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Ezequiel 34:26 - Biblia Católica (Latinoamericana)

26 Las instalaré alrededor de mi colina y haré que caiga la lluvia a su tiempo, será una lluvia de bendición.

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Biblia Reina Valera 1960

26 Y daré bendición a ellas y a los alrededores de mi collado, y haré descender la lluvia en su tiempo; lluvias de bendición serán.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

26 Bendeciré a mi pueblo y a sus hogares alrededor de mi colina sagrada. En la temporada oportuna les enviaré las lluvias que necesiten; habrá lluvias de bendición.

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La Biblia Textual 3a Edicion

26 Y haré que ellas y los alrededores de mi collado sean una bendición, y haré descender la lluvia en su tiempo, y serán lluvias de bendición.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

26 Haré de ellas y de los alrededores de mi colina una bendición; haré que llueva a su tiempo: serán lluvias de bendición.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

26 Y daré bendición a ellas y a los alrededores de mi collado; y haré descender la lluvia en su tiempo, lluvias de bendición serán.

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Ezequiel 34:26
30 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Yavé abrirá para ti los cielos, su rico tesoro, para dar a su tiempo la lluvia que necesiten tus campos, y para mandar la bendición sobre todo cuanto emprendas. Tú prestarás a naciones numerosas y no pedirás prestado a ninguna.


Derramaré agua sobre el suelo sediento y los riachuelos correrán en la tierra seca. Derramaré mi espíritu sobre tu raza y mi bendición cubrirá tus descendientes.


les enviaré las lluvias a su tiempo para que la tierra dé sus productos y los árboles del campo sus frutos.


Esparciste una lluvia generosa para reanimar a los tuyos extenuados,


Haré de ti una gran nación y te bendeciré; voy a engrandecer tu nombre, y tú serás una bendición.


Entreguen, pues, la décima parte de todo lo que tienen al tesoro del templo, para que haya alimentos en mi casa. Traten después de probarme, dice Yavé de los ejércitos, para ver si les abro las compuertas del cielo o si derramo para ustedes la lluvia bendita hasta la última gota.


Así como antes ustedes, gente de Judá y de Israel, eran una raza maldita para todo el mundo, así también ahora yo los salvaré para que sean felicitados por todos. ¡No se desalienten, pues, y tengan confianza!


Por último, Israel se juntará con Egipto y Asiria, y esto será una bendición para el mundo entero.


Es como un rocío del Hermón, que baja sobre las montañas de Sión. Allí el Señor otorgó su bendición, la vida para siempre.


Así habla Yavé de los Ejércitos: 'En esos días diez hombres, de distinta nacionalidad cada uno, agarrarán por el manto a un judío, suplicándole: Queremos ir con ustedes, pues hemos oído decir que Dios está con ustedes.


los llevaré a mi cerro santo y haré que se sientan felices en mi Casa de oración. Serán aceptados los holocaustos y los sacrificios que hagan sobre mi altar, ya que mi casa será llamada Casa de oración para todos los pueblos.


Felices ustedes, que sembrarán entonces a orillas de todos los esteros o soltarán sin problemas su buey o su burro.


Pero sobre nosotros se derramará el espíritu desde arriba. Entonces el desierto se transformará en vergel, y lo que ahora es llamado vergel será tenido por terreno baldío.


¿por qué miran celosos, montes escarpados, al monte que Dios quiso habitar? Sepan que el Señor lo habita para siempre.


Yo soy quien ha consagrado a mi rey en Sión, mi monte santo.


Sí, en mi montaña santa, en una alta montaña de Israel, dice Yavé, toda la casa de Israel vendrá a rendirme homenaje. Allí recibiré y aguardaré sus ofrendas, las primicias de todo lo que me presenten, de todo lo que me consagren.


pero no por eso dejó de manifestarse, pues continuamente derrama sus beneficios. El es quien desde el cielo les da las lluvias, y los frutos a su tiempo, dando el alimento y llenando los corazones de alegría.


Piensa que yo les mandaré mi bendición en el sexto año, de modo que éste produzca para tres años.


Sí, haré que ramoneen en un buen potrero, en las altas montañas de Israel, descansarán en un buen corral y se alimentarán en fértiles praderas de las montañas de Israel;'


Haré que la tierra produzca en abundancia. Ya no experimentarán más hambre, ni pasarán más esa humillación ante los demás pueblos.


Pero ustedes, montañas de Israel, producirán cosechas y frutos para mi pueblo de Israel que está próximo a volver.


Pues el arco estará en las nubes; yo al verlo me acordaré de la alianza perpetua entre Dios y todo ser terrestre, con todo ser animado que vive en una carne.


pasan por las murallas una a una, hasta presentarse a Dios en Sión.


Y ustedes, hijos de Sión, alégrense en Yavé, su Dios, porque él les da la lluvia de otoño para la fertilidad y hace caer agua en otoño y primavera como antes.


Pues yo sembraré la paz; la viña dará uva; la tierra, sus productos; el cielo entregará su rocío. Todo esto se lo daré a lo que queda de este pueblo.


Pidan a Yavé las lluvias de primavera, pues él es quien manda los relámpagos; él les dará lluvia abundante para que cada uno tenga pasto en su campo.


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