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Filipenses 1:6 - Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Y si Dios empezó tan buen trabajo en ustedes, estoy seguro de que lo continuará hasta concluirlo el día de Cristo Jesús.

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Biblia Reina Valera 1960

6 estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Y estoy seguro de que Dios, quien comenzó la buena obra en ustedes, la continuará hasta que quede completamente terminada el día que Cristo Jesús vuelva.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 estando plenamente convencido de esto mismo, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la seguirá perfeccionando hasta el día de Jesús el Mesías.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 con la firme esperanza de que el que empezó entre vosotros la obra buena, la irá llevando a su término hasta el día de Cristo Jesús.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 estando confiado de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.

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Filipenses 1:6
33 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Pues Dios es el que produce en ustedes tanto el querer como el actuar para agradarle.


Así prepara a los suyos para las obras del ministerio en vista de la construcción del cuerpo de Cristo;'


Dios, de quien procede toda gracia, los ha llamado en Cristo para que compartan su gloria eterna, y ahora deja que sufran por un tiempo con el fin de amoldarlos, afirmarlos, hacerlos fuertes y ponerlos en su lugar definitivo.


El Señor lo hará todo por mí, Señor, tu amor perdura para siempre, no abandones la obra de tus manos.


El los mantendrá firmes hasta el fin, para que estén sin tacha el día en que venga Cristo Jesús, nuestro Señor.


Estos son nuestros pensamientos en todo momento mientras rogamos por ustedes: que nuestro Dios los haga dignos de su llamada y que, por su poder, lleve a efecto sus buenos propósitos, haciendo que su fe sea activa y eficiente.


Por eso no pierdan ahora su resolución, que tendrá una recompensa grande.


Jesús respondió: 'La obra de Dios es ésta: creer en aquel que Dios ha enviado.


Quisiera que saquen provecho de cada cosa y cada circunstancia para que lleguen puros e irreprochables al día de Cristo,


Levantemos la mirada hacia Jesús, que dirige esta competición de la fe y la lleva a su término. El escogió la cruz en vez de la felicidad que se le ofrecía; no tuvo miedo a la humillación, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.


recordamos ante Dios, nuestro Padre, su fe que produce frutos, su amor que sabe actuar, su espera de Cristo Jesús, nuestro Señor, que no se desanima.


Te escribo con plena confianza en tu docilidad; sé que harás mucho más de lo que te pido.


y es una gracia para ustedes que no solamente hayan creído en Cristo, sino también que padezcan por él


Tenemos absoluta confianza en el Señor de que seguirán haciendo lo que les mandamos, como ya lo hacen.


es el bautismo, en el cual fueron sepultados con Cristo. Y en él fueron luego resucitados por haber creído en el poder de Dios que lo resucitó de entre los muertos.


Me alegro, pues, de poder confiar totalmente en ustedes.


Cuando oyeron esto se tranquilizaron y alabaron a Dios diciendo: 'También a los que no son judíos les ha dado Dios la conversión que lleva a la vida.


Una de ellas se llamaba Lidia, y era de las que temen a Dios. Era vendedora de púrpura y natural de la ciudad de Tiatira. Mientras nos escuchaba, el Señor le abrió el corazón para que aceptase las palabras de Pablo.


Tengo la convicción en el Señor de que piensan como yo, pero el que los perturba, sea quien fuere, debe ser juzgado.


Llegará el día del Señor como hace un ladrón, y entonces los cielos se desarmarán entre un ruido ensordecedor, los elementos se derretirán por el calor y la tierra con todo lo que hay en ella se consumirá.


no sea que, al llegar conmigo los de Macedonia, los encuentren desprevenidos. ¡Sería para mí una vergüenza, por no decir para ustedes!


Por eso les escribí: 'Ojalá que cuando vaya no tenga que entristecerme a causa de los mismos que deberían ser mi alegría. Confío y estoy seguro de que todos podrán compartir mi alegría.


Con esta seguridad quería ir primero a visitarlos, y esto habría sido para ustedes una segunda gracia.


Por tanto, amadísimos míos, que siempre me han escuchado, sigan procurando su salvación con temor y temblor; y si lo hicieron cuando me tenían presente, háganlo más todavía cuando estoy lejos.


al presentarles la palabra de vida. De ese modo me sentiré orgulloso de ustedes en el día de Cristo, porque mis esfuerzos y mis afanes no habrán sido inútiles.


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