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Ezequiel 3:15 - Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Cuando llegué a Tel Aviv, donde estaban los desterrados a orillas del río Quebar, permanecí siete días como atontado en medio de ellos.

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Biblia Reina Valera 1960

15 Y vine a los cautivos en Tel-abib, que moraban junto al río Quebar, y me senté donde ellos estaban sentados, y allí permanecí siete días atónito entre ellos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 Luego llegué a la colonia de judíos desterrados en Tel-abib, junto al río Quebar. Estaba atónito y me quedé sentado entre ellos durante siete días.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Y vine a los cautivos en Tel-Abib, que vivían a orillas del río Quebar, y me senté donde estaban sentados, y allí, entre ellos, permanecí perplejo durante siete días.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Llegué así a los deportados en Tel Abib, que habitaban a orillas del río Quebar, donde ellos habitaban, y allí permanecí, abatido entre ellos, siete días.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

15 Y vine a los cautivos en Telabib, que moraban junto al río de Quebar, y me senté donde ellos estaban sentados, y allí permanecí siete días atónito entre ellos.

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Ezequiel 3:15
10 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Al borde de los canales de Babilonia nos sentábamos y llorábamos


Luego, permanecieron sentados en tierra junto a él siete días y siete noches. Y ninguno le dijo una palabra, porque veían que su dolor era muy grande.


El año treinta, el día quinto del cuarto mes, encontrándome entre los desterrados, a orillas del río Quebar, se abrió el cielo y contemplé visiones divinas.


Al llegar a Gorén-Atad, que está al otro lado del Jordán, celebraron unos funerales muy grandes y solemnes; estos funerales que José celebró por su padre duraron siete días.


Al oírlo, mi corazón palpita, al sentirlo, mis labios se estremecen, se corrompe la médula en mis huesos, y temblequean mis piernas. Espero, sin embargo, el día amargo que sobrevendrá al pueblo opresor.


Para los profetas. Se me parte el corazón en mi pecho, tiemblo de pies a cabeza; quedo como un borracho que ha volteado el vino, al ver a Yavé y oír sus santas palabras:'


Me levanto entonces y me dirijo al valle. Veo allí la Gloria de Yavé: estaba allí tal como había visto la Gloria a orillas del río Quebar. Inmediatamente me echo de bruces al suelo.


Esa visión era semejante a la que había tenido cuando Yavé llegó para destruir la ciudad; también era parecida a la visión que había tenido a orillas del río Quebar; me tiré de bruces al suelo.


la palabra de Yavé fue dirigida al sacerdote Ezequiel, hijo de Buzi, en el país de los caldeos, a orillas del río Quebar.


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