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Ezequiel 20:22 - Biblia Católica (Latinoamericana)

22 pero ( ) no quise que mi nombre fuera profanado ante las naciones bajo cuya mirada los había hecho salir.

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Biblia Reina Valera 1960

22 Mas retraje mi mano a causa de mi nombre, para que no se infamase a la vista de las naciones ante cuyos ojos los había sacado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

22 No obstante, quité mi juicio contra ellos a fin de proteger el honor de mi nombre ante las naciones que habían visto mi poder cuando los saqué de Egipto;

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La Biblia Textual 3a Edicion

22 Pero retraje mi mano a causa de mi Nombre, para que no fuera profanado a vista de las naciones ante cuyos ojos los había sacado.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

22 pero retiré mi mano y por consideración a mi nombre actué para que no fuera profanado a los ojos de las naciones a vista de las cuales los había sacado.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

22 Mas retraje mi mano, y actué por causa de mi nombre, para que no se infamase a la vista de las naciones, delante de cuyos ojos los saqué.

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Ezequiel 20:22
14 ការដាក់ឲ្យឆ្លើយតបគ្នា  

Pero no quise profanar mi nombre ante las naciones que habían visto cómo los había hecho salir.


Pero no quise que mi nombre fuera profanado en presencia de las naciones en las cuales vivían: al contrario me di a conocer a esas naciones haciéndolos salir del país de Egipto.


No nos desprecies más, por el honor de tu Nombre; no profanes más el trono de tu Gloria y no olvides tu alianza con nosotros.


El, empero, siempre bueno y compasivo, perdonaba su culpa en vez de destruirlos, ¡cuántas veces no refrenó su cólera en vez de desatar toda su ira!


Pero tuve para con ellos una mirada compasiva, no los destruí ni los exterminé en el desierto.


Aunque nuestras faltas nos acusen, tú, Yavé, haz algo para gloria de tu nombre. En verdad, muchas son nuestras rebeldías, y grande nuestro pecado contra ti.


saca tu mano que tienes puesta sobre mí y no me asustes más con tu terror.


Escucha, Señor, perdona, Señor, mira, Señor. Actúa oh mi Dios, no tardes por amor de ti mismo, porque tu ciudad y tu pueblo son llamados por tu nombre.


Escucha pues, tú, nuestro Dios, la oración de tu servidor y su súplica. Por tu honor, Señor, haz que brille tu rostro sobre tu santuario en ruinas.


Yavé resolvió destruir la muralla de la Hija de Sión. Decidió la destrucción y no retiró su mano antes que se cumpliera; quiso acabar con el antemural y la muralla, que juntos se desmoronaron.


¡No a nosotros, Señor, nos des la gloria, no a nosotros, sino a tu nombre, llevado por tu amor, tu lealtad!


¡Rinde honor a tu nombre, Señor, y perdona mi deuda, que es muy grande!


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