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Filipenses 1:8 - Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Bien sabe Dios que la ternura de Cristo Jesús no me permite olvidarlos.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Porque Dios me es testigo de cómo os amo a todos vosotros con el entrañable amor de Jesucristo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Dios sabe cuánto los amo y los extraño con la tierna compasión de Cristo Jesús.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Porque Dios es mi testigo de cómo os anhelo vehementemente a todos vosotros en las entrañas de Jesús el Mesías.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Dios me es testigo de cuántos deseos tengo, en las entrañas de Cristo Jesús, de estar con todos vosotros.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 Porque Dios me es testigo de cuánto os amo a todos vosotros entrañablemente en Jesucristo.

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Filipenses 1:8
24 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Por eso, hermanos míos, a quienes tanto quiero y echo de menos, que son mi alegría y mi corona, sigan así firmes en el Señor, amadísimos.


Dios sabe que los recuerdo constantemente en mis oraciones, mientras le rindo ese culto espiritual que es trabajar por la Buena Nueva de su Hijo.


Al acordarme de tus lágrimas, siento un gran deseo de verte, para llenarme de alegría.


Y era tal nuestra preocupación por ustedes, que estábamos dispuestos a darles, no sólo el Evangelio, sino también nuestra propia vida, tan queridos habían llegado a ser para nosotros.


Quiero hablarles en Cristo; todo será verdad y no miento, tal como mi conciencia me lo atestigua en el Espíritu Santo.


Te lo devuelvo; recibe en su persona mi propio corazón.


¿No es Efraím para mí un hijo predilecto, o un niño mimado, para que después de cada amenaza deba siempre pensar en él, y por él se conmuevan mis entrañas y se desborde mi ternura?, palabra de Yavé.


Quiero que sepan cuán duro es el combate que debo soportar por ustedes, por los de Laodicea y por tantos otros que jamás me han visto.


Hijitos míos, de nuevo sufro por ustedes dolores de alumbramiento, hasta que Cristo haya tomado forma en ustedes.


Todo esto lo digo ante Dios; él sabe que no miento.


El ahora, al recordar la obediencia de todos y el respeto lleno de humildad con que lo recibieron, siente mucho más cariño por ustedes.


En mí no falta lugar para acogerlos, pero en ustedes todo es estrecho.


obra de la misericordia de nuestro Dios, cuando venga de lo alto para visitarnos cual sol naciente,


Mira desde los cielos, y ve desde tu santo y lujoso aposento: ¿Dónde están tu preocupación y tu poder? ¿Por qué ya no se conmueven tus entrañas? Ah, no sigas sin sentir pena por nosotros,


Por eso, mis entrañas se conmueven por Moab, como una cítara, y mi corazón por Quir-Jerés.


Si uno goza de riquezas en este mundo y cierra su corazón cuando ve a su hermano en apuros, ¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios?


Vamos, hermano, espero de ti este servicio en el Señor; reconfórtame en Cristo.


Nunca los halagamos con palabras bonitas, como ustedes saben; ni tampoco buscamos dinero, y esto lo sabe Dios.


Pónganse, pues, el vestido que conviene a los elegidos de Dios, sus santos muy queridos: la compasión tierna, la bondad, la humildad, la mansedumbre, la paciencia.


En realidad, él los echaba mucho de menos y estaba preocupado al saber que ustedes estaban al tanto de su enfermedad.


¿Puedo pedirles algo en nombre de Cristo, hablarles del amor? ¿Han recibido el Espíritu y son capaces de compasión y ternura?


y nos alegramos cada vez que nos sentimos débiles y ustedes fuertes. Y pedimos a Dios que ustedes lleguen a la perfección.


Pero tengo en los cielos un testigo, allá arriba tengo un defensor.


Ustedes están en Cristo Jesús, y todos son hijos de Dios gracias a la fe.


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