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Filipenses 2:9 - Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Por eso Dios lo engrandeció y le dio el Nombre que está sobre todo nombre,

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Biblia Reina Valera 1960

9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Por lo tanto, Dios lo elevó al lugar de máximo honor y le dio el nombre que está por encima de todos los demás nombres

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo sumo, y le dio el nombre que es sobre todo nombre;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Por lo cual Dios, a su vez, lo exaltó, y le concedió el nombre que está sobre todo nombre,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre;

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Filipenses 2:9
46 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

En el manto y en el muslo lleva escrito este título: 'Rey de reyes y Señor de señores.


Jesús se acercó y les habló así: 'Me ha sido dada toda autoridad en el Cielo y en la tierra.


El se ha ido al cielo y está a la derecha de Dios, después de someter a los ángeles, a las dominaciones y las potestades.


pero el texto dice: por un momento lo hiciste más bajo que los ángeles. Esto se refiere a Jesús, que, como precio de su muerte dolorosa, ha sido coronado de gloria y honor. Fue una gracia de Dios que experimentara la muerte por todos.


Ahora llega para mi servidor la hora del éxito; será exaltado, y puesto en lo más alto.


que gritaban a toda voz: Digno es el Cordero degollado de recibir poder y riqueza, sabiduría y fuerza, honor, gloria y alabanza.


Se le dio el poder, la gloria y la realeza, y todos los pueblos, naciones y lenguas lo sirvieron. Su poder es el poder eterno que nunca pasará; su reino no será destruido.


Ahora, pues, él está tanto más por encima de los ángeles cuanto más excelente es el Nombre que recibió.


Haré de él mi primogénito, el más famoso de los reyes de la tierra.


Levantemos la mirada hacia Jesús, que dirige esta competición de la fe y la lleva a su término. El escogió la cruz en vez de la felicidad que se le ofrecía; no tuvo miedo a la humillación, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.


Por eso, le daré en herencia muchedumbres y lo contaré entre los grandes, porque se ha negado a sí mismo hasta la muerte y ha sido contado entre los pecadores, cuando llevaba sobre sí los pecados de muchos e intercedía por los pecadores.


Palabra del Señor a mi señor: '¡Siéntate a mi derecha y ve cómo hago de tus enemigos la tarima de tus pies!'


Ahora, Padre, dame junto a ti la misma Gloria que tenía a tu lado antes que comenzara el mundo.


A tu diestra está el Señor, aplasta a los reyes en el día de su cólera;'


Al vencedor lo sentaré junto a mí en mi trono, del mismo modo que yo, después de vencer, me senté junto a mi Padre en su trono.


Mi Padre ha puesto todas las cosas en mis manos; nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre; nadie sabe quién es el Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo quiera dárselo a conocer.


El Señor ha lanzado una sentencia contra Jacob, y ha caído en Israel.


Pues a mí se acogió, lo libraré, lo protegeré, pues mi Nombre conoció.


Tocó el séptimo ángel su trompeta; entonces resonaron grandes voces en el cielo: 'Ahora el mundo ha pasado a ser reino de nuestro Dios y de su Cristo. Sí, reinará por los siglos de los siglos.


y de parte de Cristo Jesús, el testigo fiel, el primer nacido de entre los muertos, el rey de los reyes de la tierra. El nos ama


cuando recibió de Dios Padre gloria y honor. En ese momento llegó sobre él una palabra muy extraordinaria de la gloriosa Majestad: 'Este es mi Hijo muy querido, el que me agradó elegir.


Y él es la cabeza del cuerpo, es decir, de la Iglesia, él que renació primero de entre los muertos, para que estuviera en el primer lugar en todo.


Dios lo exaltó y lo puso a su derecha como Jefe y Salvador, para dar a Israel la conversión y el perdón de los pecados.


Jesús, por su parte, sabía que el Padre había puesto todas las cosas en sus manos y que había salido de Dios y que a Dios volvía.


Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo se lo quiera dar a conocer.


Haré que haya enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya. Ella te pisará la cabeza mientras tú herirás su talón.


Yo ya no estoy más en el mundo, pero ellos se quedan en el mundo, mientras yo vuelvo a ti. Padre Santo, guárdalos en ese Nombre tuyo que a mí me diste, para que sean uno como nosotros.


Cuando estaba con ellos, yo los cuidaba en tu Nombre, pues tú me los habías encomendado, y ninguno de ellos se perdió, excepto el que llevaba en sí la perdición, pues en esto había de cumplirse la Escritura.


Pues Dios quiso reunir en él, cuando llegara la plenitud de los tiempos, tanto a los seres celestiales como a los terrenales.


De ese modo el nombre de Jesús, nuestro Señor, será glorificado a través de ustedes y ustedes lo serán en él, por gracia de nuestro Dios y de Cristo Jesús, el Señor.


Amas la justicia y aborreces la maldad; por eso, oh Dios, tu Dios te concedió una consagración real que es fuente de alegría, con preferencia a tus compañeros.


En realidad salieron de viaje por el Nombre, y esto no tenía nada que ver con los no-cristianos.


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