, fruto del Espíritu, que recen a Dios por mí. Luchen conmigo rogando por mí


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