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Ezequiel 22:25 - Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Los que en ti mandan son como un león rugiente que desgarra su presa: devoran a la gente, les quitan sus bienes y sus joyas, y por su culpa las viudas son cada vez más numerosas.

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Biblia Reina Valera 1960

25 Hay conjuración de sus profetas en medio de ella, como león rugiente que arrebata presa; devoraron almas, tomaron haciendas y honra, multiplicaron sus viudas en medio de ella.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 Tus príncipes traman conspiraciones tal como los leones que acechan su presa. Devoran a los inocentes apoderándose de sus tesoros y quitándoles su riqueza mediante la extorsión; y dejan viudas a muchas mujeres del país.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Hay conjura de sus profetas dentro de ella, como león rugiente que arrebata presa. Devoraron almas, arrebataron riquezas y cosas preciosas, y multiplicaron dentro de ella el número de sus viudas.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Dentro de ella, sus príncipes son como león rugiente que desgarra la presa: devoran personas, se apoderan de haciendas y objetos preciosos, multiplican el número de viudas dentro de ella.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

25 Hay conspiración de sus profetas en medio de ella, como león rugiente que arrebata presa; devoraron almas, tomaron haciendas y honra, aumentaron sus viudas en medio de ella.

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Ezequiel 22:25
30 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Como una banda de salteadores, los sacerdotes se juntan para asaltar a los que pasan por el camino de Siquem: lo que hacen es una vergüenza.


Por un puñado de cebada o un mendrugo de pan me desacreditan frente a mi pueblo, hacen que mueran los que no deben morir y dejan con vida a los que no deben vivir, engañan a mi pueblo y mi pueblo hace caso a la mentira.


Y añadió Yavé: 'Se han puesto de acuerdo los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén'


Mira tus manos manchadas con sangre, no de bandidos sorprendidos en el crimen sino que de inocentes.


especias, perfumes, mirra e incienso; vino y aceite, harina y trigo, vacunos y corderos, caballos y carruajes, esclavos y mercadería humana.


Y observé que la mujer se había embriagado con la sangre de los santos y de los mártires de Jesús. Esta visión me dejó muy sorprendido,


Se le concedió dar vida a la estatua de la bestia, hasta el punto de hacerla hablar y que fueran exterminados todos los que no la adorasen.


Vi luego otra bestia que surgía de la tierra y tenía dos cuernos de cordero, pero hablaba como un dragón.


Se introducen con sus largas oraciones, y luego devoran los bienes de las viudas. Esos tendrán una sentencia muy rigurosa.


incluso devoran los bienes de las viudas, mientras se amparan detrás de largas oraciones. ¡Con qué severidad serán juzgados!'


Por lo tanto, ¡ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, que son unos hipócritas! Ustedes cierran a la gente el Reino de los Cielos. No entran ustedes, ni dejan entrar a los que querrían hacerlo.


Fue por los pecados de sus profetas, por las culpas de sus sacerdotes, que en medio de ellos derramaron sangre de justos.


Tus profetas anunciaron para ti falsedad y tonterías. No te descubrieron tu culpa para ahorrarte el cautiverio. Tuvieron para ti presagios de falsedad y de ilusión.


Sus viudas son más numerosas que las arenas del mar. He dejado caer al salteador, en pleno día, sobre las madres de los jóvenes guerreros; de repente, se han apoderado de ellas el miedo y el terror.


Pues desde el más chico al más grande, todos andan buscando su propio provecho, y desde el sacerdote hasta el profeta son todos unos embusteros.


Inútilmente he corregido a sus hijos, ya que nadie me ha hecho caso. La espada, más feroz que un león, ha devorado a sus profetas, pero no entendieron.


A pesar de que hacen de pastores, son perros hambrientos que no se llenan con nada. Son gente incapaz de comprender. Cada uno sigue su propio camino, o busca su propio interés:


Has de saber pues que Yavé puso un espíritu de mentira en la boca de todos los profetas que están aquí, porque Yavé ha decidido tu muerte'.


¡Entrega, pues, sus hijos al hambre, déjalos a merced de la espada! Que sus mujeres se queden sin hijos ni maridos. ¡Que sus esposos sean muertos por la peste y sus jóvenes atravesados por la espada en la guerra!


Hijo de hombre, profetiza contra los falsos profetas de Israel, profetiza y diles: Escuchen esta palabra de Yavé.


Dentro de ti se desprecia al padre y a la madre, se maltrata al extranjero, se trata con violencia al huérfano y a la viuda.


Hijo de hombre, habla de parte mía contra los pastores de Israel, ¡profetiza! Les dirás a los pastores, Esta es una palabra de Yavé: ¡Ay de ustedes, pastores de Israel: pastores que sólo se preocupan de ustedes mismos! ¿Acaso el pastor no tiene que preocuparse del rebaño?


Se alimentan de leche, se visten con lana, sacrifican los animales gordos, pero no se preocupan de sus ovejas.


Luego vi cosas horrorosas en los profetas de Jerusalén: adulterio, apego a la mentira. Apoyan a los perversos de tal manera, que nadie se arrepiente de su maldad. Para mí son todos ellos como Sodoma, y los habitantes son como los de Gomorra.


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