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Filipenses 2:15 - Biblia Católica (Latinoamericana)

15 así no tendrán falla ni defecto y serán hijos de Dios sin reproche en medio de una raza descarriada y pervertida. Ustedes son luz en medio de ellos, como las estrellas en el universo,

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Biblia Reina Valera 1960

15 para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 para que nadie pueda criticarlos. Lleven una vida limpia e inocente como corresponde a hijos de Dios y brillen como luces radiantes en un mundo lleno de gente perversa y corrupta.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 para que seáis irreprensibles y sencillos,° hijos de Dios sin tacha en medio de una generación perversa° y depravada,° entre los cuales resplandecéis como luminares° en el mundo,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 para que lleguéis a ser irreprochables y sencillos, hijos de Dios sin tacha en medio de una generación desviada y pervertida, en cuyo seno brilláis como astros resplandecientes en el mundo,

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

15 para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios, sin mancha, en medio de una generación torcida y perversa, en la cual resplandecéis como luminares en el mundo;

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Filipenses 2:15
42 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Lleven una vida ejemplar en medio de los que no conocen a Dios; de este modo, esos mismos que los calumnian y los tratan de malhechores notarán sus buenas obras y darán gloria a Dios el día en que los visite.


para que así sean hijos de su Padre que está en los Cielos. Porque él hace brillar su sol sobre malos y buenos, y envía la lluvia sobre justos y pecadores.


Levántate y brilla, que ha llegado tu luz y la Gloria de Yavé amaneció sobre ti.


Que el Dios de la paz los haga santos en toda su persona. Que se digne guardarlos sin reproche en su espíritu, su alma y su cuerpo hasta la venida de Cristo Jesús, nuestro Señor.


Se portaron mal con él, ¡hijos indignos! generación perversa y depravada.


Con una esperanza así, queridos hermanos, esfuércense para que Dios los encuentre en su paz, sin mancha ni culpa.


El los mantendrá firmes hasta el fin, para que estén sin tacha el día en que venga Cristo Jesús, nuestro Señor.


Que no roben a sus patrones, sino que se muestren dignos de toda confianza; así atraerán elogios sobre la doctrina de Dios, nuestro Salvador.


Pero ustedes son una raza elegida, un reino de sacerdotes, una nación consagrada, un pueblo que Dios hizo suyo para proclamar sus maravillas; pues él los ha llamado de las tinieblas a su luz admirable.


Por su parte, sean ustedes perfectos como es perfecto el Padre de ustedes que está en el Cielo.


Primero sean sometidos a prueba y después, si no hubiera nada que reprocharles, sean aceptados como diáconos.


Es necesario, pues, que el obispo sea irreprochable, casado una sola vez, casto, dueño de sí, de buenos modales, que acoja fácilmente en su casa y con capacidad para enseñar.


Quisiera que saquen provecho de cada cosa y cada circunstancia para que lleguen puros e irreprochables al día de Cristo,


pues quería darse a sí mismo una Iglesia radiante, sin mancha ni arruga ni nada parecido, sino santa e inmaculada.


Todos saben que ustedes están muy abiertos a la fe, y eso me alegra; pero quiero que sean ingeniosos para el bien y firmes contra el mal.


Pedro siguió insistiendo con muchos otros discursos. Los exhortaba diciendo: 'Aléjense de esta generación perversa y sálvense.


Miren que los envío como ovejas en medio de lobos: sean, pues, precavidos como la serpiente, pero sencillos como la paloma.


Así había de ser nuestro sumo sacerdote: santo, sin ningún defecto ni pecado, apartado del mundo de los pecadores y elevado por encima de los cielos.


Tú enseña estas cosas, aconsejando y reprendiendo con toda autoridad. No dejes que nadie te menosprecie.


Deben ser hombres intachables, casados una sola vez. Es preciso que sus hijos sean creyentes y que no puedan ser acusados de mala conducta o de ser rebeldes.


Reprenderás en público a los que están en pecado, para que los demás sientan temor.


De entre ustedes mismos surgirán hombres que enseñarán doctrinas falsas e intentarán arrastrar a los discípulos tras sí.


Juan era una antorcha que ardía e iluminaba, y ustedes por un tiempo se sintieron a gusto con su luz.


Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada a cambio. Entonces la recompensa de ustedes será grande y serán hijos del Altísimo, que es bueno con los ingratos y los pecadores.


Jesús respondió: '¡Qué generación tan incrédula y malvada! ¿Hasta cuándo estaré entre ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganmelo acá.


Pues allí están las cortes de justicia, los ministerios de la casa de David.


Mira que voy a tomar a algunos de la sinagoga de Satanás, de esos que se llaman judíos y no lo son, sino que mienten. Yo haré que vayan y se postren a tus pies, porque habrán visto que te amo.


Quiero, pues, que las viudas jóvenes se vuelvan a casar, que tengan hijos y sean amas de casa, antes que dar a nuestros adversarios algún pretexto para criticar.


Insiste en esto para que nadie pueda criticarlas.


Por eso, salgan de en medio de ellos y apártense, dice el Señor. No toquen nada impuro y yo los miraré con agrado.


Ambos eran personas muy cumplidoras a los ojos de Dios y se esmeraban en practicar todos los mandamientos y leyes del Señor.


El camino de los justos es como la luz de la aurora: su resplandor va aumentando hasta el mediodía.


Todas mis palabras son sinceras, ni una sola es dudosa o falsa.


Por eso fue que los altos funcionarios y gobernadores buscaron entre los asuntos del estado un pretexto para acusar a Daniel, pero no encontraban ningún reproche que hacerle porque era fiel y no podían reprocharle ni negligencia ni falta.


y convencido, como lo demostré persiguiendo a la Iglesia; y en cuanto a ser justo según la Ley, fui un hombre irreprochable.


Date cuenta, pues, de dónde has caído, recupérate y vuelve a lo que antes sabías hacer; de lo contrario iré donde ti y cambiaré tu candelero de su lugar. Eso haré si no te arrepientes.


Al ver los israelitas la cara de Moisés, notaban que su piel era radiante; pero Moisés volvía a ponerse el velo, hasta que entraba a hablar con Yavé.


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